Cuestionario: Ana S. Pareja

23 de noviembre de 2015. Estandarte.com

Libros del Asteroide, minúscula... y Alpha Decay. Los sellos editoriales nacidos en pleno boom de inicios de siglo cumplen años, y a las celebraciones se une —con su primera década— esta editorial atenta a la contracultura y cómoda en los márgenes. Hemos querido interrogar a una de sus editoras, Ana S. Pareja, responsable junto a Enric Cucurella de un catálogo con espacio para Fleur Jaeggy, Tao Lin o Pierre Hadot. Nacida en Castellón y formada en Barcelona, Pareja trabajó primero en Melusina e impulsó, ya en Alpha Decay, dos de sus colecciones más representativas: Héroes Modernos y Alpha Mini. Ahora reside en Berlín, donde continúa editando y capitanea —también— la librería Bartleby & Co.

¿Cuántos libros lee al año?
Pregunta imposible de contestar. Leo muy pocos libros enteros. Por placer, casi ninguno. Si sumamos todos los principios de manuscritos de novelas y ensayos que leo al año para la editorial y los principios de novelas y ensayos ya publicados que leo para poder recomendar con algo de tino a mis clientes de la librería, el número de libros totales que leo al año haciendo una media de 300 páginas por libro sería muy alto.

Sea valiente. Confiésenos alguna lectura pendiente que le sonroje admitir.
No leo casi ningún libro publicado por mis amigos y conocidos. Nunca les comento nada sobre sus libros y vivimos en una entente cordial, una aceptación tácita de que no me interesa nada de lo que escriben. Rompí este hábito hace pocos meses y leí Llamada perdida de Gabriela Wiener (Malpaso, 2015). Me quedé asombrada por la imparable fuerza humana del libro y por cómo Gabriela tiene ya un control absoluto y finísimo de su prosa. Me ha hecho replantearme mi desapego hacia los libros de mis amigos. A lo mejor durante 2016 debería empezar a leer las nuevas novelas y ensayos de esta gente de cuya escritura no sé apenas nada.  

¿Qué libro le habría gustado escribir?
La Teogonía de Hesíodo.  

¿Recuerda el primer libro que leyó? 
Creo que los primeros libros que leí sola y de los que tengo conciencia fueron las aventuras de Celia de Elena Fortún. No me tocaban por generación, eran libros muy anticuados para esos años. Gracias a ellos incluí en mi vocabulario a muy temprana edad palabras como gabán y bisoñé.

¿Cómo ordena los libros de su biblioteca?
Por suerte ya no tengo biblioteca que ordenar. Todos mis libros los he cedido a la biblioteca de préstamo de Bartleby & Co., nuestra librería española en Berlín. Vivo justo encima de la librería, así que cuando me apetece ojear algo en casa (rara vez) bajo en pijama y anorak por encima y cojo lo que quiero.  

¿Cuál es su lugar ideal para leer?
La cama. ¡Pero con buena luz! La gente, los hoteles tienen luces criminales en sus mesitas de noche. Es algo que se debería cuidar más.  

¿Y para escribir?
No escribo en el sentido de escribir literatura. Esta entrevista la estoy contestando desde un avión. Me gusta mucho trabajar en aviones y trenes, me concentro mucho mejor que en lugares con wifi o con personas a mi alrededor haciendo algo más que no sea estar sentadas en silencio.

Se lo rogamos, responda a esta absurda pregunta: hay una inundación y todos sus libros van a morir, ¿qué tres salvaría?
Tengo muy poco apego a mis libros. Correría a salvar los tres que no hubiese leído todavía y que tuviese ganas de leer. Una elección muy poco sentimental.  

¿Tiene lector de ebooks? ¿Le gusta el libro electrónico? 
Tengo un Kindle desde hace años, de antes de que empezara el hype. Hace siglos que lo tengo sin batería perdido en algún cajón.

¿Qué está leyendo estos días?
He enviado desde Barcelona casi 1.000 libros a nuestra librería y me están esperando todos allí. Leo como siempre manuscritos y luego lo que picotearé en la librería en cuanto llegue. Todo muy bueno, seguro.