Tejiendo vidas, contando cuadros

18 de mayo de 2021. Estandarte.com

“El Museo Thyssen es un espacio de diversidad. De eso no tengo duda. El Arte, al fin y al cabo, es eso: diversidad. Tuve la oportunidad de trabajar con un grupo de personas invitadas por el Museo Thyssen. Personas de otros países, de otras edades, de otras formas y colores. No solo estudiábamos sus cuadros, también los que hacíamos nosotros. Y de ahí salieron pedazos de nuestras vidas, de nuestras experiencias, algunas olvidadas y recordadas ahora, al ver un cuadro en el Museo. Trabajando con este grupo descubrí cómo, al final, somos todos iguales”. Con estas bellas palabras comienza Aitor Saraiba su libro Tejiendo vidas, contando cuadros.

Se trata de una novela gráfica que forma parte del proyecto de accesibilidad cognitiva en lectura fácil Novela Gráfica, creado por el Área de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza con el apoyo de la Fundación Iberdrola España y la colaboración de AMÁS Fácil (servicio de lectura fácil de Grupo AMÁS) y otras asociaciones y fundaciones.

En él recoge, de forma bella y poética, el tiempo que, con el Área de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza, Saraiba anduvo por el museo con ese grupo que cita en su texto, las charlas que mantuvieron y los recuerdos, impresiones y sentimientos que despertaban los cuadros en esas personas. La experiencia le permitió confirmar que “el Arte […] intenta siempre mostrar el alma humana”, y él dejó huella del alma en estas páginas con sus dibujos y sus palabras.

Los trazos de Aitor Saraiba interpretan distintos cuadros del Thyssen y la emoción y reflexión que despiertan en esas personas –que forman parte de entidades como Grupo AMÁS, AMÁS Fácil, la Fundación Secretariado Gitano, Grandes Amigos, el Centro de Día Latina, la Asociación Madrileña de Espina Bífida y Paideia–. A ellos también los retrata y presenta: entre otros están Emilio, que busca la perfección; Elena, a la que le gusta tejer; Ramona, una chica de mil colores; Juan Ramón, que confesó estar triste; Patricia, la superviviente, o Dara, que escucha el silencio. El artista les retrata junto a lo que evocan sus palabras y así va construyendo un paseo muy especial –muy humano– por las salas del museo madrileño.

Un paseo pintado y escrito que propone lecturas diferentes a las que estamos acostumbrados sobre cuadros como Atardecer de Edvard Munch, El sueño de Franz Marc o Contrastes simultáneos de Sonia Delaunay. Aquí no se habla de técnicas, influjos, corrientes o rupturas; aquí lo importante es que ante un cuadro hay alguien que vuelve a viajar; ante otro, una mujer encuentra calma y serenidad, y otro de esos lienzos despierta un recuerdo tierno y querido. 

También es fundamental que la forma de contarlo permite que esta narración llegue a muchos. Según se iba avanzando en el proyecto, AMÁS Fácil iba validando cuanto se refiere a lectura fácil para asegurar el objetivo: potenciar la accesibilidad cognitiva y acercar el arte a todos.

En la web del museo, Alberto Gamoneda, coordinador del proyecto, indica qué requisitos pensaban desde el museo que debía cumplir quien se hiciera cargo del libro: “Un artista al que le gusten las personas y sus biografías, que sepa de novela gráfica, que sea capaz de hacer algo tan complicado como hacer sencillo lo complejo sin que pierda poesía y, que pueda en una frase y un dibujo, narrar toda una vida y el porqué una persona elige un cuadro concreto como espejo de su narrativa.” Lo encontraron en Aitor Saraiba que ha creado, según Gamoneda, “un pequeño museo que nos reúne a todos y una obra de arte que puede llevar el museo a mucha gente para que convierta nuestras historias en las suyas. Así funciona el arte... sumando.” Esta obra de arte se puede visitar –leer, disfrutar– en la web del museo y su acceso, además de fácil, es gratuito.