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Seis poemas de Gloria Fuertes

Los poemas de Gloria Fuertes: poesía en estado puro.

19 de febrero de 2024. Estandarte.com

Qué: Seis poemas de Gloria Fuertes Autora: Gloria Fuertes

La voz de Gloria Fuertes (1917-1998) tiene mil cadencias que bailan por un mundo repleto de versos, de rimas gloriosas, de juegos de palabras, de metáforas. Hay mucha imaginación y también mucha ironía cuando habla de amor, de soledad o de muerte en poemas como los aquí seleccionados. También alegría, desparpajo, ganas de reír y hacer reír, de regalar felicidad en los versos dedicados a los niños.

Se movió en todos los frentes: narrativa, poesía, teatro, y fue una más que prolífica autora de literatura infantil y juvenil; escribió y colaboró en revistas como Maravillas, Chica, La Codorniz o Arquero. Viajó, impartió conferencias, ofreció recitales, visitó colegios… Una vida activa en vuelo constante, siempre a caballo de la musicalidad, la sencillez, la autenticidad y su arrolladora personalidad.

 

Ya ves que tontería

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre, escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.
Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte.
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima más que tu nombre.

 

Suceso

Marinero sin tierra
náufrago sin velamen
huérfano de puerto
nave sin timón.
Rodeado de agua y sediento
rodeado de pescado y hambriento
rodeado de olas y sin saludos
rodeado de dólares y desnudo.

 

Todo el pasado

Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.

No me asustan la soledad y el silencio,
son los lugares preferidos de Dios
para manifestarse.

Mi eterna gratitud a los que me quieren,
siempre les recordaré a la hora del sol.

No puedo detenerme,
perdonad, tengo prisa,
soy un río de fuerza, si me detengo
moriré ahogada en mi propio remanso.

 

Oración

Que estás en la tierra, Padre nuestro,
que te siento en la púa del pino,
en el torso azul del obrero,
en la niña que borda curvada
la espalda, mezclando el hilo en el dedo.

Padre nuestro que estás en la tierra,
en el surco,
en el huerto,
en la mina,
en el puerto,
en el cine,
en el vino,
en la casa del médico.

Padre nuestro que estás en la tierra,
donde tienes tu gloria y tu infierno
y tu limbo; que estás en los cafés
donde los pudientes beben su refresco.

Padre nuestro que estás en la tierra,
en un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de pan
a los pájaros del paseo.

Padre nuestro que estás en la tierra,
en la cigarra, en el beso,
en la espiga, en el pecho
de todos los que son buenos.

Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
los que luego hemos de ver,
donde sea, o ahí en el cielo.

 

Y no sé por qué

Estoy triste... y no sé por qué;
he bebido amor,
y aún tengo sed.
Estoy sola... y no sé por qué
quisiera saberlo,
mas no lo diré...
Estoy sola y no sé por qué,
quisiera besar,
y no sé a quién.
Estoy enamorada... y no sé de qué.
Quisiera saberlo...
y no puede ser.
Estoy triste y sola...
y no sé por qué.

 

Geografía humana

Mirad mi continente contenido
brazos, piernas y tronco inmesurado,
pequeños son mis pies, chicas mis manos,
hondos mis ojos, bastante bien mis senos.
Tengo un lago debajo de la frente,
a veces se desborda y por las cuencas,
donde se bañan las niñas de mis ojos,
cuando el llanto me llega hasta las piernas
y mis volcanes tiemblan en la danza.

Por el norte limito con la duda,
por el este limito con el otro,
por el oeste Corazón Abierto
y por el sur con tierra castellana.

Dentro del continente hay contenido,
los estados unidos de mi cuerpo,
el estado de pena por la noche,
el estado de risa por el alma
–estado de soltera todo el día–.

Al mediodía tengo terremotos
si el viento de una carta no me llega,
el fuego se enfurece y va y me arrasa
las cosechas de trigo de mi pecho.

El bosque de mis pelos mal peinados
se eriza cuando el río de la sangre
recorre el continente,
y por no haber pecado me perdona.

El mar que me rodea es muy variable,
se llama Mar Mayor o Mar de Gente
a veces me sacude los costados,
a veces me acaricia suavemente;
depende de las brisas o del tiempo,
del ciclo o del ciclón, tal vez depende,
el caso es que mi caso es ser la isla
llamada a sumergirse o sumergerse
en las aguas del océano humano
conocido por vulgo vulgarmente.

Acabo mi lección de geografía.
Mirad mi contenido continente.

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