Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Noticias > Libros > Ensayo > Los que saben latín, de Jurado y Espino Martín

Los que saben latín, de Jurado y Espino Martín

Un estudio sobre el profesor de latín como personaje literario.

08 de octubre de 2021. Estandarte.com

Qué: Los que saben latín Autores: Francisco Javier Jurado, Javier Espino Martín Editorial: Guillermo Escolar Año: 2020 Páginas: 232 Precio: 16 €

Los que saben latín, de Francisco Javier Jurado y Javier Espino Martín “Él era un clérigo cerbatana, largo solo en el talle, una cabeza pequeña, pelo bermejo (no hay más que decir para quien sabe el refrán), los ojos avecinados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos, tan hundidos y escuros, que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, entre Roma y Francia, porque se le había comido de unas búas de resfriado, que aun no fueron de vicio porque cuestan dinero; las barbas descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuantos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate largo como de avestruz, con una nuez tan salida, que parecía se iba a buscar de comer forzada por la necesidad; los brazos secos, las manos como un manojo de sarmientos cada una”. Este al que con tanta viveza y sorna describe Quevedo es el dómine Cabra de La vida del Buscón, y uno de los personajes en el que se ha fijado este estudio de Francisco García Jurado y Javier Espino Martín, Los que saben latín, editado por Guillermo Escolar y que, como bien indica el subtítulo (Historia de un personaje literario) se centra en el análisis del preceptor de latín como una “figura literaria de extraordinaria riqueza”.

En este particular homenaje a las personas que enseñan lenguas clásicas, los autores han realizado un recorrido por la literatura española en textos de diferentes géneros (hay novelas, artículos periodísticos, ensayos, memorias, diálogos renacentistas…) y una amplia horquilla cronológica que comprende desde el siglo XVI con los Diálogos de Luis Vives y el Scholástico de Villalón hasta el XX con las reflexiones sobre el sentido de las humanidades de Antonio Muñoz Molina y Juan Manuel de PradaEn el camino, entre otros, están los testimonios del ya citado Quevedo, Federico Rubio y Galí, Benito Pérez Galdós, Valle Inclán, Ramón J. Sender, Rafael Alberti o de Juan García Hortelano.

Muy interesados por la relación entre literatura, historia y sociedad, a García Jurado y Espino Martín les parece especialmente apasionante la que se establece entre la creación literaria y la historia de la educación y buscan sus huellas en los textos que recuerdan el paso de los autores por las escuelas. Se han querido fijar en los profesores de latín –o dómines, gramáticos, preceptores, maestros o pedantes, como también se les llama–, y han encontrado personajes odiados, amados, admirados, temidos…, que han dejado “una huella indeleble, para bien o para mal, en los autores que los retratan”, como indican en la introducción del libro. ¿Por qué los profesores de latín? “Nuestra atención […] respondía al hecho de que su enseñanza había tenido un carácter básico dentro del sistema educativo hasta hace relativamente poco tiempo, y este carácter central y obligatorio de la materia había dado lugar a un tipo de docente específico que no aparece como tal en otras materias”.

En este curioso rastreo literario, los autores se marcaron una suerte de itinerario en torno a tras aspectos básicos: las características del profesor retratado (real o ficticio, laico o religioso, nombre, apodo…); las referencias al sistema educativo y la pedagogía (con impresiones generales y anímicas, planes de estudios, métodos pedagógicos…), y la aparición de autores latinos dentro del retrato. Como indican en la introducción, este último aspecto “está lejos de ser una mera anécdota pues […] puede ser relevante a la hora de estudiar el poso que el estudio del latín ha podido dejar en la obra literaria de un autor moderno”. Esos profesores de latín se convierten así en claves para conocer mejor a los autores que los describieron.

Comentarios en estandarte- 0