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Realidad a la piedra, de Joaquín Reyes

Humor inteligente, absurdo y chanante en un cómic pétreo.

19 de septiembre de 2013. Emilio Ruiz Mateo

Qué: Realidad a la piedra Autor: Joaquín Reyes Editorial: Reservoir Books Año: 2013 Páginas: 96 Precio: 9,90 € (Ebook: 7 €)

Joaquín Reyes vuelve a hacernos reír con su “posthumor” en Realidad a la piedra, un pequeño cómic que cuenta muchas cosas del género humano, personificado en… ¡piedras!

Realidad a la piedra de Joaquín ReyesLas protagonistas del cómic son exclusivamente eso, piedras. No verás a un humano pasearse por estas páginas: como mucho, las cabezas de Washington, Thomas Jefferson, Roosevelt y Abraham Lincoln en el monte Rushmore y un inquietante ET petrificado.

Las piedras de Joaquín Reyes hablan como los personajes de La hora chanante o Muchachada Nui, ese desperpajo cañí tan característico que es ya marca de la casa. Pueden ser pastillas que jabón que se autoengañan creyéndose pedruscos, tótems que quieren ser cantos rodados, pequeños seres con problemas de ego y perspectiva (echad un vistazo a la viñeta de arriba...) o parejas de rocas a las que la monotonía de estar siempre juntas y en el mismo lugar acaba por hacer que se planteen nuevos rumbos. ¿A que os suena de algo? Al final resulta que las piedras son igualicas que nosotros.

Joaquín Reyes forma parte de ese grupo de humoristas que en los últimos años le han dado la vuelta al género en España, cuajando lo que se ha denominado posthumor, y que en palabras de uno de sus estudiosos, Jordi Costa, se trata de "humor de chistes que no hacen gracia" o ese "humor llevado al límite que no provoca la carcajada sino la incomodidad".

En el posthumor hay una mezcla de fracaso de la modernidad, absurdo, inadaptación social, caricatura de lo peor de nuestras miserias y autorreflexión. Esto, que podría sonar a ensayo un tanto aburrido, se convierte en la particular mente de Joaquín Reyes, Julián López, Ernesto Sevilla o Carlos Areces en algo muy, muy divertido. Aunque, como dice Costa, tal vez no esté pensado para hacer gracia…  

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