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Los números romanos, cómo usarlos
Usos y reglas básicas de los números romanos.
08 de septiembre de 2024. Estandarte.com
Qué: Cómo utilizamos en la actualidad los números romanos
Aunque con una presencia cada vez menor –los arábigos ganaron por goleada ya en la Edad Media– estos números formados a partir de siete letras, se resisten a desaparecer y los seguimos viendo en diversos ámbitos de la vida cotidiana.
Recordamos que los romanos no tienen cero y que esas siete letras corresponden a:
I: uno
V: cinco
X: diez
L: cincuenta
C: cien
D: quinientos
M: mil
Basta pasear por las calles, entrar en una biblioteca, estudiar historia, leyes, mirar la hora en algunos relojes analógicos o leer la prensa para comprobar que todavía tienen algo que contar.
Pero, ¿cuál es su uso actual? Para salir de dudas nos acercamos al Diccionario panhispánico de dudas y encontramos que todavía hoy se utilizan con valor ordinal en casos como los siguientes:
- Para nombrar los siglos y siempre después del sustantivo: Siglo XX, siglo XX o bien s. XX (no S. XX, ya que –como se recuerda en Las 500 dudas más frecuentes del español del Instituto Cervantes– “la mayúscula S. se usa solo para abreviar la fórmula de tratamiento ‘San’).
- En las series de papas, emperadores y reyes con el mismo nombre (Enrique V, Juan XXIII).
- Al denominar congresos, festivales y acontecimientos deportivos o culturales (VI Congreso, IX Jornada…), pero, atención, si el número es muy complicado, mejor es ir a la abreviatura de los ordinales numerales
(preferible 89º que LXXXIX).
- En la numeración de volúmenes, tomos, anexos, capítulos… o en la de cuadros o escenas de obras teatrales. Siempre van detrás del sustantivo (capítulo X, tomo V, escena II) y, como vemos en otros casos, permiten ser sustituidos por las abreviaturas de los ordinales que les corresponden que, además, pueden estar colocados delante o detrás (10º capítulo o capítulo 10º) y, también en algunos casos, por números cardinales, escritos detrás del sustantivo (capítulo 10, tomo 5, escena 2).
- Al numerar las páginas de secciones de una obra (prólogo, introducción…) para no confundirlos con el cuerpo de la obra.
- Para señalar el mes –donde también valen los arábigos– en la expresión abreviada de las fechas, separando las cifras correspondientes a día, mes, año separados con guiones, barras o puntos, pero sin dejar espacio en blanco (29/IV/2010).
- Aunque en franca retirada frente al continuo avance de sus competidores –más fáciles de leer (MCMXIX=1919)–, todavía persisten en monumentos y placas conmemorativas indicativas del año del suceso.
Escritura y lectura.
Los romanos se escriben siempre con letra en forma de mayúscula, pero hay que recordar que cuando acompañan a sustantivos escritos con minúscula hay que acudir a las versalitas, o sea, letras en mayúscula pero del tamaño del sustantivo; mientras que cuando van solos o acompañan sustantivos en mayúscula, se usan las versales, mayúsculas de tamaño mayor al de las minúsculas. Importante: Cuando se utilizan con valor ordinal no deben acompañarse de letras voladas (X Edición, no Xª Edición).
Una misma letra no puede repetirse más de tres veces, el ejemplo que propone el panhispánico es ilustrador “así, el número 333 se escribe en romanos CCCXXXIII, pero 444 no puede escribirse CCCCXXXXIIII; se escribe CDXLIV”.
Tampoco se repite cuando exista otra que represente el valor de la suma (DD para mil cuando tenemos la M para hacerlo).
Por último, los romanos se escriben y leen se izquierda a derecha y en orden decreciente esto es del millar a la unidad (1825=MDCCCXXV), sin olvidar, además, que cuando una letra va seguida de otra de valor superior se resta a la segunda el valor de la primera (IX=9), mientras que si es al contrario, primero la mayor y después la menor, se suma (XI=11).
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