La saudí Hind Al-Mutairi, censurada

26 de diciembre de 2015. Estandarte.com

La Red Árabe para la Información sobre los Derechos Humanos (ANHRI) ha denunciado la censura sufrida por la poeta saudí Hind Al-Mutairi. El príncipe Khaled Al-Faisal —emir de la provincia de La Meca, en Arabia Saudí— ha impedido que Hind Al-Mutairi participe durante los próximos quince años en cualquier actividad cultural que tenga lugar en La Meca. ¿El motivo? Un poema recitado en la Feria Internacional del Libro de Yeda, la segunda ciudad más importante del país.

Hind Al-Mutairi recitó —cubriendo su cabello y su rostro, a excepción de los ojos, con un nicab— en la Feria de Yeda un poema titulado “Abundante primavera árabe”, también conocido de forma popular como “Tristeza de la tribu”. En la organización política de Arabia Saudí juegan un papel fundamental las tribus y los clanes familiares, que permiten a sus miembros obtener privilegios y beneficios según su cercanía a la familia real. El poema de Hind Al-Mutairi critica el poder y la hegemonía de la tribu en la sociedad saudita, así como la posición que los hombres disfrutan en ella, frente a la discriminación que sufren las mujeres. La autora aborda el divorcio de un matrimonio después de trece años de relación y cinco hijos en común, con el argumento de la incompatibilidad y la diferencia de las tribus a las que sus miembros pertenecen. Una decisión que conlleva el repudio y la muerte social —aun más— de la mujer.

Arabia Saudí es una monarquía absoluta basada en el Islam. Condena la homosexualidad con la pena de muerte y prohíbe a las mujeres salir de sus casas solas, utilizar el transporte público o viajar sin la autorización de su marido; algunas mujeres pudieron votar por primera vez en las elecciones celebradas durante este mes de diciembre, pero la prohibición de hablar con hombres que no pertenezcan a su familia, así como la de contar con el permiso de su padre o marido para tramitar documentos oficiales, ha impedido que muchas de ellas hayan obtenido el certificado de voto, o se hayan informado sobre las propuestas de los candidatos.

El emir de La Meca acusa a Hind Al-Mutairi de infringir el acuerdo firmado con la organización de la Feria de Yeda y el Ministerio de Cultura e Información, en el que se comprometía a recitar únicamente poemas de contenido patriótico; según el príncipe, que en un principio apoyó la inclusión de la escritora en el programa, pero ha terminado cediendo a la presión y las críticas, Al-Mutairi añadió un verso «provocativo» con la intención de «crear controversia y avergonzarle».

Sin embargo, no se trataba de la primera ocasión en la que la poeta compartía este texto con sus lectores sauditas —y egipcios, puesto que participó en un festival en El Cairo—: ya lo había hecho en la Feria de Ukaz, organizada por el propio gobierno de la provincia de La Meca; en la Feria de la Poesía Árabe de Taif, también en La Meca; en la Feria de Poesía de Golfo de Al-Bahah; en una velada de poetas nacionales en Tabuk; en numerosos recitales organizados por el Ministerio de Cultura e Información; y en distintos encuentros literarios, tanto en Haíl como en Riad —la capital del país—, con motivo de la subida al trono del rey Salmán bin Abdulaziz. En ninguno de estos casos se tomaron represalias contra Hind Al-Mutairi.

En palabras de ANHRI, «la decisión tomada contra la poeta Hind Al-Mutairi es una violación de la libertad de la creación artística, e implica proteger los retrocesos y las costumbres y tradiciones opresivas. Constituye un intento de silenciar voces críticas que llaman al progreso, y un intento de obstruir los vientos de cambio que soplan en el reino, amenazando con aislar a cualquiera que se sitúe a favor de la libertad de opinión y de expresión, y de la libertad de innovación y de comunicación humana».

Esta censura de las autoridades de Arabia Saudí a Hind Al-Mutairi se une a otras decisiones tomadas durante el mes de diciembre, como el bloqueo del acceso en el país de Al-Araby Al-Jadeed, una página web de información en árabe e inglés editada desde Londres, o la condena de cinco años de prisión al escritor y filósofo Zuhair Kutbi, acusado de organizar una protesta vía Twitter. De hecho, la propia Feria Internacional del Libro de Yeda cerró el expositor del Centro Árabe de Investigaciones y Estudios Políticos, con sede en Doha (Catar).