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'Refugiado' ya fue la palabra del año...
Y parece, tristemente, seguir de plena actualidad.
24 de agosto de 2021. Fundéu BBVA
Qué: Refugiado ya fue la palabra del año 2015. Tristemente, sigue de moda.
La Fundéu BBVA ha instituido la tradición de destacar la palabra más importante del año. En el caso de 2015, la palabra escogida fue refugiado.
«El concepto que define la palabra refugiado ha generado muchísimas dudas y debates entre los profesionales del periodismo, pues estos han sido muy conscientes de la importancia de ser extremadamente rigurosos a la hora de denominar a los miles de personas que huyen de un conflicto bélico frente a aquellas otras que buscan en otro país las posibilidades de vida que en el suyo no encuentran», explicaba el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller, quien añadía que «el interés que ha despertado este término y las muchas preguntas de periodistas que han llegado a la Fundéu pidiendo un aclaración revelan, además, la preocupación de estos profesionales por escribir con precisión».
«En la Fundación creemos, por tanto, que refugiado cumple las condiciones que le pedimos a la palabra del año: que haya estado en las noticias y en las conversaciones en el 2015, que tenga además un cierto interés desde el punto de vista lingüístico y que sea un término común a todo el ámbito hispanohablante, no propio solo de un país o región. Que sea un término nuevo o no, no resulta relevante para nuestra decisión», dijo Muller.
«La primera condición es, por desgracia, obvia: en todo el mundo, pero en particular en Europa, la crisis de los refugiados, su tragedia, ha sido noticia a lo largo del año y es muy probable que lo siga siendo mientras las causas que desencadenan la huida de millones de personas de Siria, Irak, Libia y otros países no cesen». Desde el punto de vista lingüístico, la Fundación creyó la necesidad de aclarar la diferencia de significado entre refugiado e inmigrante. Como criterio general y según el DRAE, inmigrante es todo aquel que llega a un país para establecerse en él. Si nos referimos a esta persona desde la perspectiva no de quien entra en un país, sino de quien abandona el propio, estaremos hablando de emigrante; en cuanto a migrante, es un término más general que incluye a ambos, y es más frecuente en el español de América. Desde un punto de vista lingüístico, y con independencia de la definición precisa establecida en derecho internacional, un refugiado es aquel que «se ve obligado a buscar refugio fuera de su país a consecuencia de guerra, revoluciones o persecuciones políticas».
«Emplear palabras específicas para acotar la realidad es un primer paso para relacionarse eficazmente con ella», señala la Fundeú BBVA. «Aunque la existencia de un término que abarcara tanto a migrantes como a refugiados pudiera simplificar el modo de informar, lo cierto es que estamos ante una realidad compleja y distinguir el nombre de estos colectivos ayuda, de algún modo y a pequeña escala, a distinguir las caras y la circunstancias de cada una de las personas que han tenido que huir de su país».
Las palabras candidatas
Ese año, la Fundéu publicó una primera lista de doce términos candidatos a palabra del año. En la lista previa figuraban términos vinculados a la actualidad, como chikunguña —el virus que provoca la fiebre o enfermedad del mismo nombre— o refugiado; vocablos del deporte, como sextuplete; y otros relacionados con los cambios sociales y tecnológicos, como disruptivo, inequidad o poliamor.
Con la tecnología y el entorno de las redes sociales tenían que ver clictivismo, alternativa en español a clicktivism, el anglicismo con el que nos referimos a diferentes causas a golpe de clic de ordenador; me gusta de Facebook y otras redes, que ha suscitado dudas sobre su plural; trolear; o la interjección zasca.
La lista de vocablos candidatos a palabra del año, según la Fundéu, la completaban otras dos alternativas en español a palabras inglesas que han empezado a utilizarse en nuestros medios: gastroneta, en lugar de la voz inglesa food truck; y despatarre, que sustituiría al término manspreading, que alude a la forma de sentarse de algunos hombres —en especial en los transportes públicos— con las piernas abiertas.
La palabra escogida el año anterior fue selfi, la adaptación al español del anglicismo selfie propuesta por Fundéu. El año anterior se eligió escrache, término llegado al español de España desde Argentina y Uruguay, con el que se hace referencia a las manifestaciones convocadas frente a los domicilios de políticos y otros personajes públicos.
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