Christopher Priest: la versión inglesa de Philip K. Dick.

02 de febrero de 2025. Iván de la Torre

Christopher Priest (1943- 2024) publicó The Run, su primer cuento, en 1966, y apenas cuatro años después apareció su primera novela, Indoctrinario.

Aunque formó parte de la “nueva ola” promocionada por Michael Moorcock desde la revista New Worlds (donde se consagraron autores como J. G. Ballard y Brian Aldiss), Priest pronto se cansó de las limitaciones impuestas por este movimiento y desarrolló un estilo muy personal para contar historias que cuestionaban el concepto de realidad, lo que permite conectar su obra con Philip K. Dick, un autor que desarrolló ideas similares en Ubik, Los tres estigmas de Palmer Eldritch y Valis.

La primera gran novela de Priest sobre este tema fue Sueño programado (1977), sobre un grupo de científicos británicos conectados a una máquina de hipnosis que les permite vivir en un futuro imaginario hasta que sus dos mundos, el real y el ficticio, comienzan a confundirse y se genera una catástrofe.

El escritor contó: “Fue mi primer libro sobre realidad virtual. En él la realidad virtual es una especie de establecimiento hotelero en la costa donde la gente va de vacaciones para sentarse en la playa, nadar, hacer el amor... Ésa es mi realidad virtual, mi visión de la realidad virtual. El sueño sale mal porque es creado por una presencia externa maligna, justo el mismo argumento de Matrix, salvo porque ellos practican artes marciales, saltan sobre los edificios y hacen cosas como esas. Y esto parece más excitante que la gente en la playa haciendo el amor. Y yo prefiero a la gente haciendo el amor”.

Priest profundizó este tema en La afirmación (1981), su siguiente novela, que cuenta la historia de Peter Sinclair, un hombre que, tras sufrir una serie de desgracias (la muerte de su padre, la separación de su pareja y la perdida de su empleo), acepta reparar una casa de campo, pero, una vez allí, en vez de hacer el trabajo prometido, comienza a escribir una biografía ficticia sobre su vida «en el archipiélago del sueño, un territorio de sueños ilimitados, atravesado por barcos que navegan de una a otra y de donde resulta imposible salir para volver al continente».

A medida que avanza la narración, fantasía y realidad se mezclan, haciendo que el lector dude sobre lo que realmente ocurre, confundido por un narrador que parece incapaz de dar datos confiables: «Me llamo Peter Sinclair, soy inglés y tengo, o tenía, veintinueve años. Ya aquí hay una incertidumbre, y mi seguridad vacila. La edad es una variable: ya no tengo veintinueve años».

Priest denunció que su novela fue descaradamente plagiada por Hollywood: “Cuando vi Eterno resplandor de una mente sin recuerdos sentí que había sido objeto de un asalto a mano armada. Todo lo que me queda por hacer es anotar fechas de publicación: La afirmación apareció en 1981 y desde entonces se ha seguido reeditando; Eterno resplandor se estrenó en 2004 y ha ganado diversos premios, incluido un Oscar al mejor guion original”.

El escritor volvió al tema de la identidad y la memoria en El glamour (1984), que cuenta la historia de Richard Grey, un fotógrafo que sufre amnesia traumática e intenta recuperar sus recuerdos ayudado por Susan Kewley, una mujer que dice ser su ex amante («Lo que le preocupaba realmente era la sensación de ausencia, de un hueco en su vida, un período oscuro y silencioso que parecía eternamente lejano. La mente se defendía de esa ausencia, y como los lugares doloridos de su cuerpo, había estado intentando no utilizarla. Pero Susan había llegado ante él desde esa ausencia, desconocida y olvidada. Ella lo había conocido entonces, y él la había conocido a ella; y ahora ella estaba despertando en él la necesidad de recordar»).

Una vez más, Priest vuelve a colocar al lector ante un relato lleno de incertidumbres, pistas falsas y declaraciones dudosas, donde resulta difícil saber qué sucede realmente.

