Colorama, de Cruschiform

11 de julio de 2020. Estandate.com

Colorama es un recorrido por el siempre sorprendente mundo de los colores, un viaje lleno de anécdotas, de preguntas, datos y curiosidades con los que seguir sumando conocimiento. Este libro, editado por Maeva en su división young y que es obra de un estudio creativo francés llamado Cruschiform, supone una ocasión también de reflexionar sobre un fenómeno que nos acompaña desde el nacimiento y que no es tan sencillo como parece, de hecho es vasto, complejo y misterioso. Solo hay que ponerse a investigar…

Los colores son, a menudo, la puerta por la que desde muy pequeños nos adentramos en el saber: antes que los números y las letras, de niños (casi de bebés) aprendimos los colores. Ahora se los enseñamos a nuestros hijos. ¿Por qué no hacerlo añadiendo una pincelada de arte, una dosis de ciencia, bastante de botánica o un pelín de psicología? De todo eso trae Colorama, una pantonera –un catálogo de colores, para quien no esté relacionado con la terminología,  y una guía de referencia para su uso sobre todo en artes gráficas– que te explicará de donde viene el característico color rosado de los flamencos o quiénes son los All Blacks de Nueva Zelanda, de dónde sale el término índigo o qué tienen en común una fresa y una hoja otoñal.

¿Sabes, por ejemplo, qué es el “verde de París”? Colorama explica que a principios del siglo XX se buscaba una solución para acabar con las ratas que se habían apoderado de las calles y se dio con un veneno al que llamaron así, “verde de París”. Estaba elaborado a base de arsénico y era enormemente tóxico. Daba igual; los pintores de la época lo usaron como pigmento “pese a los riesgos que ello implicaba. Así, Cézanne, Monet o Van Gogh se iban envenenando poco a poco mientras realizaban sus cuadros de brillantes colores”.

Colorama también recoge el insólito caso de “inestabilidad” cromática de la amatista, esa piedra preciosa de la familia de los cuarzos conocida por su característico color violeta. Eso es de sobra conocido por todos. Lo que ya no lo es tanto, quizás, es que al calentarla en torno a los 500 grados se vuelve de un inesperado amarillo limón debido a que su composición incorpora hierro.

“¿Podemos imaginar a Cleopatra sin la elegante raya de kohl que tanto intensificaba su mirada? Imposible”, sentencia el epígrafe del libo dedicado a esta sustancia colorante. Y explica que se trata de una moda que nació en el antiguo Egipto y aún hoy perdura. De hecho ese nombre, kohl, se encuentra en todos los catálogos de productos relacionados con el maquillaje. Un dato más: la composición original incluía plomo y polvo de antimonio, lo que protegía los ojos de numerosas infecciones.

Y son solo algunos ejemplos que demuestran cómo los colores no solo están presenten en todo aquello que nos rodea sino que deciden y definen nuestra forma de mirar y de relacionarnos con el mundo. Colorama es obra de un estudio que, además de lo anterior, ha hecho de los colores su herramienta de trabajo. Con sede en París, el estudio Cruschiform (fundado en 2007) lleva adelante proyectos de diseño gráfico, libros ilustrados, encargos editoriales e ilustraciones para revistas. Al frente del mismo está la ilustradora y diseñadora gráfica Marie Laure Cruschi quien, además de un libro entero sobre el mundo del color y sus matices, tiene palabras sobre él: "El color es mi fuerza motriz incluso antes de dibujar, es mi apoyo emocional y narrativo".