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El libro de jade, de Judith Gautier

Colección de 'chinoiseries' para paladares exigentes.

02 de diciembre de 2013. Estandarte.com

Qué: El libro de jade Autora: Judith Gautier Editorial: Ardicia Año: 2013 Páginas: 136 Precio: 15,90 €

El libro de jade de Judith Gautier es una pequeña exquisitez editada por una casi recién nacida editorial, Ardicia, de la que a buen seguro seguiremos hablando en los próximos meses: basta ver sus dos primeras referencias para comprobar el cuidado que ponen en la edición de sus libros.

El libro de jadeNos descubre a muchos El libro de jade a un personaje muy atractivo, Judith Gautier, hija de Théophile Gautier, amante de Victor Hugo y Richard Wagner, primera mujer elegida miembro de la Academia Goncourt y “culpable” en parte del gusto por las chinoiseries de la generación de poetas simbolistas…

Se compone El libro de jade, traducido por Julián Gea, de una serie de exquisitas miniaturas, pinceladas con trazo sutil: historias mínimas y evanescentes que hacen de la contemplación de la sombra de las hojas de naranjo, del reflejo de un pabellón de porcelana sobre las aguas de un lago o del discurrir de las nubes en el cielo estival instantes plenos y luminosos, cargados de sentido, belleza y trascendencia.

En este conjunto de estampas delicadas y evocadoras, Judith Gautier reunió una elegante colección de pequeñas piezas de los poetas clásicos chinos más célebres, libremente traducidas y reinterpretadas según el lenguaje propio del simbolismo. Una antología organizada en torno a sugerentes motivos temáticos (los enamorados, la luna, el otoño, los viajeros, el vino y los poetas–) que condensan toda la esencia del Celeste Imperio.

Judith Gautier nació en París en 1845. Hija de Théophile Gautier, primera esposa de Catulle Mendès, amante de Victor Hugo y Richard Wagner, admirada por Baudelaire, Mallarmé, Sargent, Flaubert y otros muchos personajes de la vida artística de la época, fue una de las grandes figuras de su tiempo. En 1910 resultó la primera mujer elegida miembro de la Academia Goncourt. Su padre acogió a un exiliado chino que se convirtió en su preceptor y le permitió descubrir la lengua de una civilización milenaria. Con la aparición de El libro de jade (1867), que marcó un hito en la historia de los intercambios literarios entre Asia y Europa, iniciaría la publicación de una variada serie de textos sobre distintas tradiciones culturales de Oriente. El gusto por las chinoiseries de la generación de poetas simbolistas y de los pintores nabis también le debe mucho a su trabajo. Murió en Saint-Enogat en 1917.

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