Portada > Noticias > Libros > Comic > Océano: el cómic de Ferrari y Mandrafina que planteaba la conexión entre el todo y la nada
Océano: el cómic de Ferrari y Mandrafina que planteaba la conexión entre el todo y la nada
Ricardo Ferrari construye una pequeña y encantadora fábula ecológica sobre las relaciones entre el hombre y la naturaleza.
04 de mayo de 2025. Iván de la Torre
Qué: Océano Autor: Ricardo Ferrari (guion) y Cacho Mandrafina (dibujo) Editorial: Columba Año: 1997 Páginas: 120 Precio: 1.200 pesos argentinos

Ricardo Ferrari construye una pequeña y encantadora fábula ecológica sobre las relaciones entre el hombre y la naturaleza y la forma, muchas veces misteriosa, en que las acciones del ser humano influyen en su medio ambiente.
La historia transcurre en Océano, un planeta-mar, donde solo existe un pequeño territorio firme conocido como “la isla” desde donde se exporta harina de pescado a una degradada, superpoblada y contaminada Tierra: «La-Isla. Un peñón, la única tierra firme. Una base que lanza la harina de pescado en cohetes, hasta la estación orbital que la envía a las colonias. Un islote rodeado por una tosca telaraña de muelles y cintas transportadoras y bares flotantes y centros psiquiátricos y prostíbulos, y talleres, y hospitales. La-isla».
Jonás –un nombre no casualmente lleno de resonancias bíblicas– es contratado por una compañía pesquera para atacar barcos de la competencia usando un pequeño pero letal submarino de combate: «Usted va a hundir naves de otras compañías. No podremos ayudarlo, ni comunicarnos, dejaremos provisiones, pero ni siquiera sabemos si las recoge, si está vivo o no, o si está operando. Estará absolutamente solo. No verá a nadie hasta que se hunda, o regrese. Si lo descubren, todos, hasta nosotros, lo buscarán para hacerlo pedazos. Y si pasa algo, nadie lo ayudará».
Jonás acepta ese trabajo que lo condena a la soledad más absoluta como una manera de encontrar su voz interior, escapando, al mismo tiempo, de una realidad asfixiante donde se siente atrapado y desesperado: «¿Conoce las estadísticas? Los hombres que llegan a mi edad solteros en ciudades como esta tienen sólo un diez por ciento de posibilidades de conseguir mujer. El noventa por ciento muere de enfermedades cardiorespiratorias por el aire contaminado. El ochenta por ciento se vuelve alcohólico, el setenta por ciento tiene entradas en la policía por comportamiento violento o antisocial. Ese es mi futuro, y usted me ofrece la posibilidad de escapar a él. ¿Me matarán? ¿Me tragará un pez inmenso? ¿Me ahogaré? Lo que sea, será mejor que esto».
Jonás, como Lawrence de Arabia, es un romántico que no soporta la sociedad y manipula el sistema para morir luchando por lo que cree: «En Océano. Por fin he llegado. Me siento como un enamorado que tras años y años de fatigas llega hasta su amante, listo a poseer y ser poseído, a imponerse para ser definitivamente sometido. Me dicen que es solo por ocho años, que luego puedo pedir traslado, y yo asiento gravemente, como si en realidad quisiera irme. No dejaré que sepan que me quedaré aquí para siempre, que aún después de muerto quiero estar aquí, disuelto amorosamente en las corrientes, alzado con apasionado vigor por las olas como montañas, fundido con la sal y la espuma. Tras mentiras, engaños y precios pagados he llegado al planeta-mar. He llegado al lugar de mis sueños. Jamás aceptaré marcharme».
Como todas las historias de Ferrari, el personaje central busca algo que de sentido a su vida, un objetivo que permita definir quién es, por qué está en el mundo; en este caso, la magnificencia que lo rodea le permite desintoxicarse de su existencia en la Tierra y alcanzar un nivel superior, entendiendo las fuerzas secretas que mueven el mundo, donde cualquier gesto, por pequeño que sea, hace la diferencia:
«En estos dos días no he entrado al submarino. He visto salir el sol y las lunas, y las estrellas. Todo surgió del mar y el mar volvió como si este colosal océano fuera el origen y la finalidad de todo. Me siento como tendido sobre la piel de un dios ilimitado, un dios mudo, temperamental, ajeno a nuestras nociones de necesidad, o de tamaño, y no le temo, más bien, es la primera vez, en mi pobre vida de ciudades terrestres hacinadas y promiscuas, en mi existencia de no poder dar más de tres pasos sin tropezar con otra persona o con una pared, que realmente estoy vivo... Aún hablo solo. Pero cada vez menos; lograré ser como las criaturas silenciosas que a veces me siguen durante kilómetros. Ya me estoy acostumbrando a su mundo. Permanezco a oscuras, en el fondo, días enteros esperando una presa. Me dejo llevar por las corrientes, y ya va para una semana que no salgo a la superficie. Como a ellos, si me encuentran, me cazaran. No me importa. Es lo que pago por tener todo OCEANO para mí. Pd: saqué de servicio al vigésimo barco, y era de mi compañía. No me importa. ¿Mata a los hijos de Océano? Entonces es mi enemigo».
Como sucede en todas las grandes narraciones de Ferrari, Jonás alcanza la redención personal que le permite superar su pasado y alcanzar un estadio superior, un proceso que registra cuidadosamente en su diario: «Me ha conmovido ese pez herido que salvé de una muerte segura. Creo que al fin, cuando ya había desistido de lograrlo, soy parte de este océano. No soy más humano. Soy una de sus criaturas. Moriré aquí. No me quejo. Amé este Océano, quise ser una de sus criaturas y se me concede la gracia de terminar como ellas, tragadas vivas por un cazador. Es una forma de justicia. Yo arrojé a millones de ellos en las redes y las trituradoras, ellos me empujaron dentro de uno de los carniceros. Así sea».
La interacción con ese inmenso mundo, de pura agua, le permite a Jonás entender cómo funciona el universo y dar un mensaje conciliador y ecológico que suena creíble, evitando caer en un vacío discurso new age: cualquier gesto, por pequeño que sea, tiene consecuencias, sobre nosotros y sobre los demás, algo que el protagonista registra en su diario: «Mundo caprichoso en el que un gesto casual cambia la historia y una cuidadosa acción deliberada de decenas de pesqueros, cientos de hombres y computadoras, pasa desapercibida».
Comentarios en estandarte- 7
1 | JR Del Rio
19-08-2024 - 17:28:23 h
No lo conocía, y me lo agendo para leerlo. Ferrari y Mandrafina tienen que ser una dupla ganadora. Gracias por el dato.
2 | Luz María Mikanos
19-08-2024 - 17:47:33 h
Qué buen tema, la interacción del ser humano de con el medio ambiente. Me encantó!
3 | Mario Endrizzi
19-08-2024 - 17:51:35 h
Me recuerda a Waterworld, la película de Kevin Costner. Espero encontrarla en algún lugar. Gracias Iván!!!
4 | Luz María Mikanos
20-08-2024 - 03:42:00 h
Una historieta de un tema muy interesante y de actualidad, la interacción del ser humano con la naturaleza y su influencia no adecuada.
5 | Ivan
26-08-2024 - 15:10:51 h
Muchas gracias por tu comentario JR del Río
6 | Ivan
26-08-2024 - 15:11:24 h
Exacto, Luz, fue una obra que se adelantó a su tiempo hablando de la importancia de cuidar el medio ambiente
7 | Ivan
26-08-2024 - 15:11:59 h
Fijate en la página de Columberos, Mario, ellos comparten gran parte de este material!