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Grecia para todos, de Carlos García Gual

Un apasionante viaje por la cultura helénica y su legado.

06 de noviembre de 2020. Estandarte.com

Qué: Grecia para todos Autor: Carlos García Gual Editorial: Espasa Año: 2019 Páginas: 200 Precio: 19,90 €

Catedrático emérito de filología griega en la Universidad Complutense de Madrid, Carlos García Gual es especialista en antigüedad clásica, literatura, mitología y filosofía. El 17 de febrero ingresó en la Real Academia Española ocupando la silla J. La directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, le dio la bienvenida a la RAE con unas palabras que animan a bucear en el trabajo de este autor, que presenta ahora el libro Grecia para todos, editado por Espasa. Iglesias dijo que su obra: “destaca con especial brillantez y singularidad; [es] una obra extensa e intensa, en cantidad y calidad, en la que todos y cada uno de sus trabajos está realizado con el mayor rigor científico, con una escritura siempre cuidada y sencillamente bella […] y con una originalidad de elección de temas y de enfoques innovadores, en su rica especialización, que traducen su profundo saber, su sensibilidad y pasión y compromiso personal con lo que hace”.

En este caso, el relato por la historia de la antigua Grecia invita al lector a emprender un viaje imaginario y sentimental por esa civilización que pervive en muchos rasgos de la cultura occidental. El camino se inicia con el capítulo Trazos para una primera imagen: el olivo; el mar; el vino; la admiración y la verdad, y la lengua griega. Con estos elementos arraigados en la cultura griega se realiza una primera incursión en su identidad como de puntillas para después, según avanza el libro, profundizar, siempre con un tono ameno y didáctico. A través del olivo, por ejemplo, se perfilan rasgos como la mitología, el comercio, los hábitos de alimentación, la cerámica o los juegos panatenaicos; se adelantan conflictos bélicos y se empieza a abrir el telón a la tragedia. Lo mismo ocurre con el mar que sirve de excusa para hablar de literatura, de héroes, de colonización e intercambio de ideas; o con el vino que se asoma al simposio y a las divinidades.

A estos dos elementos físicos se suman, en esta suerte de introducción, un breve recorrido histórico por la lengua y el apartado dedicado a la admiración y la verdad que aborda el deseo de saber. “De los griegos antiguos nos atrae su característica inquietud, ese afán tan constante a lo largo de los siglos por ensayar nuevos caminos para entender el mundo, ese empeño de una indagación progresiva en la visión trágica o filosófica del destino humano y de los conflictos de la sociedad, su anhelo de profundizar en el descubrimiento de la realidad mediante la reflexión, es decir, mediante lo que llamaron el logos, que significa, a la vez, ‘palabra’ y ‘razón”. García Gual sintetiza en esta frase las ideas que desarrollará en los capítulos dedicados a Mitos y tradición literaria (Del mito a los poemas homéricos. Ilíada y Odisea; filosofía y saberes científicos…) y Tradición y pervivencia (religión, mitología y literatura; arte griego, Renacimiento y humanismo) que constituyen algunas de las razones por las que hoy día en Occidente seguimos en deuda con los antiguos griegos, como señala en el epílogo titulado ¿Por qué Grecia?

Recuerda el catedrático que en Grecia surgieron la reflexión crítica sobre la condición humana en el cosmos, la filosofía y la democracia. Señala que fueron los griegos lo que crearon la épica heroica, la lírica coral y personal, la tragedia y la comedia; inventaron y diseñaron la historiografía, la biografía y las novelas de amor y aventuras (precisamente sobre la novela versó el discurso de García Gual de ingreso en la Real Academia Española, Historias de amantes peregrinos. Las novelas griegas); trazaron los ejes teóricos de ciencias como las matemáticas o la medicina hipocrática; diseñaron los ideales de una educación humanista, y definieron con su sentido de la belleza y de la armonía los cánones del clasicismo occidental. Los romanos en su conquista no terminaron con esta civilización, sino que fueron los primeros en caer seducidos por ella y los que permitieron que se expandiera. La trascendencia del legado griego justifica que volvamos, una y otra vez, la mirada hacia cómo se gestó la civilización sobre la que se apoya la cultura occidental.

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