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Netiqueta: cortesía y comunicación digital

Las netiquetas: normas básicas de conducta en la red.

12 de marzo de 2024. Estandarte.com

Qué: Netiqueta

Desde un correo electrónico de trabajo a un tuit que vuelca una opinión política, pasando por un mensaje de echarse de menos en Facebook o un wasap recordando una cita.

Las posibilidades para comunicarse por medios digitales son infinitas y las generalizaciones, por tanto, imposibles. Además, el reloj corre en esto mucho más deprisa que en otros temas y los cambios e innovaciones son tantos que los criterios y valoraciones caducan pronto.

El escritor, conferenciante y comentarista David Crystal exponía en su artículo Internet y los cambios en el lenguaje (BBVA Open Mind) un ejemplo muy claro refiriéndose a Twitter: «[…] cuando llegó en 2006 usaba la pregunta «¿Qué estás haciendo?». El resultado era una serie de tuits de carácter introspectivo, que usaban numerosos pronombres en primera persona y verbos en presente. Luego, en noviembre de 2009, Twitter cambió la pregunta a «¿Qué está pasando?», lo que hizo los tuits más extravertidos, con numerosos pronombres en tercera persona y mayor variedad de formas verbales. El resultado fue un cambio en el propósito y el carácter lingüístico de Twitter, que empezó a parecerse más a una agencia de noticias y a atraer más contenidos publicitarios. […]».

Pero hay una cosa clara: unos y otros, hace veinte años y ahora, son canales de comunicación que, con todas sus particularidades, conectan personas y dejan huella en la red. Quizás la inmediatez que exigen algunos de los formatos justifica un uso más coloquial de la lengua; pero la distensión o el calor de las conversaciones puede quedar coja por la ausencia del lenguaje no verbal; el enorme catálogo de emoticonos podría solventar esto, pero siempre y cuando se sepan usar, y una de las claves de este uso está en hacerlo en su justa medida y en los foros adecuados.

Hay muchas, muchísimas, reglas a tener en cuenta, que crean un marco común de convivencia, flexible, abierto a los cambios y consciente de que la red es global, pero las interpretaciones locales. Mientras el punto (.) para muchos denota rudeza, otros ni lo piensan: simplemente lo escriben porque dan por terminada su frase; parece que es generalizado el consenso en cuanto a que las mayúsculas equivalen a gritos, que los puntos suspensivos (…) sugieren malestar o que dejar en leído es una descortesía. Hay mucha lectura entre líneas en este tema y una cosa muy clara: la mejor manera de acertar es saber en qué entorno se escribe y a quien se dirige uno. La misma persona que no pone ni una tilde en el chat de amigos, puede que antes de mandarle un correo electrónico a su profesor consulte dudas ortográficas en el diccionario.

Nos fijamos aquí en algunas netiquetas básicas y generales. Por cierto, este término, que se refiere al conjunto de normas de comportamiento en Internet y entornos digitales, está formado a partir de net, red en inglés, y etiquette, etiqueta en francés, y nos recuerda que el mundo digital es una enorme puerta de entrada a neologismos y préstamos de otras lenguas. 

En el decálogo que desarrolló Virginia Shea en su libro NETiquette (1994) se parte de una idea básica: no olvidar que quien lee el mensaje es una persona y tiene sentimientos que podemos ofender. Respeto y sensibilidad, por tanto, para empezar a hablar.

– Buena educación. Medir las palabras tratando a los demás como nos gustaría ser tratados. En esto –como en tantas cosas–, no hay diferencia entre el mundo físico y el virtual. Las redes permiten un anonimato que no debe amparar conductas inadecuadas.

– Observar el entorno y ajustar la participación a la conducta, costumbres y normas del sitio.

– Brevedad y concisión, pensando en el valor del tiempo y en el ancho de banda de los demás.

– Corrección y coherencia. Si el mensaje no es claro y no está bien estructurado dará pie a malentendidos y distorsiones. Las normas de ortografía y gramática garantizan unos estándares y un marco común que facilitan la descodificación. El abuso de abreviaturas puede dañar la inteligibilidad de un mensaje. 

–Aportar sin crear ruido, evitando participar en aquello que no se domine. En este sentido, también es importante actuar con criterio ante las cadenas de mensajes; romperlas en muchas ocasiones es la mejor manera de aportar. Hay que contribuir al ambiente sano e instructivo de los debates.

–Respetar la privacidad.

–Respetar los derechos de autor. Citar las fuentes utilizadas.

 

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