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Los firuletes ortográficos: la virgulilla, la diéresis, la tilde y el punto
Conoce el origen y la función de los signos más característicos del español, desde la 'ñ' hasta la tilde diacrítica, y por qué son esenciales para una escritura precisa.
07 de noviembre de 2025. Mariola Díaz-Cano Arévalo
Qué: Virgulilla, diéresis, tilde y punto, los firuletes ortográficos
Aunque la Real Academia Española comenta que «firulete se emplea a veces con el sentido de 'adorno' y cierto tono irónico o humorístico, pero no es un término de uso habitual para referirse a estos signos», lo cierto es que sí se usa para describir esa impresión visual de pequeños detalles o florituras gráficas sobre las letras de ciertas palabras. Son trazos distintivos que les añaden información, matiz o incluso belleza, es decir, cumplen una función específica, aportan claridad y precisan sus sonidos.
Todos los signos ortográficos en español, una lengua tan rica y de tantas melodías, son importantísimos para la correcta interpretación de su escritura. Y la diéresis, el punto, la tilde y la virgulilla son los más característicos, ya que enriquecen la expresión y evitan la ambigüedad entre sonidos o significados.
La virgulilla (~)
Quizás sea el signo ortográfico más netamente característico del español. De forma ondulada y elegante, la encontramos sobre la 'n' y forma nuestro fonema y letra más representativos: la 'ñ', con sonido nasal palatal y en innumerables ejemplos como araña, tacaño o ñoño.
Tiene su origen en las antiguas abreviaturas medievales españolas y, más concretamente, a la que se usaba para la unión de dos enes ‘nn’ en una palabra. Y en otros contextos, como en el matemático, es el signo de aproximación, y en diccionarios y textos lexicográficos se utiliza en lugar de repetir el lema de la palabra que se define, o por ejemplo si tiene dos formas válidas como en ‘México ~ Méjico’.
El punto (.)
Indispensable para la puntuación, donde acota o marca el final de una frase con sentido completo y hace una pausa en el discurso escrito, también se utiliza en las abreviaturas (D., a. C., etc.) y en los números para separar la parte entera de la decimal en algunos contextos. Por supuesto, corona las grafías de letras, en sus formas minúsculas, como la i o la j.
Ya te hablamos en su momento de los tipos de punto: punto y seguido, punto y aparte y punto final.
La tilde (´)
O acento ortográfico, como también se la conoce. Es también uno de los signos más reconocibles del español, aunque las compartimos con el francés. Pero es que, además, es indispensable para marcar las sílabas tónicas, es decir, aquellas pronunciadas con mayor intensidad en una palabra.
Su uso sigue reglas que dependen de la terminación de la palabra y el número de sílabas y su función —en particular la diacrítica— es esencial para distinguir significados como tu (adjetivos posesivos) y tú (pronombre personal de segunda persona), el (artículo determinado) y él (pronombre personal de segunda persona) o sí (afirmación) y si (conjunción condicional), por poner algunos ejemplos de los muchos que hay.
Diéresis (¨)
Por último, tenemos la diéresis, esos dos puntos que se suelen poner sobre la vocal 'u' en las sílabas 'güe' y 'güi' y que marcan que debe pronunciarse, ya que habitualmente es muda en estas combinaciones. Algunos ejemplos de esta diferencia fonética marcada por la diéresis son: pingüino/guía o vergüenza/guerra.
Como curiosidad tenemos un término que reúne todos estos signos ortográficos: ‘pedigüeñería’.
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