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Gay Talese desconfía de su libro

El registro de la propiedad y la policía dudan de su credibilidad.

03 de julio de 2016. Estandarte.com

Qué: Gay Talese desconfía del testimonio de Gerald Foos que sustenta su último libro, El motel del voyeur. Editorial: Grove Press. Año: 2016. Páginas: 240. Cuándo: martes 12 de julio de 2016. Precio: $16.25

Gay Talese y su El motel del voyeur

Un tropiezo al identificar la fuente de la que se nutre su último libro ha hecho tambalear la credibilidad de Gay Talese, una de las máximas figuras del periodismo literario. Después de la polémica suscitada por El motel del voyeur, su libro más reciente, la calma no sucede a la tempestad, sino que la tempestad ruge con más fuerza: ahora el propio autor desconfía de los testimonios de Gerald Foos en los que se ha basado. En resumen, Gay Talese ha desacreditado su propio libro.

Corría el pasado mes de abril cuando Gay Talese publicaba —a modo de extenso reportaje— un fragmento de su próximo libro, El motel del voyeur, en la prestigiosa revista The New Yorker. En él se contaba la historia de Gerald Foos, responsable del Manor House Motel —un motel de carretera en Aurora (Colorado)— entre 1966 y 1995, fecha en la que vendió el edificio, que se demolería nueva años más tarde.

Foos contactó con Gay Talese a comienzos de 1980, con motivo de la publicación de La mujer de tu prójimo, en el que el periodista revelaba las prácticas sexuales de los ciudadanos estadounidenses. Foos quiso compartir tu testimonio con Talese, en una carta anónima en la que explicaba que había comprado un motel para espiar a sus huéspedes, movido por una curiosidad «casi científica».

Después de firmar un acuerdo de confidencialidad, que le impedía revelar tanto la identidad de Foos como el nombre de su motel, el propio Gay Talese presenció —desde un doble techo, y a través de una rejilla similar a un conducto de ventilación— cómo una pareja practicaba sexo oral. Gerald Foos anotaba qué ocurría, entre quiénes... y remitía los informes a Talese. Lo hizo durante años, incluyendo el estrangulamiento de uno de los huéspedes, James Craig Broughman, en 1984. Y la investigación de Talese —El motel del voyeur, que verá la luz el próximo 12 de julio en la editorial estadounidense Grove Press— se publica con la autorización de Foos, una vez ha prescrito su responsabilidad criminal.

La publicación del artículo de Gay Talese en The New Yorker provocó una avalancha de amenazas de muerte a Gerald Loos por parte de huéspedes del motel, además de numerosas críticas a Talese por parte de compañeros de profesión, que apelaron a su condición de ciudadano antes que a la de periodista, a la hora de proteger —y no denunciar— las prácticas de Loos contra la intimidad de sus clientes.

Sin embargo, la historia sobre la que se sustenta El motel del voyeur se tambalea ahora: las contradicciones en las que Gerald Foos ha incurrido, que han sido reveladas por distintos medios de comunicación, han provocado que Gay Talese desconfíe de su fuente —y de su investigación periodística, por tanto— y se negara en un primer momento a promocionar la obra, que en su preventa encabeza ya la lista de los listos más vendidos en Amazon y cuyos derechos para el cine ya ha comprado Steven Spielberg, que habría encargado la dirección de la película a Sam Mendes, responsable de American Beauty.

Según The Washington Post Gerald Foos y su esposa —que conocía y toleraba sus prácticas— vendieron el motel en 1980, después de la visita de Gay Talese, y no lo recuperaron hasta 1988. Este hecho, confirmado tras consultar los registros de propiedad de Colorado, impiden que Loos presenciara muchos de los encuentros que se narran en el libro de Talese, incluido el asesinato de James Craig Broughman.

Para Gay Talese, esta comprobación —que él no realizó previamente— anula por completo la credibilidad de Gerald Foos, un hombre «totalmente deshonesto» cuya palabra «acaba de quedar en la basura». Sin embargo, pese a su reacción inicial, el periodista ha dejado claro que «no reniego de mi libro El motel del voyeur y tampoco lo va a hacer mi editorial. Si hay detalles que corregir en ediciones posteriores, lo haremos».

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