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George R. R. Martin: pasó de los vampiros y la religión a la violencia extrema de 'Juego de tronos'
El escritor tiene lectores que nunca habían oído hablar de él hasta 'Juego de tronos'. Sus lectores más antiguos creen que se pasó a la fantasía por dinero.
31 de marzo de 2025. Iván de la Torre
Qué: Biografía de George R. R. Martin

George Raymond Richard Martin (1948) se interesó desde muy pequeño por la literatura: “En cuanto aprendí a leer y escribir empecé a poner algunos fragmentos sobre papel. La muestra de escritura más antigua que conservo debe de ser de tiempos de la guardería o del primer año de colegio: una enciclopedia del espacio exterior redactada con letras mayúsculas en el típico cuaderno de tapas jaspeadas en blanco y negro. En cada página hay un dibujo de un planeta o una luna y unas pocas líneas sobre su clima y sus habitantes. Planetas reales como Venus o Marte coexisten felizmente con otros sacados de Flash Gordon y Rocky Jones, y con otros que me había inventado. Las primeras historias que recuerdo haber terminado las escribí en hojas arrancadas de los cuadernos del colegio. Eran cuentos de miedo sobre un cazador de monstruos, y se las daba a los niños del vecindario a un centavo la página”.
George R. R. Martin logró vender su primer relato a los 22 años: “Me convertí en profesional en 1970. El cuento con el que lo conseguí fue El héroe”.
En ese primer periodo creativo, el escritor se concentró en la producción de narraciones cortas de ciencia ficción, fantasía y terror, géneros que continuará desarrollando a lo largo de toda su carrera: “Aquel verano escribí un promedio de un cuento cada dos semanas. Escribí Night Shift, Oscuros, oscuros eran los túneles yThe Last Super Bowl. Escribí A Peripheral Affair y Nobody Leaves New Pittsburg, los dos con vocación de ser el principio de sendas series. Y escribí Cuando llega la brumabaja y Esa otra clase de soledad. En total, siete cuentos”.
George R. R. Martin confesó: “Tal vez me espoleara el espectro de Vietnam, o quizá fuera la frustración acumulada por no tener trabajo, ni novia, ni vida. Fuera por lo que fuera, las palabras me salieron como nunca. Con el tiempo se vendieron los siete cuentos, aunque algunos tardaron cuatro o cinco años y cosecharon un buen número de rechazos. Hubo dos, en cambio, que resultaron ser hitos importantes en mi carrera. Eran los dos mejores. Cuando llega la brumabaja era lo mejor que había escrito en mi vida… hasta que escribí Esa otra clase de soledad unas semanas después. Cuando llega la brumabaja me parecía el más redondo: melancólico y con poca acción en el sentido tradicional, pero muy sugestivo y (al menos eso esperaba) efectista. En cambio, Esa otra clase de soledad era una herida abierta, y me había resultado doloroso tanto escribirlo como releerlo. Supuso un gran paso adelante para mi escritura. Mis anteriores cuentos habían salido íntegramente del cerebro. Aquel, en cambio, también surgió del corazón y de las entrañas”.
Con total sinceridad, el escritor agregó: “Al final, mi fe se vio recompensada. Conseguí vender los dos cuentos, y nada menos que a la revista Analog, que se jactaba de mayor tiraje y mejores tarifas que ninguna otra revista del género. John W. Campbell hijo había muerto aquella primavera, y tras un lapso de varios meses, Ben Bova ocupó su lugar, es decir, se convirtió en el director de la revista de ciencia ficción más respetada. Cuando llega la brumabaja quedó finalista del Hugo y del Nébula. Era la primera de mis obras que competía por semejantes honores. El Nébula lo ganó James Tiptree Jr. con Amor es el plan, el plan es la muerte, y el Hugo Ursula K. Le Guin con Los que abandonan Omelas. Aquel verano de 1971 fue un punto de inflexión en mi vida. Si hubiera conseguido un puesto cualquiera en el mundo del periodismo, tal vez hubiera escogido el camino más seguro, el que comportaba salario fijo y seguro médico. Pero las circunstancias me obligaron a hacer lo que más me gustaba. Después del verano de 1971, cuando alguien me preguntaba qué era, siempre respondía: escritor”.
