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Dickens enamorado, de Amelia Pérez de Villar

Este ensayo biográfico nos muestra al Dickens más íntimo y personal.

30 de noviembre de 2021. Estandarte.com

Qué: Dickens enamorado Autor: Amelia Pérez de Villar Editorial: Fórcola Ediciones Año: 2012 (primera edición), 2020 (edición revisada y ampliada) Páginas: 212 Precio: 21,50 €

Dickens enamorado“En 1908 George Pierce Baker, catedrático de Literatura Inglesa en la Universidad de Harvard, editó para los miembros de la Sociedad Bibliófila de Boston un maravilloso volumen que contenía la correspondencia privada entre Charles Dickens y Maria Beadnell. Las cartas se descubrieron en Inglaterra y alguien que conocía bien su valor se las compró a una hija de Maria Beadnell, de casada Winter.” Con este dato comienza el ensayo biográfico Dickens enamorado de la escritora y traductora Amelia Pérez de Villar, que Fórcola Ediciones publicó por primera vez en 2012, cuando se cumplía el bicentenario del nacimiento del gran escritor inglés, y que en 2020, año en que se recuerda el 150 aniversario de su fallecimiento, se presenta de nuevo revisado y ampliado. 

El descubrimiento de esa correspondencia y su estudio son el origen del libro de Pérez de Villar. En él se aproxima a Dickens con una “nueva visión más íntima y personal”, como detalla la sinopsis de Fórcola. Dickens era muy joven cuando conoció a Maria Beadnell. Fue la diferencia socioeconómica y la oposición del padre de ella a la relación lo que frustró las expectativas de ese muchacho, entonces aficionado al teatro. Estas cartas demuestran que la huella que Maria Beadnell en Dickens fue muy profunda y, por tanto, también en su obra. Sin ella no existiría la Dora de David Copperfield.

Solo quedan las cartas que Dickens dirigió a Maria Beadnell y están divididas en dos etapas: la de juventud (de las que se conservan seis, una de ellas dirigida a su amiga Mary Ann Leigh) y la adulta, tras un reencuentro en 1855, que Pérez de Villar considera más interesantes a pesar de que les falta la inmediatez y la inocencia de las misivas adolescentes. “Imagino, aunque tal vez no haya usted pensado mucho, en los últimos tiempos, que yo la amaba entonces como ama un hombre, que habrá visto reflejada en mis libros la pasión que por usted sentía, y que habrá pensado usted que no es cosa de broma haber amado así; y es posible que haya visto en algún detalle de Dora pequeñas pinceladas de lo que usted era. Estoy seguro de que sus gracias se habrán perpetuado en sus niñas y volverán loco en su momento a otro joven amante, aunque este nunca sea tan devoto como lo fuimos David Copperfield y yo.”, escribía un Dickens ya casado y con hijos a esa mujer también casada.

No es este el único episodio sentimental en el que se fija Dickens enamorado. Pérez de Villar rescata también su idilio con Ellen Ternan, Nelly, actriz a la que conoció en 1857 cuando ella solo tenía 18 años, de la que se enamoró y cuya relación provocó la ruptura de su matrimonio con Catherine Hogarth, que, por otro lado, nunca fue fácil ni feliz. El puritanismo de la sociedad de la época les obligó a mantener su relación en secreto, así que Dickens y Ternan no vivieron juntos, pero tampoco se separaron hasta la muerte del escritor en junio de 1870. Nelly es la mujer invisible del libro de Claire Tomalin y de la película de Ralph Fiennes. Y es una de las piezas clave en la vida de Dickens, según cuenta Pérez de Villar en su blog De libros y de hojas: “Nelly había sido su segunda oportunidad en el amor y en la vida, y la historia de la literatura debe agradecer su presencia. Porque si fueron sus obras más populistas, como es natural, las que resultaron más populares y las que le dieron más fama y dinero, tras el advenimiento de Ternan su elenco se hace más profesional, alcanzando la excelencia literaria —que había comenzado en Casa desolada— más allá de la creación de tipos urbanos y la denuncia social. A esta última época pertenecen Historia de dos ciudades, considerada la menos dickensiana de sus obras precisamente porque se decidió a explorar otros campos (como la novela histórica, con la que había hecho una tentativa en Barnaby Rudge), Grandes esperanzas y Nuestro común amigo.”

No descuida Amelia Pérez de Villar otras cuestiones de la vida de Dickens (su familia, su obra, sus viajes, sus maratonianas jornadas de trabajo…), pero al centrar el foco en sus relaciones sentimentales descubre aspectos por lo que solo se había pasado de puntillas y ofrece nuevas claves para analizar su obra.

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