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Mamás perfectamente imperfectas

Acaba con la culpabilidad... ¡Madres hay muchas!

10 de mayo de 2013. Estandarte.com

Qué: Mamás perfectamente imperfectas Autoras: Diana Guelar y Andrea Jáuregui Editorial: Planeta Año: 2013 Páginas: 272 Precio: 16,90 € (Ebook: 12 €)

Mamás perfectamente imperfectas, de Diana Guelar y Andrea Jáuregui, trata de romper ciertos mitos sobre el amor incondicional, el instinto maternal y otros conceptos sobre la maternidad que, más que ayudar, entorpecen el papel de las madres y crean culpabilidades y complejos innecesarios. ¿Para cuándo otro sobre “papás perfectamente imperfectos”? Porque también haría falta… Pero eso sería otra historia.

Mamás imperfectas, Diana Guelar y Andrea JáureguiLas especialistas en adolescentes Diana Guelar y Andrea Jáuregui saben que ni los niños vienen al mundo con un manual de instrucciones bajo el brazo ni todas las madres son iguales, como tampoco lo son los hijos. “Lo que sí es cierto es que, en algún momento, todas las madres pasan por las mismas fases de indecisión y de culpabilidad. Nos encontramos perdidas. ¿Es mejor que nuestros hijos se vengan a nuestra cama o les dejamos llorar? ¿Los sobreprotegemos o los abandonamos? ¿Les damos pecho o biberón?”, plantean las autoras.

Mamás perfectamente imperfectas despliega un buen número de consejos para no caer en la trampa de la culpabilidad. La relación que se tiene con la hija adolescente, la invasión del espacio íntimo, los niños malcriados, hiperactivos, agresivos... Un libro sencillo y fácil de leer escrito por dos expertas en la materia, lleno de sentido del humor y, lo que es más importante: con sentido común.

¿Cuántas veces habremos oído aquello de que “madre no hay más que una”? He aquí un libro que parte de la premisa contraria: hay madres de todo tipo. Las que se pasan horas en la cocina y las que encargan una pizza; las que trabajan fuera y las que lo hacen dentro de casa; las que abrigan a sus hijos para que no se enfríen y las que los desabrigan para que desarrollen sus propias defensas... “Y está bien que sea así, porque no hay una sola manera de hacer bien las cosas, sino varias, o incluso muchas”, defienden las autoras, desmitificando ese modelo que comúnmente se entiende por “una buena madre”, un ideal que, dicen ellas, por su exigencia extrema, nos hace sentir culpables a la primera de cambio.

Como ejemplo de las ideas que Mamás perfectamente imperfectas expone, veamos qué opinan Diana Guelar y Andrea Jáuregui aobre algunos de esos falsos mitos…

El mito del instinto maternal

"Frente al mito de que el instinto maternal le viene dado a todas las mujeres, las autoras argumentan que esta afirmación no está probada científicamente. Es cierto que hay hormonas que juegan un papel, pero no son determinantes, ya que no todas las mujeres sienten necesidad de tener hijos. Las autoras se inclinan a pensar, por el contrario, que se trata de una construcción cultural. La consecuencia de esto es la aceptación de que cada madre es única y, por ello, existen miles de opciones posibles para ser buenas madres, y no solo una, como nos quieren hacer creer."

El del amor y entrega incondicionales

"El amor y la entrega incondicionales son dos ideas peligrosas, porque nos llevan a medirnos con una vara tan alta que nos crea un sentimiento de culpa en aquellas ocasiones en las que no nos sentimos satisfechas o felices en nuestro papel de madres. Nadie puede ser abnegada siempre, estar continuamente de buen humor o tener todas las respuestas a los problemas o las dudas que plantean los hijos. La única salida a esta trampa es que aceptemos nuestra imperfección con naturalidad."

El de la herencia familiar

"Ésta es una cuestión en la que el saldo puede ser tanto positivo como negativo. Pero, en cualquiera de los casos, los valores que heredamos están tan arraigados que muchas veces se vuelven invisibles, y ello puede llevarnos a repetir modelos no deseados. Por eso es conveniente analizar de dónde vienen los valores que transmitimos y si verdaderamente estamos de acuerdo con ellos; y una vez hecho el análisis, luchar por ser nosotras mismas y practicar la flexibilidad para cambiar de rumbo cuando vemos que algo no funciona."

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