A continuación, George R. R. Martin publicaría dos de sus mejores y más reconocidos cuentos: Una canción para Lya (1973), sobre una raza parasitaria que permite alcanzar el goce supremo, pero devora a sus fieles; y La ciudad de piedra (1977), sobre un hombre atrapado en el confín del universo y su descenso a una extraña construcción que podría ser su llave de escape… o su entrada a la locura.
El escritor contaría el origen de estas historias: “Una canción para Lya la escribí en 1973. Vivía la primera relación sentimental seria de mi vida. No era la primera vez que me enamoraba, pero desde luego era la primera en que mis sentimientos se veían correspondidos. Aquella relación proporcionó el núcleo emocional de ‘Lya’; sin ella, habría sido como un ciego que describe una puesta de sol. Además, Una canción para Lya era la historia más larga que había escrito hasta la fecha, mi primera novela corta. Cuando la terminé, supe que por fin había superado Cuando llega la brumabaja y Esa otra clase de soledad, escritas dos años antes. Lya pasó a ser lo mejor que había escrito hasta entonces. Mi gran amor había acabado fatal: me dejó por uno de mis mejores amigos. La ciudad de piedra es uno de los relatos más importantes de mi ‘historia futura’, pero también tiene algo de subversivo. Quise darle un toque de Lovecraft y una pizca de Kafka, y sugerir que, si nos alejamos mucho del hogar, la racionalidad, la causalidad y las leyes físicas del universo empiezan a desmoronarse”.
En 1977 aparecería Muerte de la luz, la primera novela del escritor, una historia de ciencia ficción sobre un extraño triangulo amoroso entre Dirk t’Larin, su ex pareja Gwen Delvano, y Jaan Vikary, actual marido de la mujer, perteneciente a la brutal raza Kavalar.
A continuación, George R. R. Martin publicaría tres relatos fundamentales de su carrera, mostrando su gusto por manejarse en diferentes géneros: El camino de la cruz y el dragón es una historia de ciencia ficción sobre el surgimiento de una nueva religión y la forma en que se la intenta erradicar; El dragón de hielo es una historia fantástica que inspiraría los terribles monstruos de Juego de tronos; y Los reyes de la arena es un cuento de terror sobre un hombre que compra unos extraños seres para divertirse, pero todo termina de la peor manera.
Al respecto, el escritor revelaría: “Las vacaciones de Navidad del invierno de 1978-1979 fueron la época más productiva del periodo en que trabajé en Clarke. En aquellas escasas semanas terminé tres relatos muy distintos. El camino de la cruz y el dragón era de ciencia ficción; El dragón de hielo era un cuento de hadas fantástico, y Los reyes de la arena combinaba un ambiente de ciencia ficción con una trama de terror. El camino de la cruz y el dragón es sin duda el más católico de mis relatos. Me educaron en la tradición católica tanto en casa como en el colegio, pero dejé de ser practicante durante mi segundo año de universidad. Sin embargo, en Clarke, rodeado de monjas y chicas católicas, empecé a preguntarme cómo podría evolucionar la Iglesia en medio de las estrellas”.
En 1982, George R. R. Martin vuelve a sorprender a sus lectores con Sueño de Fevre, una novela de vampiros situada en 1857, en el río Mississippi, que cuenta la historia del barco que da nombre al libro, propiedad de Joshua York, “maestro de la sangre”, que aprovecha los viajes de la nave para alimentarse de cualquier persona que caiga en sus manos.
La historia reconstruye magistralmente la época y muestra como el capitán de la embarcación Abner Marsh va descubriendo poco a poco lo que sucede, sin poder terminar de creerlo.
