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Vida y obra de Patricia Highsmith

Una vida al compás de la complejidad, la fascinación y la inquietud.

21 de marzo de 2024. Estandarte.com

Qué: Biografía de Patricia Highsmith

Patricia HighsmithObservar fotografías de Patricia Highsmith a lo largo de su vida es un triste ejercicio que recoge su paulatino endurecimiento y deterioro, que cuenta un paso de los años sobrecogedor, una caída que destroza la belleza original y muestra un rostro al que sus excesos –alcohol, tabaco– han marcado sin piedad.

Mujer solitaria, enigmática, de fuerte personalidad y a la que se acusa de antisemita y racista, esta escritora es la dama del suspense y dueña de una excepcional forma de escudriñar la naturaleza humana, señora de los personajes turbios y de las tramas complejas y elaboradas.

Una escritora mal acogida en Estados Unidos, aclamada en Europa, reconocida por numerosos autores y admirada por Graham Greene que dijo de ella, entre otras muchas cosas: «Ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente el placer mezclado con el escalofrío» (prólogo del compendio de Relatos, publicado por Anagrama, como toda su obra en España).

Mary Patricia Plangman –así se llamaba hasta que cambió el apellido paterno por el de su padrastro– nació en Fort Worth, Texas, el 19 de enero de 1921. La vida familiar no fue precisamente feliz, no conoció a su padre –separado de su madre antes de que ella naciera– hasta los 12 años, pasó largas temporadas con sus abuelos, sufrió bandazos afectivos y a lo largo de los años mantuvo una tormentosa relación de amor-odio con su madre.

Aficionada desde temprano a la lectura, no deja de sorprender que, con solo ocho años, leyera La mente humana de Karl MenningerLos problemas mentales, la depresión, las conductas extrañas, la culpa,el crimen, poblaban su mundo imaginativo. También rondó a Allan Poe, Conan Doyle, Kafka Wilde, autores todos con historias que retrataban, como a ella le gustaba, el lado oscuro de los seres humanos.

Lectora precoz, escritora temprana, aficionada a anotar lo que de sorprendente veía en su entorno, rellenó múltiples volúmenes con diarios e ideas sobre relatos y novelas que ahora se conservan en el Archivo Literario Suizo, ubicado en Berna.

En 1942 se graduó en Filología inglesa en la Barnard College de Nueva York, y empezó a trabajar como guionista de comics –¿vendrá de ahí la concisión de su lenguaje?–. Publicaría cuentos en la revista Harper’s Bazaar y, en 1952, bajo pseudónimo, una historia de amor entre dos mujeres, El precio de la sal. Ese libro, que llegó a vender un millón de ejemplares en un año, fue renovador y valiente –terminaba con algo tan insólito para esa época como un final feliz– y saldría años más tarde con el título de Carol y ya con su firma. Precisamente Caroline es el pseudónimo de uno de los grandes amores de su vida, a quien conoció en 1962 y con quien mantuvo relación hasta 1966.

Sus idilios, numerosos y mixtos, fueron más bien tortuosos. También tuvo amantes masculinos –menos que femeninos– e intentó, sin éxito, a través de una terapia modificar su condición homosexual cuando uno de sus novios le pidió matrimonio.   

Si el trabajo de Highsmith en unos almacenes fue el germen de esta novela, el del argumento de Extraños en un tren se movió en torno a dos desconocidos que se proponen asesinar a sus mutuos enemigos, consiguiendo así la coartada perfecta. En una ocasión escribió «Desde muy pequeña aprendí a vivir con un intenso odio que me hacía tener sentimientos asesinos». Los volcó en sus novelas.

Repasando sus ideas y puntos de partida, es imposible no recomendar Sus…pensé. Cómo se escribe una novela de misterio, un ensayo a lo largo en el que descubre al lector todo lo que rodea a la creación de un libro, desde la idea inicial hasta los borradores, el desarrollo, los personajes, la experiencia o la revisión. Interesantísimo y en la más pura línea Highsmith.

Ya era famosa, pero sus ideas, su alineación con el comunismo, su condición homosexual, su misoginia y su feroz crítica al estilo de vida americano se tradujeron en un frontal rechazo por parte de esa sociedad. Gustó mucho más en Europa y allí, tras haber residido en Nueva York y México, decidió vivir para siempre desde 1963, primero en Inglaterra y después en Francia y Suiza.

Fue en Italia donde creó a Tom Ripley, personaje protagonista de una saga y opuesto a los que podemos encontrar en las novelas negras del momento, en las que se desea el castigo del asesino; con Ripley, el personaje atrae al lector, no importa que sea capaz de matar, robar, suplantar a sus víctimas. Él sigue imperturbable, encantador, inquietante, turbio, asentado su doble vida, manipulador, siempre en riesgo de ser descubierto y siempre sin el mínimo remordimiento, dispuesto a salirse con la suya. Una frase entresacada de una de sus novelas saca a relucir con desenfado su total ausencia de remordimiento: «Lo mejor de hacer algo aparentemente terrible es que, pasado el tiempo, no te acuerdas».

Con Tom Ripley el éxito estaba asegurado, pero su obra va más allá. Penetraremos en su mundo oscuro leyendo narraciones como Once, Pequeños cuentos misóginos, A merced del viento y La casa negra, reunidos en un volumen, Relatos, con prólogo de Graham Greene.

Muy prolífica, Highsmith escribió veintidós novelas, diez libros de relatos y tres misceláneas. En la mayoría de sus escritos los personajes se mueven entre el bien y el mal y también se percibe la opresión del ambiente y el concepto pesimista del ser humano. Lo vemos en El cuchillo, El temblor de la falsificación, El grito de la lechuza, El diario de Edith, Mar de fondo, Sirenas en el campo de golf, gente que llama a mi puerta, Este dulce mal o Crímenes bestiales, por citar una muestra de su potente obra.

Sus temas y su escritura, clara, precisa y bien estructurada, son un perfecto caldo de cultivo para las adaptaciones cinematográficas. Además de Carol, bajo la dirección de Todd Haynes y con las actrices Cate Blanchett y Rooney Mara, y Extraños en un tren, que llegó al cine bajo la dirección de ese mago del suspense llamado Alfred Hitchcock, destacan las dos versiones de El talento de Ripley, la primera titulada A pleno sol y dirigida por René Clément e interpretada por Alain Delon, la segunda conserva el título original y da paso a la actuación de Matt Damon bajo la dirección de Anthony Minghella; El amigo americano (El juego de Ripley) en versiones de Wim Wenders y Liliana Cavani e interpretadas  respectivamente por Dennis Hopper y John Malkovich mantienen viva la serie. Dignas de verse también son El grito de la lechuza de Claude Chabrol con Christophe Malavoy; o Aguas profundas (adaptación de Mar de fondo) de Michel Deville con Isabelle Huppert.

Patricia Highsmith murió el 4 de febrero de 1995 en Locarno, Suiza. Entre los reconocimientos a su obra están el Gran premio de la Literatura Policiaca; el Silver Dagger (Daga de plata), el Gran Premio del Humor Negro, el Premio Edgar Alan Poe, y la concesión por parte del Ministerio de Cultura francés del título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.

¿Una recomendación para quien no la haya leído? El temblor de la falsificación, una magnífica novela que gira en torno al doble juego, a las amistades dudosas y a la inquietud, considerada por Graham Greene como su mejor novela. Buen comienzo.

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