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Diccionario apasionado de la novela negra

Novelas, autores, reseñas y series memorables en un libro irresistible.

04 de abril de 2023. Estandarte.com

Qué: Diccionario apasionado de la novela negra Autor: Pierre Lemaitre Páginas: 512 Editorial: Salamandra Año: 2022 Precio: 22,80 € (papel), 12,34 € (eBook) Traducción: José Antonio Soriano Marco

Estamos ante un diccionario y por eso mismo se puede abrir por cualquier página en busca de una sorpresa, leer ordenadamente –la opción menos interesante– o acudir al índice en la edición en papel en busca de un nombre, una novela o una teoría.

Y es apasionado porque habla “con pasión” de los autores favoritos de su autor, el francés Pierre Lemaitre, de su debilidad por algunos –muchos– detectives, de sus descubrimientos; de sus modelos, de quienes le llevaron a escribir, le enseñaron y le fomentaron el entusiasmo por su lectura; y sigue siéndolo cuando pone en solfa lo que no le gusta ya sea por su estructura, por su falta de interés o por el fondo que dejan traslucir.

En el Diccionario apasionado de la novela negra (Salamandra, 2022, con traducción de José Antonio Soriano Marco) no encontraremos objetividad, no nos engañemos. Lemaitre ya advierte en la introducción (sugiriendo, además, que se lea antes de comprar el libro) que él es un escritor, no un autor de monografías ni definiciones rigurosas y por eso habrá olvidos, injusticias y valoraciones discutibles.

“Es inevitable: se trata de un diccionario de lo que me gusta donde ni siquiera cabe todo lo que me gusta. La selección de las entradas responde a un método un tanto peculiar que se basa en lo que podemos llamar ‘olfato’”. Por eso están unos y faltan otros, Connelly o Irish por ejemplo, sin que esa omisión quiera decir que no estén en su lista de buenos autores.

Hay en este libro un interesante juego de entradas, una visión amplia de lo que en Francia se llama novela polar, en España novela negra y en Italia amarilla; un largo listado que si seguimos el orden alfabético empieza con A sangre fría, de Truman Capote, un relato fascinante para Lemaitre, donde se engarza “la investigación periodística y la amplitud novelesca”, escrito con tal sobriedad que resalta aún más el horror de aquel asesinato múltiple, y termina con Wolfe (el personaje de Rex Stout) que describe como una de sus debilidades.

En este largo caminar encontramos clásicos como James M. Cain y su El cartero siempre llama dos veces con una narración en primera persona, gran recurso –explica– para identificar al personaje con el lector; o como Honoré de Balzac, ¿padre de la novela negra?, o como Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe, novela considerada por la mayoría como el origen de un género que en ningún momento debe considerarse menor. Es literatura, tan buena o tan mala como cualquier otro tipo de novela.

Continuando con los clásicos topamos –descrita de forma crítica, aunque reconociendo su papel– con Agatha Christie, escritora victoriana, moralista, que plantea los crímenes y su resolución como un juego, un pasatiempo que permite el lucimiento del investigador, Poirot, o investigadora, Miss Marple, en el último momento.

También aparecen –¡sorpresa!– Los Cinco, con sus investigaciones y aventuras a los que se enganchó de niño, descubriendo con ellos los modos detectivescos, pero en los que aprecia una puesta en escena y unos planteamientos que, vistos con ojos maduros, tenían un carácter –a su juicio– xenófobo, moralista, sexista y simple que, afortunadamente, no calaron en su espíritu.

Chandler, Chase, Alejandro Dumas, Faulkner, Vázquez Montalbán, Vargas, Padura, Pérez Reverte, John le Carré, Sjöwall & Wahlöö, Larsson, Márkaris. Hitchcock, Trevanian, Kerr, Rendell, Hammett, Lehane… Autores ingleses, irlandeses, nórdicos, mediterráneos, canadienses, americanos del norte, latinoamericanos, orientales, que retratan el crimen, la sociedad, la violencia desde puntos de vista diferentes, con detectives bien definidos, con tramas desarrolladas para dar paso al misterio, el suspense, la tensión, el clima social, las intrigas, el espionaje o la sorpresa.

En este caminar a lo largo de las letras del abecedario, el autor llega a Simenon. Declara no saber por dónde empezar, ni ser capaz de soportar a sus detractores, revela que (no es el único) siempre vuelve a él cuando no sabe qué leer o no tiene nada que hacer y declara que “De todos los escritores que me gustan, Simenon es el único que hace que me entren ganas de escribir, los otros más bien me disuaden de hacerlo”.

Y le gusta porque trata de gente corriente, porque su Jules Maigret es un hombre normal, con su olor a tabaco, su gabán, su cerveza; protagonista de historias que exploran los ambientes más diversos, sin perder su personal manera, lenta, pesada, constante de buscar al culpable y de dejarlo en manos de la justicia –ahí termina su labor– para encarar el siguiente caso.

Y si se trata de policías, inspectores o detectives, ahí está Javert, “…mi primer policía, mi primer detective literario y le tengo un cariño muy especial; llegué a odiarle tantísimo…”. Javert es el malvado policía de Los Miserables, de Victor Hugo, un personaje plano, de los que dan juego al escritor, sin aristas, con un solo objetivo, acabar con Jean Valjean y del que el autor se sirve para crear empatía con el contrario, para invertir valores: es el policía quien encarna el mal y es el expresidiario quien representa el bien. Las simpatías del lector son fáciles de entender.

Se podrían destacar otros tantos autores, libros o protagonistas, todos interesantes, todos reveladores, pero mejor dejar que sea el lector quien los vaya descubriendo. No quedará defraudado.

Ameno, personal y divertido, el libro es un canto a la literatura a través de la novela negra. Un juego en el que el lector participa en  búsqueda de nuevos conocimientos, de afinidades o disparidades; y en el que también se acerca a la historia de las policiacas; a las diferencias entre las novelas inglesas –intelectuales–, las americanas –sensoriales–; a las teorías sobre el suspense, el misterio, la intriga; a entradas que explican las claves de una buena historia, la técnica, los errores, el arte de construir, el valor de una buena estructura, de la verosimilitud, lo que representa la violencia en la negra o lo que supone un “spoiler”. Es, en fin, un libro de compañía que encantará a los miles de aficionados que tiene la novela negra, a los teóricos del crimen y a los que disfrutan con las series –Colombo, The Wire, Breaking Bad– que también tienen cabida en este apasionado y apasionante libro.

Pierre Lemaitre (París, 1951) es el creador del comandante Verhoeven, protagonista de varias policiacas, y autor de Nos vemos allá arriba (ganadora del Premio Goncourt), Los colores del incendio, El espejo de nuestras penas, Vestida de novia o Tres días y una vida.

 

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