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Bernardo Atxaga, breve biografía

Bernardo Atxaga fue Premio Nacional de las Letras Españolas 2019.

21 de diciembre de 2023. Estandarte.com

Qué: Biografía Bernardo Atxaga

Bernardo Atxaga (seudónimo de Joseba Irazu Garmendia (Asteasu, Guipúzcoa, 1951) escribió su primer poema cuando tenía 13 años; rimaba en –ix, después de repasarlo y pulirlo lo dejó guardado, sin mostrárselo a nadie, en un cuaderno de tapas duras.

Años más tarde se encontró de casualidad con el soneto en –ix de Mallarmé; celebró la coincidencia como un guiño que los espíritus del Parnaso le habían hecho antes su determinación de ser escritor. Una señal.

Su padre era carpintero, su madre maestra y el ambiente en su casa favoreció la familiaridad con los libros. Le encantaba leer y escribir; ya de adolescente, publicaba en la revista de su colegio en San Sebastián artículos y cuentos. Siguió haciéndolo mientras estudiaba en Bilbao Económicas. Su primer relato, publicado en 1971 en el periódico El Norte de Castilla, se titulaba Los que anhelamos escribir.

Al ambiente familiar y esa coincidencia en –ix hay que sumarle otro factor fundamental para que, entonces con apenas veinte años, Irazu Garmendia se convirtiera en Bernardo Atxaga y se volcara en la escritura, aunque durante un tiempo tuviera que compaginarlo con otros oficios: el poeta Gabriel Aresti le escribió una carta felicitándole por su obra de teatro Borobila eta puntua (1972).

“Me dio alas para seguir”, cuenta Atxaga en el texto A modo de biografía que publica en el libro Alfabeto sobre la literatura infantil (Media Vaca, 1999, con dibujos de Alejandra Hidalgo). El texto irradia amor por la literatura y amor por las letras, de este autor que obtiene ahora el Premio Nacional de las Letras Españolas 2019 por toda su carrera.

De esa carrera probablemente el libro más conocido sea Obabakoak (1989): escrito en euskera como la mayor parte de su bibliografía, profusamente traducido y premiado –la valió el Premio Nacional de Narrativa en 1989–, reúne las historias de los habitantes de un territorio creado por Atxaga, Obaba. El escritor “hila con maestría todas estas historias, y las que nos cuentan sus personajes, para celebrar el poder de la palabra”, como se resume en la página web del autor.

También son suyas Etiopía (1978), Memorias de una vaca (1991), Poemas e Híbridos (1990), Días de Nevada (2013), entre otras muchas obras y textos cargados de expresividad, brillantez y transparencia en el lenguaje, personajes fascinantes e historias sugerentes y originales que cautivan ya sea tratando temas como la amistad, la tristeza del que deja la tierra, la ambición y el absurdo humano, el paso del tiempo, la superación ante una discapacidad…, a través de la narrativa (cuento y novela), el ensayo, la poesía, el teatro, y todo pensando en mayores y en lector infantil.  

De uno de los textos que publica en su página web, la conferencia Mi primera lengua, reproducimos aquí para terminar dos párrafos porque, creemos, tienen mucho que ver con el argumento que ha destacado el jurado, presidido por Carlos Alberdi Alonso (director del Gabinete del ministro de Cultura y Deporte) para concederle el premio: “su contribución fundamental a la modernización y a la proyección internacional de las lenguas vasca y castellana, a través de una narrativa impregnada de poesía en la que ha combinado de una manera brillante realidad y ficción”. El texto de Atxaga dice así:

“Como escritor que soy -aunque si no lo fuera daría lo mismo- creo que las lenguas son importantes; todas ellas, también aquellas que hablamos precariamente. Las palabras siempre van asociadas a trozos de vida, y sirven de gran ayuda a la hora de preguntarnos por las personas y por el mundo. Así me ocurre a mí con atta, ama, ebi, eguzki, Pater noster, te amo gustavo, eres adorable Vanessa, hypocrisy, hable usted en cristiano y con miles de palabras más.

Con todo, hay lenguas que nos marcan más que otras y ocupan un territorio amplio de nuestro espíritu. Es mi caso con el euskara: no porque fue la lengua de mi niñez, ni por llevar consigo -como dicen algunos escritores- una particular visión del mundo -me parece difícil-, sino por razón de su especial historia; una historia dura en la que mi familia, mis amigos, los miembros de mi generación, una tercera parte o más de los vascos, y yo mismo, nos hemos visto implicados.”

 

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