Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Noticias > Libros > El comienzo de 'Así habló Zaratustra'

El comienzo de 'Así habló Zaratustra'

Obra y autor fueron punto de inflexión en la historia del pensamiento.

13 de marzo de 2024. Estandarte.com

Qué: El principio de Así habló Zaratustra Autor: Nietzsche

El comienzo de Así habló ZaratustraLa muerte de Dios, el superhombre, el eterno retorno, la voluntad de poder… A todos estos conceptos clave para el devenir del pensamiento contemporáneo Nietzsche les dio salida en su querido Así habló Zaratustra, un extraño libro  escrito y publicado entre 1883 y 1885 del que afirmó: “Entre mis escritos ocupa un lugar aparte. Con él he hecho a la humanidad el regalo más grande que hasta ahora ésta ha recibido. Este libro [...] no es sólo el libro más elevado que existe, [...] es también el libro más profundo, nacido de la riqueza más íntima de la verdad”. Al menos de su verdad y de su libertad. Porque Zaratustra es un ejercicio supremo de libertad formal y conceptual. Lo primero porque Nietzsche creó un personaje rodeado de misterio, el legendario profeta fundador del zoroastrismo en cuya boca colgó extrañas profecías, sueños, predicciones, poemas, aforismos, diálogos, fábulas… El profeta regresa para anunciar –como en una especie de evangelio invertido– que el orden moral ya no rige el cosmos, que aquello no es ni siquiera una aspiración porque sencillamente es imposible, que la vida es dolor y que hay no solo que afrontarlo sino que superarlo. Una nueva mentalidad que alumbrará seres libres preocupados en buscar y dar sentido a sus vidas. Todo esto es lo que un buen día Zaratustra decide que ha de comunicar a los seres humanos. Para ello ha de terminar con su retiro y mezclarse con ellos. Así arranca Así habló Zaratustra

“Cuando Zaratustra cumplió treinta años abandonó su patria y el lago de su patria  y se fue a la montaña, donde gozó de su espíritu y de su soledad sin cansarse de hacerlo durante diez años más. Mas por fin llegó un día en que su corazón se transformó, y una mañana se levantó cuando la aurora comenzaba a mostrarse en oriente, y dirigiéndose al Sol le habló de esta manera: 

 ‘¡Óyeme, astro grandioso! ¿Cuál sería tu felicidad si no tuvieras a quien prodigar tu luz? Diez años hace que subes diariamente a mi caverna; si no hubiera sido por mí, por mi águila y mi serpiente, te habrías cansado de tu luz y de este camino. 

Pero nosotros te esperábamos todas las mañanas, te aliviábamos del exceso de tu luz y por ella te bendecíamos. 

¡Mira! Estoy asqueado de tu sabiduría, como la abeja que ha libado demasiada miel, y necesito unas manos que se ofrezcan. 

Quisiera regalar y repartir hasta que los sabios de entre los hombres vuelvan a alegrarse de su locura y los pobres de su riqueza. 

Para esto tengo que descender a las profundidades, como haces tú al anochecer, cuando vas al otro lado de los mares llevando tu claridad al mundo inferior, ¡oh astro pródigo de riquezas!

Como tú tengo que desaparecer, que ponerme como dicen los hombres, hasta quienes quiero descender. Bendíceme pues, ojo tranquilo, que sin envidia puedes contemplar una felicidad inconmensurable. 

Bendice la copa que va a derramarse para que de ella se vierta, dorada, el agua, y lleve a todas partes el reflejo de tus delicias.

¡Mira!, esta copa quiere vaciarse de nuevo y Zaratustra quiere volver a ser hombre’. 

Así comenzó el ocaso de Zaratustra”. 

Comentarios en estandarte- 2

1 | Persal 17-11-2017 - 13:48:36 h
No sé si el comienzo de Así hablo Zaratustra me invita mucho a su lectura, la verdad...

2 | Carmita 18-12-2017 - 12:53:24 h
A mí el principio de Así habló Zaratustra me parece como el resto. Un tostón.