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Una flor en el asfalto, R. Aparicio y E. Barba

Las hierbas urbanas cuentan su vida en un ensayo editado por Tres Hermanas.

29 de agosto de 2022. Estandarte.com

Qué: Una flor en el asfalto Autores: Raquel Aparicio y Eduardo Barba Editorial: Tres Hermanas Año: 2021 Páginas: 126 Prólogo: Gilles Clément Precio: 24,99 €

Una flor en el asfalto, de Raquel Aparicio y Eduardo BarbaComo un álbum de familia incompleto y emocional, así se presenta este libro, tan bello como el título al que responde: Una flor en el asfalto. Se trata de un ensayo sobre hierbas urbanas, sobre esas que crecen en grietas, en muros, bordillos..., esas que son ignoradas e, incluso, despreciadas y bautizadas como malas hierbas.

En ellas se fijó la ilustradora Raquel Aparicio durante el confinamiento de 2020. Admiró su capacidad de adaptación y lo felices que parecían creciendo entre rendijas imposibles.

Gran amante de las plantas, se puso en contacto con el jardinero, paisajista y profesor de jardinería e investigador botánico en obras de arte Eduardo Barba –autor del maravilloso El jardín del Prado (Planeta, 2020)– y le invitó a crear un libro juntos con esas mal llamadas malas hierbas como protagonistas.

Así nació este Una flor en el asfalto que, como indica el subtítulo, juega a ceder la palabra a las hierbas urbanas para que sean ellas las que hablen sobre sus vidas. Para que se describan y cuenten de dónde provienen, cómo crecen, cuáles son sus propiedades, sus aliados y enemigos…

En sus discursos, con los que Barba –el auténtico narrador– interpela a los humanos, hay mucha y muy interesante información compartida de forma amena y coloquial con vocación pedagógica y divulgativa.

En total se pasean por el libro cincuenta hierbas con dos niveles de protagonismo (30 de ellas se extienden más en sus presentaciones y las otras 20 son más comedidas) y están organizadas en cuatro bloques: calles, muros, parques y descampados. Cada una de ellas muestra –en el tono que para ella ha escogido Barba–, su personalidad o, mejor dicho, su plantalidad: las hay chulescas, tímidas, descaradas, dulces…

Los textos ni abusan de tecnicismos ni huyen de ellos: cuando los utilizan, los explican. El objetivo de las hierbas es darse a conocer, por eso son muy claras y se sirven de imágenes y de símiles cotidianos para mostrarse.

Se apoyan también en referencias literarias, cinematográficas o musicales; recuerdan anécdotas históricas, leyendas y tradiciones y presumen de sus usos gastronómicos y medicinales.

Se muestran en los maravillosos retratos, cálidos e emocionales, que Aparicio ha creado con témpera y acuarela. Como ocurre con muchos de los textos, también en la ilustración hay espacio para el humor, sobre todo en los dibujos a línea, esos que acompañan la narración, recogiendo, por ejemplo, al bicho que chupa a una de las plantas o el tarro de botica en el que puede terminar otra.

Con un gran trabajo de diseño por parte de Miguel Sánchez Lindo, este libro se encuadra en la colección de ensayo Clepsidra de la editorial Tres Hermanas. Esos monólogos –entre los que se encuentran la presentación y la despedida, a cargo de una hierba ficticia, alembrijo– encierran jugosas reflexiones sobre capacidad de adaptación, colaboración, convivencia con la naturaleza, materialismo o ecología.

Son una invitación al ser humano a mirar con otros ojos a esas hierbas urbanas, a mejorar la convivencia con ellas, a plantearse la forma de habitar las ciudades. Estas, de secas y uniformes, pasarían a ser ciudades encantadas, como afirma el jardinero, paisajista, botánico y ensayista francés Gilles Clément en el prólogo, si se permitiese que el asfalto se enriqueciese con el color y las texturas vegetales. Este delicioso álbum enseña a valorarlas.  

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