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Lêdo Ivo: el poeta que fue mucho más que un poeta
Uno de los escritores más importantes de la generación del 45 y de la literatura moderna brasileña. Autor de los versos de 'El deseo'.
13 de agosto de 2024. Estandarte.com
Qué: Biografía de Lêdo Ivo: poeta, novelista, cuentista, cronista, ensayista y periodista
Lêdo Ivo fue un destacado poeta, novelista, cuentista, cronista, ensayista y periodista brasileño, nacido el 18 de febrero de 1924 en Maceió, Brasil.
Es considerado uno de los escritores más importantes de la generación del 45 y de la literatura moderna brasileña.
Trayectoria de Lêdo Ivo
Lêdo Ivo se trasladó a Recife (Brasil) en 1940 para completar su formación y en 1943 se mudó a Río de Janeiro, donde estudió Derecho y comenzó su carrera como periodista. Su primera obra, As Imaginações, fue publicada en 1944, seguida de Oda e Elegía en 1945, la cual recibió el Premio Olavo Bilac de la Academia Brasileña de Letras.
A lo largo de su carrera, Lêdo Ivo publicó numerosos libros de poesía, novelas y ensayos, destacándose obras como Ninho de Cobras (1973), una alegoría sobre el totalitarismo de la dictadura militar de Getúlio Vargas, y A Morte do Brasil (1984), su última novela.
Lêdo Ivo: principales premios y reconocimientos
Lêdo Ivo fue miembro de la Academia Brasileña de Letras desde 1986, ocupando el asiento número. Su obra Réquiem fue galardonada con el Premio Casa de las Américas en 2009. Además, fue un reconocido traductor, llevando al portugués obras de autores como Jane Austen y Dostoyevski.
El estilo y las temáticas de Lêdo Ivo
La poesía de Lêdo Ivo se caracteriza por su riqueza sonora, su libertad expresiva y el uso de imágenes literarias. Sus temas recurrentes incluyen la memoria, la infancia, el amor y la naturaleza. Su estilo combina el verso clásico con una prosa poética flexible, creando una cadencia única que refleja su visión del mundo.
Lêdo Ivo dejó un legado importante en la literatura brasileña, siendo recordado por su capacidad para capturar lo cotidiano y lo contemporáneo a través de su poesía y prosa.
Lêdo Ivo falleció en Sevilla (España)
Como queriendo cumplir con su deseo de no llamar la atención, de no alzar la voz más de lo necesario, falleció en la madrugada del domingo 23 de diciembre de 2012, en medio de unos días de fiesta en los que las noticias se diluyen y lejos de su Brasil natal, en la ciudad de Sevilla, a la que había viajado en un último periplo por los paisajes de algunos de sus poetas españoles favoritos: Machado, Góngora, Quevedo, Lorca, Alberti…
Lêdo Ivo tenía un especial vínculo con España, país al que acudió en varias ocasiones poco antes de su muerte: en la edición 2011 del festival Cosmopoética de Córdoba o en marzo de 2010 a la Casa de América.
El poeta se encontraba de viaje por España acompañado de su hijo, el pintor Gonçalo Ivo, y la familia de este. Con 88 años, Lêdo Ivo falleció a causa de un infarto sin poder cumplir uno de sus deseos, según contaba su hijo: “Quería cruzar el Guadalquivir andando por uno de sus puentes; cosas de poetas”.
El deseo, poema de Lêdo Ivo
Menos conocido en las letras españolas de lo que debiera, nos queremos despedir de él con este maravilloso poema que bien pudiera ser el testamento de un hombre discreto, como él fue.
El deseo
No quiero la eternidad,
la trama interminable
de una roca que confía
día tras día
en la duración perpetua.
Quiero ser lo que pasa:
la leve nube blanca
que se deshace en el espacio,
la humareda de un reactor
en el cielo vacío y claro.
No me agrada ni me seduce
vivir después de haber vivido.
Antes prefiero el relámpago
que rasga el cielo sombrío,
una hoja de álamo
en el suelo de un viaje
y la lluvia fugaz
que cae sobre las ciudades.
Prefiero un vuelo de pájaro
a todo cuanto es eterno.
A todo lo que perdura
prefiero lo que perece:
la sombra fugitiva
en el día luminoso
de los narcisos y las rosas;
los instantes que rigen,
en la noche indecorosa,
el amor de los amantes,
sus gritos, sus gemidos;
el pétalo fugaz
herido por el otoño.
Me conformo con el trayecto
entre una puerta abierta
y una puerta cerrada
en plena madrugada
o en la más cándida mañana.
Mi Dios es relámpago,
el breve resplandor
que precede al gran sueño.
Me niego a durar
y a permanecer.
Nací para no ser,
para ser el que no es
después de tanto soñar,
después de tanto vivir.
(De su libro Plenilunio, traducción de Martín Lopez-Vega)
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