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TBO, la revista que dio nombre al cómic español

Un siglo de historietas, humor y cultura popular en una revista que dio nombre a los demás tebeos españoles.

10 de mayo de 2025. Mariola Díaz-Cano Arévalo

Qué: Los orígenes del TBO.

El último TBO, como revista periódica mensual, se publicó en 1998, pero sus lectores de más solera todavía recuerdan algunos de los personajes o series que marcaron una época en sus páginas, como Altamiro de la Cueva, Melitón Pérez, las tiras cómicas de Coll y, en especial, La familia Ulises o Los grandes inventos del TBO.

Su popularidad entre el público infantil pero también el adulto fue tal que llegó a ser un fenómeno cultural sin precedentes, y su nombre, pronunciado como «te veo», terminó convirtiéndose en el genérico «tebeo», que refería —y refiere— a todas las revistas de historietas en España, es decir, al cómic español.

 

Los orígenes del TBO

El TB<oPublicada en Barcelona desde 1917 hasta 1998, apareció después de que el periodista murciano Joaquín Arques sugiriera al impresor barcelonés Antonio Suárez la idea de lanzar una revista infantil, en la línea del popular Patufet, para sacarle más partido a su negocio, pero los primeros números, que incorporaban mucho más texto que dibujos, no funcionaron bien y Suárez vendió la cabecera al editor Joaquim Buigas, que sería su director y alma máter durante 45 años, desde el número 10  hasta su fallecimiento en 1963.

El nombre de TBO podría haber surgido de una revista lírica estrenada en 1909 con ese título T.B.O., que habría visto Arques, que también era autor de zarzuelas y revistas musicales.

Desde el principio su estilo visual se pensó claro y sencillo, y se enfocó en la narración gráfica con viñetas y chistes de autores tanto nacionales como internacionales. Además, su primer destino para los lectores más jóvenes significó el uso del humor blanco y atemporal y el desarrollo de personajes entrañables y secciones llenas de ingenio, como la de los inventos del TBO, que también quedó como frase genérica para referirse a esos inventos disparatados o sorprendentes. Asimismo, la expresión «estar más visto que el TBO» se convirtió en sinónimo de algo muy repetido o conocido, aunque ahora ya ha perdido ese significado.

Sus más de ochenta años de publicación estuvieron divididos en varias etapas, desde la posguerra, pasando por los años cincuenta —con algún episodio de censura— y hasta los 70 y 80, e incluyeron más de mil números, contando también los extraordinarios y almanaques.

Además, la revista se convirtió en cantera de muchos autores que luego desarrollaron importantes carreras en el cómic y la ilustración.

 

El TBO: autores y personajes destacados

Fueron muchos, pero si hay que destacar a algunos, se debe mencionar a Marino Benejam, el creador de la más que icónica, y quizás la más popular: La familia Ulises, creada en 1944, una serie costumbrista que narraba y mostraba un retrato lleno de humor de las aventuras y desventuras de una familia numerosa. Más tarde, ya en los años 80, y con la evolución de contenidos, se adaptó el concepto con Hala, hala, a mogollón… con la familia Rovellón, que firmaron conjuntamente como Semperenavarro el guionista Francisco Pérez Navarro y el dibujante Jordi García Sempere.

También de relevancia fue Josep Coll, al que se considera el mejor pero no alcanzó la popularidad de otros autores al no haberse centrado en unos personajes fijos. Y el elegante Ricardo Opisso, que trabajó con Antonio Gaudí.

100 años de TBODestaca también Sabatés, el autor que más dibujó al famosísimo profesor Franz de Copenhague, personaje creado por Serra Massana, y que introducía y explicaba los famosos inventos del TBO. Y en esa última etapa de los 80 también colaboraron nombres como los de Purita Campos, Manuel Vázquez, Martz Schmidt (con su personaje Insegurini) o José Escobar, entre muchos otros.

En definitiva, el TBO marcó prácticamente la historia gráfica española de todo el siglo XX y fue la base para ese gran y exitoso desarrollo del tebeo infantil y juvenil que vivió sus más grandes momentos con los autores y obras de la editorial Bruguera.

Para saber más en 2017 se publicó el volumen 100 años de TBO, de Antoni Guiral y Lluís Giralt, en Ediciones B.

 

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