Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Noticias > Libros > Ensayo > El ideal masculino en Jane Austen, de Catalina León. Austen es (también) cosa de hombres.

El ideal masculino en Jane Austen, de Catalina León. Austen es (también) cosa de hombres.

Un libro imprescindible para este 2025, año del 250 aniversario del nacimiento de Jane Austen (1775-1817).

08 de marzo de 2025. Estandarte.com

Qué: El ideal masculino en Jane Austen Autora: Catalina León Editorial: Rialp Año: 2025 Páginas: 334 Precio: 22 €

Jane Austen sabía mucho de hombres. Se había criado en una casa de chicos, con más chicos añadidos, los pupilos del padre. Muchachos de buena familia que estudiaban latín, griego y leían a los clásicos. La casa era un batiburrillo de adolescentes. Su conocimiento de lo masculino es, pues, directo.

Trató con muchos hombres. Hermanos, parientes, amigos, vecinos, pretendientes, padres de amigas, editores, clérigos, terratenientes y también arrendatarios, oficios, trabajadores de la rectoría, algunos nobles, todos sometidos al prisma de su aguda observación y quizá retratados de algún modo a través de la Imaginación y la Verdad.

Ahí están Darcy, Knightley, Wentworth, Bingley, Brandon, Ferrars, Wickham, Willoughby, además de los padres, los clérigos, los vecinos ilustres, algunos virtuosos, otros villanos. Con ligereza y sin frivolidad; con ingenio y sin prepotencia; con respeto y sin juicios apresurados.

Los hombres de Austen resultan tan interesantes como sus mujeres y además los retrata justamente en el momento del gran cambio. El tiempo en que los hechos históricos, sociales, bélicos, políticos y económicos, propician la aparición del hombre nuevo. Plano /contraplano, la autora somete a sus personajes a un tête a tête apasionante, en el que suele vencer el sentido común y la belleza del carácter.

Bajo una aparente sencillez discursiva, usando magistrales diálogos, la autora esconde la complejidad que rodea el alma humana y la conducta de las personas. A pesar de que su obra ha sido sometida a una vulgarización excesiva, esta cualidad esencial de lo bello y lo bueno emerge en cualquiera de sus libros. Y ahí están los hombres para cumplir su papel. Y sus recursos: las cartas, las conversaciones, las confidencias y la grandeza de miras.

En las novelas de Jane Austen se da una curiosa circunstancia. Se consideran, en general, libros de mujeres y para mujeres. Sus heroínas están presentes en todas sus páginas y situaciones. Los hombres son, por tanto, un complemento, aunque necesario. Y, sin embargo, de manera increíble, el personaje más conocido, adorado, seguido y característico de su obra es un hombre. El señor Darcy, o Darcy a secas, simboliza mejor que nada el universo Austen. Levanta pasiones, genera polémicas, enamora corazones, introduce a las chicas más jóvenes en el contexto austeniano, y lo hace de una forma tan potente que no es superado por ningún otro personaje. Es una especie de contradicción que constituye otro más de los misterios de Austen. El principal de ellos es su vigencia.

Después de 250 años, la escritora está viva, fresca, descocada, dispuesta, libre, inquieta, colocada en los mostradores de los librerías desde infinitas ediciones y también en las pantallas de los cines o de las plataformas audiovisuales. Hace doscientos cincuenta años que nació y Austen vive.

El ideal masculino en Jane Austen, habla, sin embargo y principalmente, de los hombres. Los hombres de su vida y de su obra, en una dualidad que a veces forma parte de un todo inseparable. En el libro se sitúa bajo un potente foco todo lo que ellos aportan a sus novelas y lo que significaron en su vida.

La mirada que Austen dirige a los hombres de sus tramas tiene la misma y exacta mezcla de compasión, ironía, comprensión e ingenio que la que lanza a las mujeres. Sabe cómo son ellos pero los deja a su aire. Observa cómo se comportan, cómo hablan, qué cuentan y dónde están sus sentimientos y emociones. Muestra sus personalidades, sus temperamentos y la suma de sus caracteres, los tres vértices del conocimiento de la realidad humana. No se hace demasiadas ilusiones, porque la naturaleza humana, como dice la señorita Marple, es la misma en todas partes.

Pero no es desesperanza lo suyo, sino sincero convencimiento de que hay que aceptar a cada uno como es, sin juzgar y sin esperar milagros. Salvo, quizá, el de la escritura.

 

Catalina León, autora de El ideal masculino de Jane Austen

Catalina León es gaditana (de la bahía) de nacimiento y trianera de adopción. Lectora y escritora sobre todo, tiene una larga trayectoria en la educación, como profesora, orientadora, asesora o en cargos directivos. Además de la enseñanza y Jane Austen, su otra línea de investigación es el flamenco, del que ha publicado centenares de artículos en revistas especializadas además de varios libros. Posee la medalla de oro al mérito educativo en Andalucía, el premio Domínguez Ortiz de innovación educativa, el premio de honor Flamenco en el Aula, entre otras distinciones y premios literarios.

Entre sus libros destacan Didáctica del flamenco (CEJA, 1990), El flamenco en Cádiz (Almuzara, 2006), Manolo Caracol. Cante y pasión (Almuzara, 2008), El flamenco y su didáctica (CEJA, 1994), Antología poética de la copla flamenca (coautoría, Renacimiento, 2024), Noticia del flamenco en Triana (en impresión, Renacimiento, 2025), El centro educativo: función directiva y áreas de trabajo (1996), La secretaría del centro educativo (1996), Memoria jonda del flamenco (coautoría, 2022).

Sus artículos de flamenco pueden encontrarse en revistas como Sevilla Flamenca, El Olivo, Candil, Alboreá, Matagorda, El Zoco Flamenco, Litoral, entre otras. También ha colaborado en otros medios con reseñas y artículos de diversos temas.

Sobre Jane Austen ha publicado Las mujeres en Austen (Rialp, 2023) y El ideal masculino en Jane Austen (Rialp, 2025).

En su blog Una isla de papel, dedica especial atención a las mujeres escritoras, destacando la obra de Jane Austen.

 

Comentarios en estandarte- 0