Pese al éxito de sus novelas y cuentos, George R. R. Martin no podía vivir de la literatura y, a mediados de la década del ochenta, aceptó escribir guiones para la renacida Dimensión desconocida, adaptando grandes clásicos de la ciencia ficción como El último defensor de Camelot, de Roger Zelazny.
Tras esa exitosa experiencia, el escritor se sumó, como jefe de guionistas, a La bella y la bestia, serie protagonizada por Ron Perelman y Linda Hamilton, que le permitía cobrar un excelente sueldo. George R. R. Martin, sin embargo, cansado de las presiones de los productores y los recortes que sufrían sus historias decidió (como Alfred Bester, cuatro décadas antes), dejar la televisión para volver a la literatura con una saga que lo haría rico y muy famoso.
George R. R. Martin y Juego de tronos: sangre, sudor y muchas lágrimas
En 1996, aparece Juego de tronos, primer libro de la saga Canción de hielo y fuego, que cuenta, de manera muy realista, la historia de la lucha por el poder de una serie de familias reales, describiendo, además, los efectos que estos conflictos generan en toda la sociedad, desde el mendigo callejero hasta el cortesano del palacio.
George R. R. Martin explicaría: “Es importante que la historia se asiente sobre un trasfondo verosímil. Los elementos propios de la fantasía, como los dragones o cierta dosis de magia, funcionan mejor cuando surgen de un trasfondo realista y convincente. Si el lector prefiere que el héroe se deshaga de los malos y se imponga al final de la historia, que los personajes estén seguros y avancen por las páginas del libro sin que nunca les pase nada, tiene miles de otros libros a los que recurrir. Siempre se ha dicho que uno escribe lo que le gustaría leer y como lector disfruto más cuando la historia es impredecible. Hay más suspense cuando no sabes quién va a triunfar o quién ganará la batalla. Igual que ocurre en la vida”.
George R. R. Martin todavía tiene dos libros pendientes de publicación sobre la saga (Vientos de primavera y Sueño de primavera), pero reconoce que no sabe cuándo los terminará: “Mis libros son largos y muy complejos, y tardo años en escribirlos. A los pocos días de que se publica un volumen, ya recibo correos electrónicos en que me preguntan cuándo saldrá el siguiente. ‘No sabe lo duro que es esperar’, se lamentan algunos lectores. ‘Claro que lo sé’, me gustaría contestarles. Lo sé perfectamente. Yo también tuve que esperar. La Comunidad del Anillo era el único volumen editado en rústica, y cuando lo terminé tuve que esperar a que la editorial Ace sacara Las dos torres, y otro tanto para El retorno del rey. No fue una espera larguísima, es cierto, pero a mí me parecieron décadas”.
Sobre las críticas que recibe por haberse dedicado los últimos años a la fantasía heroica y dejado de escribir ciencia ficción y terror, George R. R. Martin reconoce: “Tengo lectores que nunca habían oído hablar de mí hasta que cogieron Juego de tronos y están convencidos de que nunca he escrito nada que no sea fantasía épica. Y por otro lado está la gente que ha leído todos mis trabajos más antiguos y sigue pensando erróneamente que soy un escritor de ciencia ficción que se pasó a la fantasía por motivos infames. La verdad es que llevo leyendo y escribiendo fantasía (y terror, de hecho) desde mi infancia, en Bayonne. Mi primera venta fue un relato de ciencia ficción, pero la segunda era una historia de fantasmas”.
Comentarios en estandarte- 2
1 | Luz María Mikanos
26-07-2024 - 04:18:14 h
Buenísimo informe. Me dieron ganas de leer: La ciudad de piedra, que no he leído ni conocía.
2 | Ivan
26-07-2024 - 13:16:43 h
Muchas gracias por tu comentario, querida Luz, George R. R. Martin es un gran escritor y "La ciudad de piedra" uno de sus mejores cuentos