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El buen Dios: la primera colaboración de Carlos Trillo y Enrique Breccia.

Una gran historia en un espacio mínimo, aprovechando el talento de su dibujante para sugerir siempre mucho más.

15 de agosto de 2024. Iván de la Torre

Qué: El buen Dios Autores: Carlos Trillo (guion) y Enrique Breccia (dibujo) Editorial: Récord Editorial Año: 1991 Páginas: 64 Precio: 1200 pesos argentinos

El Buen Dios es un proyecto que puede leerse como un excelente unitario largo o el primer capítulo-presentación de una prometedora serie que no fue, con Carlos Trillo contando una gran historia en un espacio mínimo, aprovechando –como luego haría con Horacio Altuna y Cacho Mandrafina– el talento de su dibujante para sugerir siempre mucho más de lo que dice a través de silencios, miradas y gestos.

La historia comienza cuando el antihéroe, Alonso de León, es convocado por el Marqués de Cardonas (“un miserable enriquecido por el contrabando y la venta de cargos públicos”) para robar un documento: «Debes ir al amparo de la noche a la casa de Javier de Villalba, quien acaba de llegar a Buen Ayre en una nave llamada el Buen Dios. Para mi desgracia, este hombre me prestó un dinero el año pasado haciéndome firmar por el doble un documento. Ahora él quiere que le pague y yo quiero que tu, a cambio de los doscientos reales, le quites el documento por mí firmado».

Con el dinero que gana, el protagonista compra El buen Dios, “un barco que necesita mucho calafateo”, y parte hacia Venezuela para averiguar su origen («en Coro hay una muchacha llamada Sara que es hija de un viejo esclavo de mi padre. Creo que es la única que puede decirme quien fue mi madre. Te explico, Ureña, mi padre tuvo mujer mas no consiguió de ella descendencia, entonces optó por reconocer en mi a su heredero. Yo soy hijo de su relación con una india. Nunca supe quién era mi madre... Mi padre me lo ocultó hasta su muerte, hace cinco años. Y yo estuve demasiado ocupado en estudiar y en guerras, allá en Europa. A la muerte de mi padre decidí volver a América. Las tierras que tuvimos en Coro fueron malvendidas hace años, pero sé que allí está aún Sara, la hija de Morro, un negro que acompañó siempre a mi padre en sus correrías. Y ella, porque mi padre tiene que habérselo contado, debe saber quién fue mi madre»).

Desde ese prometedor inicio, Trillo construye una historia llena de desencuentros, con un protagonista que intenta averiguar su origen en una época de agitación social donde parece llegar siempre tarde a todas partes porque la Historia, en mayúsculas, se le adelanta: así, en Venezuela, encuentra a Sara ahorcada tras haber liderado una frustrada rebelión de plantadores y decide ir a Nueva Córdoba: «si en Coro no he podido saber nada acerca de mi madre tal vez lo averigüe en Nueva Córdoba, donde vive el que fuera albacea de mi padre. Y yo quiero saber. Quiero saber quién fue ella. Quiero saber por qué el silencio de mi padre hasta el día de su muerte. También quiero comprender mejor a estas tierras en las que he nacido y que siento latir en un despertar tumultuoso...».

En el tercer –y lamentablemente último– capítulo publicado de esta novela gráfica, de León acepta llevar en su barco a un viejo inquisidor llamado Talavera y Muñiz, el hombre que mató y violó a su madre (esto, por supuesto, él no lo sabe, pero el lector sí, gracias al talento de Trillo para jugar con las expectativas del público y manipular los puntos de vista de una historia, ensombreciendo determinados detalles y poniendo el foco en otros).

«Madre de León: Oh, sí, señor, es cierto. Nunca tuve tratos con el demonio para enamorar a Alonso de León. Tampoco es cierto, excelencia, que el hijo que hemos tenido lleve el estigma de Satán. Y menos que tenga el nombre de su padre para completar el maleficio.

Talavera y Muñiz: Sin embargo, dicen que llevas la marca del demonio grabada en el cuerpo. Veremos si ello es cierto...».

Con este tercer episodio, lamentablemente, termina abruptamente la serie, pero el trabajo, aunque breve y publicado de forma muy irregular (dos capítulos salieron en 1977 y el tercero en 1986) sirve para entender lo que guionista y dibujante harán poco después en Alvar Mayor.

Breccia aplica en El buen Dios el estilo, dominado por contundentes blancos y negros, que ya había usado en su colaboración con H. G. Oesterheld para El Che; por su parte, Trillo logra, en apenas tres capítulos, sintetizar el tono de las mejores novelas sobre las revoluciones que sacudían Latinoamérica en el siglo XVIII (en especial, El siglo de las luces, de Alejo Carpentier), manejando inteligentemente la elipsis para transmitir mucha información en pocas líneas.

Curiosamente, al hablar de este tebeo (y el posterior Alvar Mayor), Breccia reconoció que admiraba mucho el trabajo de Trillo (con el que colaboró durante más de dos décadas, creando novelas gráficas clásicas como El peregrino de las estrellas, Marco Mono, Los enigmas del P.A.M.I. y unitarios brillantes como Mariposas, libres mariposas o el irreverente El reino azul) pero no su postura sobre la conquista y posterior revolución latinoamericana: “Estuve nuevo años trabajando para la Fleetway. El trabajo era agotador porque hacía 64 páginas al mes. Entonces lo dejé y empecé a trabajar en Argentina con Carlos Trillo. Trillo es un talentosísimo guionista. Lo que no compartía ni comparto es la visión. Yo soy un hispanista y lo que voy a decir es políticamente incorrecto, pero es lo que siento: creo que la leyenda negra del genocidio español en América es un invento anglosajón, no fue tal, creo que le debemos lo que somos al descubrimiento y conquista española, que tuvo sus excesos, pero hay que situarse en la época, pero no hay que sacarlo del contexto. Los españoles y portugueses que fueron tuvieron relaciones con los nativos y de ahí salió la raza criolla a la cual pertenezco. Todo esto no lo hicieron los anglosajones, que exterminaban en todo lugar donde llegaban. En 1992 hice De mar a mar. Fue una obra que me gustó mucho hacer, que no tiene una visión anglosajona del genocidio español, una leyenda negra. Es la vida de Núñez de Balboa, desde un punto de vista más humano. Me gustó hacerla sobre todo desde el punto de vista gráfico: de aguada y de pintura, que no había hecho antes”.

 

Comentarios en estandarte- 3

1 | Luz María Mikanos 25-05-2024 - 01:24:40 h
Excelente e inteligente manejo del relato en detalles cortos y sintéticos. Me encanta!

2 | Ivan 26-05-2024 - 15:23:33 h
Gracias, Luz, sos mi lectora más fiel!

3 | Ivan 28-05-2024 - 13:38:49 h
Muchas gracias por tu apoyo, querida Luz!