El escritor tratará nuevamente el tema de una realidad compleja, donde nada es lo que parece, en El prestigio (1995), su novela más conocida, llevada al cine como El gran truco (2006) por Christopher Nolan, con Hugh Jackman, Christian Bale y Scarlett Johansson como protagonistas, que recrea el enfrentamiento entre los magos Alfred Borden y Rupert Angier a finales del siglo XIX.

Su siguiente libro, Experiencias extremas (1998), profundiza la dificultad para separar lo real de lo imaginario mostrando un futuro cercano donde la realidad virtual permite a las personas recrear, con todo detalle, cualquier tipo de situación, incluyendo las más violentas.

La novela cuenta la historia de Teresa Simons, empleada del Departamento de Justicia norteamericano, que pierde a su marido en un tiroteo y decide viajar a Inglaterra e instalarse en un pequeño pueblo donde ocurrió una masacre similar para intentar encontrarle un sentido a lo ocurrido («Mi esposo se llamaba Andy Simons, trabajaba para el gobierno federal y le dispararon en Kingwood City, Texas. Ese es el motivo que me trae aquí, a Bulverton, East Sussex, porque algún maldito mató al hombre que amaba»).

Buscando respuestas, la mujer se obsesiona con el uso de un simulador de realidad virtual que le permite sentir lo que significa verse, cara a cara, con un asesino: «La primera experiencia extrema duró exactamente siete segundos y durante todo ese breve período de tiempo Teresa se sintió abrumada y desorientada por un alud de sensaciones. Algunas físicas, otras mentales. Teresa recordó el motivo por el cual estaba allí, se preparó ante la posibilidad de que se produjera algún hecho violento y se refugió en la primera portería que vio. Un hombre con una pistola emergió de la puerta en ese mismo instante y le disparó en la cara. La entrada en un escenario extremo era un proceso casi instantáneo; la retirada y recuperación después de una muerte virtual eran lentas y traumáticas. Estaba exhausta, aterrorizada y desmoralizada».

La última gran novela de Priest fue La separación (2002), una historia alternativa sobre la Segunda Guerra Mundial protagonizada por los ambiguos y misteriosos hermanos gemelos Sawer.

El escritor confesó como se le ocurrió esta historia: “Yo nací justo al final de la Segunda Guerra Mundial. No tengo recuerdos de aquello, pero mientras crecía todo a mi alrededor estaba destruido, las ciudades bombardeadas, era traumático, y un paisaje dramático y terrible. En Inglaterra la gente dice siempre que ganamos la Segunda Guerra Mundial, pero a mí me parecía que la habíamos perdido, de modo que crecí cuestionándome esto. Mientras me convertía en un adulto, me preguntaba una y otra vez y, en particular, me preguntaba por el papel que jugó Winston Churchill en la guerra, y ahí está el fondo de la historia. Durante la guerra, hubo un suceso famoso protagonizado por Rudolf Hess, la mano derecha de Hitler, el cual viajó a Gran Bretaña con un plan de paz y Churchill lo encarceló sin hablar con él, y desde entonces estuvo en prisión. Yo solo quería saber por qué y, de hecho, todo el asunto es aún alto secreto. Así que pensé en escribir una novela sobre el asunto. Porque me interesaba lo fantástico. Todo lo que quería hacer era una historia alternativa donde la paz se firmó en 1941 y la guerra terminó en ese momento. Obviamente en este sentido es muy próximo a la ciencia ficción”.

Priest murió el 2 de febrero de 2024, tras una larga lucha contra el cáncer, mientras trabajaba en una biografía de su colega J. G. Ballard. Poco antes de fallecer, concedió una entrevista donde hablaba de su trabajo: “En esencia, podríamos decir que en mi obra hay una tensión entre el mundo exterior objetivo que nosotros vemos y experimentamos, porque yo veo esto, pero tú ves lo otro. Pongamos que digo ‘esto es una mesa’ y tú la miras y piensas que es una mesa, pero lo que tú ves, ¿es lo mismo que veo yo?”.

En esa definición está sintetizada la esencia de toda su obra, donde no existen certezas absolutas y la realidad siempre se ve corroída por preguntas, dudas e incertidumbres planteadas por un protagonista abrumado por hechos que lo superan.