Nace Volcano Libros y la "LiteNatura"

04 de noviembre de 2017. Estandarte.com

Lo llaman LiteNatura y está bien traída la combinación porque lo que esta nueva editorial, Volcano Libros pretende es aunar literatura y naturaleza en su catálogo. Es cierto que ambas van de la mano desde la antigüedad: los poetas cantaron a la naturaleza, pero también los filósofos –con Aristóteles a la cabeza– le dedicaron una ingente cantidad de observación que plasmaron luego en sus obras. Luego fueron los científicos quienes hicieron profesión de su estudio produciendo numerosas obras de ensayo.

Desiertos, ríos y mares han ocupado y hasta protagonizado novelas inmortales como Corazón de Tinieblas, de Conrad; Moby Dick, de Melville; o Los ríos profundos, de Arguedas. Ahora, aprovechando esa transversalidad surge esta curiosa y pequeña editorial, Volcano Libros, que acaba de presentar con sus primeras dos obras Mad María, de Marcio Souza, y Solo, de Richard Byrd. La primera es la historia de un desafío y de su fracaso: la construcción de una línea de ferrocarril a través de la selva amazónica brasileña, para transportar la producción de caucho de Bolivia y Brasil hacia el puerto de Belém, en el Atlántico. ¿Quién ganó: el supuesto progreso o la selva? El resultado es lo de menos: el precio fue muy alto en todos los sentidos. 

Solo es el estremecedor relato en primera persona del almirante Richard E. Byrd, quien partió  a la Antártida, en 1934, después de haber pilotado los primeros vuelos sobre los polos. Quería pasar seis meses solo en el continente helado recopilando datos meteorológicos y, sobre todo, «saborear la paz, la tranquilidad y la soledad… ». Pero luego viene la realidad en forma de aislamiento, hambre, negrura, frío, frío, frío de 50º bajo cero… Entonces comienza la lucha por la supervivencia. Es la hora del relato.  

Solo unos puntos por detrás en valentía de exploradores como Byrd encontramos al editor de LiteNatura, Javier García, que sin haber trabajado anteriormente en el sector, ni tener antecedentes familiares en el gremio, ni ser autor, ni librero encuentra el arrojo para lanzarse a la “selva editorial” y luchar contra fieras vocingleras que repiten letalmente eso de que sobran libros y faltan lectores. Igual es que no los encuentran. Igual esta editorial viene y descubre el “nicho”, aunque al editor le dé “mal rollo” hablar de nichos. Él prefiere hablar de libros que por eso se ha embarcado en esta travesía. En el blog de la editorial, afirma: “soy, únicamente, un lector aficionado que siempre ha disfrutado de los libros y con los libros. Si ahora abrazo el oficio de editor es por aprender y trabajar haciendo lo que me gusta: libros bellos, por dentro y por fuera”. Ojalá encuentre, si no su nicho, sí su público. Como él mismo recuerda, “lo natural es leer”.