Resaltes tipográficos: qué son y usos

29 de febrero de 2024. Estandarte.com

¿Cuáles son los resaltes tipográficos?, ¿cómo se usan?, ¿para qué sirven? No brillan por su gran número, pero sí por su efectividad a la hora de escribir, transmitir y dar énfasis al texto.

Los dos elementos básicos de la escritura tipográfica son la letra redonda y la letra cursiva: la primera es de trazos rectos, mientras que la segunda se inclina hacia la derecha y, aunque pueden intercambiar sus papeles, habitualmente la primera es la que marca el cuerpo del texto y la segunda es la que contrasta, informa, señala e incluso ironiza…

El ejemplo que encontramos en Las 500 dudas más frecuentes del español, a cargo del Instituto Cervantes da cuenta de su versatilidad: “Estaba cansado porque había subido dos pisos por las escaleras. El autor, al marcar ese dos en cursiva, no solo ofrece información lingüística: en este ejemplo, la cursiva puede otorgar ironía a la frase, o puede evidenciar que realmente se trata de muchos pisos para subirlos andando”. Tanto la redonda como la cursiva, continúa explicando “[…] pueden ser, además, mayúsculas, versalitas o minúsculas, y pueden subrayarse o presentarse en negrita”.

En un rápido repaso a cada tipo de resalte (dejando de lado las versalitas dado su uso limitado) conoceremos cómo son, cómo usarlos y cómo paliar su ausencia allí donde falten: móvil, escritura a mano, máquina de escribir…

Con la negrita, que se emplea para recalcar palabras o frases clave, tratamos de destacar una información, una persona, una característica, un dato, una frase… Es, en definitiva, un toque de atención. Si falta, contaremos con la mayúscula y el asterisco (ATENCIÓN, nunca las comillas) que estará pegado al inicio y final de la palabra o la frase elegida, sin dejar espacio.

En cuanto a las mayúsculas, su tamaño las hace especialmente aptas para remarcar, pero, ¡cuidado!, todo recomienda no pasarse demasiado, con el fin de evitar una mala interpretación por parte del destinatario, ya que […] “en los textos electrónicos (publicaciones en las redes sociales, mensajes de texto, chats y textos de blogs y páginas web) la letra mayúscula equivale al grito en el habla. Podemos usarlas como recurso humorístico, pero no debemos abusar de ellas o nuestro lector creerá que le estamos gritando todo el tiempo”.

Llegamos a la cursiva que señala vulgarismos y extranjerismos, salvo cuando estos últimos términos están adaptados a nuestro idioma. También sirve –y solo ella, nunca las comillas o la cursiva y las comillas– para nombrar títulos de películas, libros, cuadros, esculturas, fotografías, poemarios y discos. A su vez, los poemas, los artículos, los capítulos de libros o las canciones de un disco van entre comillas, o entre comillas o cursiva cuando aluden a poemas y canciones consideradas como un todo, ya que no se nombra a la obra a la que pertenecen. Veamos los ejemplos que propone el Cervantes.

Primer caso, poema dentro del poemario:

Mal: El romance de la luna, luna, es el primero de los poemas del Romancero gitano de Lorca.

Bien: El “Romance de la luna, luna” es el primero de los poemas del Romancero gitano de Lorca.

Segundo caso, poema como obra completa:

Bien: El profesor nos ha mandado hacer un comentario de texto del poema “Ítaca” de Cavafis.

Bien: El profesor nos ha mandado hacer un comentario de texto del poema Ítaca de Cavafis.

¿Y si no tenemos cursiva? Para señalar los títulos, la Real Academia de la Lengua aconseja que lo pongamos entre guiones bajos sin espacio entre el guion y la palabra, y si se trata de escritura a mano la opción indicada es el subrayado. En el resto de casos, como vulgarismos o extranjerismos, las comillas se encargan de visualizar esa particularidad tanto en los chats, sms, etc., como en la escritura a mano. Excepcionalmente, en los titulares de prensa la cursiva puede reemplazarse por comillas simples.