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Arthur Machen, biografía del maestro del terror que fascinó a Borges
Figura de culto en la literatura fantástica, Arthur Machen combinó lo sobrenatural y lo místico en una obra inquietante que inspiró a autores como Lovecraft y Borges.
18 de julio de 2025. Iván de la Torre
Qué: Biografía de Arthur Machen.
“Entre los creadores modernos de horror cósmico elevado a su punto artístico más alto, pocos pueden tener la esperanza de rivalizar con el versátil Arthur Machen, autor de una docena de relatos en donde los elementos de terror oculto y amenaza siniestra alcanzan una incomparable esencia y agudeza realista”. H. P. Lovecraft.
Arthur Machen nació el 3 de marzo de 1863 en Gales y se convirtió en un referente de tres de los escritores más importantes e influyentes del siglo XX: H. P. Lovecraft, Jorge Luis Borges y Stephen King.
Borges escribió “En su solitaria niñez (y en toda su vida) han influido las perdurables ruinas romanas, la penumbra céltica de los bosques, y la caótica biblioteca de su padre”; por su parte, Lovecraft señaló: “Con una impresionante herencia celta ligada a los vivos recuerdos juveniles de las colinas malditas, los bosques arcaicos y las crípticas ruinas romanas de los campos de Gwent, desarrolló una vida imaginativa de extraña belleza, intensidad y trasfondo histórico. Absorbió el misterio medieval de los bosques oscuros y las costumbres antiguas, y es un defensor de la Edad Media en todos los aspectos, incluso la fe católica. Además, se rindió al conjuro de la vida britanorromana que en otros tiempos imperó en su región natal; y encuentra extraña magia en los campamentos fortificados, los pavimentos de mosaicos, fragmentos de estatuas, y cosas semejantes que hablan de los tiempos en los que reinaba el clasicismo y el latín era la lengua del país”.
A los 19 años, Machen se instaló en Londres, donde trabajó como periodista hasta 1887 cuando, por la muerte de su padre, recibió una herencia que le permitió dedicarse completamente escribir y publicar sus obras más famosas: El gran dios Pan, sobre un experimento fallido que pone al protagonista en contacto con una aterradora fuerza de la naturaleza (Stephen King escribió: “Es una de las mejores historias de terror jamás escritas. Tal vez la mejor en el idioma inglés”); El sello negro, que sugiere la existencia de un mundo terrible oculto en los bosques de Gales; Vinum Sabbati, que hace referencia a lo que sucede cuando un joven estudiante toma, por error, la sustancia que usaban las antiguas brujas para celebrar sus aquelarres con el demonio; y El pueblo blanco, donde una niña accede a un aterrador mundo secreto que generó una de las mejores críticas de Lovecraft: “La narración de Machen, un triunfo de sobriedad artística e inteligente selección, acumula enorme poder a medida que se introduce en un mundo de alusiones extrañas expresadas en lenguaje inocente e infantil. Los ritos que la niñera aprendió de su abuela le son trasmitidos a la niña cuando ella tiene tres años de edad, y la sencilla descripción de las peligrosas y oscuras revelaciones poseen un horror insidioso. Finalmente, la niña, que ya tiene trece años, encuentra un objeto de enigmática y funesta belleza en el corazón de un bosque inaccesible. Un siniestro horror se cierne sobre ella. Al igual que la madre de Helen Vaughan en El gran dios Pan, ella ha contemplado esa espantosa deidad”.
La escritora Mariana Enríquez sintetizó muy bien el tema que conecta todas estas ficciones: “Su noción es que este mundo es pura apariencia y, cuando el velo de la realidad se levante, aparecerá aquel otro universo donde viven los dioses antiguos que nunca se fueron, o donde mora una crueldad inimaginable. Machen creía en la corrupción del alma, porque era cristiano y creyente, y le tenía terror. Podemos decir que la gran mayoría de los decadentistas y neo paganos que fueron sus contemporáneos sentían una fascinación estética por estos temas, pero se hubieran muerto de miedo si, en efecto, el velo se corría y se encontraban como juguetes de los dioses inmemoriales. Los cuentos de Machen dan miedo porque no son un juego: este hombre teme por su alma y le teme al Mal y ese espanto se transmite como un susurro en una habitación oscura”.
Su novela Los tres impostores, formada por relatos interconectados (que incluyen El sello negro y Vinum Sabbati), fue considerada una obra maestra por Borges: “Machen la escribió a la sombra de Stevenson, en un estilo que parece fluir digno de su declarado maestro [...] El hecho de saber que los relatos de los tres personajes son imposturas no disminuye el buen horror que sus fábulas comunican [...] Las literaturas encierran breves y casi secretas obras maestras: Los tres impostores es una de ellas”.
Lovecraft hizo un impecable resumen del cuento más aterrador del libro: “En el episodio titulado La novela del Sello Negro un profesor, tras descubrir una singular identidad entre ciertos caracteres enigmáticos garabateados en rocas calcáreas de Gales con los signos de un sello prehistórico de Babilonia, emprende una investigación que lo arrastra a eventos desconocidos y terribles. Un curioso párrafo en los escritos del antiguo geógrafo Solinus, una serie de desapariciones misteriosas en solitarias regiones de Gales, una campesina que da a luz un niño idiota tras una experiencia de espanto; todas esas cosas le sugieren al profesor horribles relaciones y unas circunstancias odiosas para cualquier persona que respete a la raza humana. Toma a su servicio al muchacho idiota quien a veces balbucea extrañamente con un repulsivo siseo y sufre curiosos ataques epilépticos. En cierta oportunidad, tras uno de esos ataques nocturnos en el estudio del profesor, se manifiestan inquietantes olores y rastros de presencias anormales; y poco tiempo después el profesor deja un voluminoso manuscrito tras él y se pierde en las tenebrosas colinas con febril ansiedad y un extraño terror en el corazón. Jamás regresa”.
En 1901, al terminarse el dinero que su padre le había dejado, el escritor volvió a trabajar como periodista en London Evening News, mientras comenzaba dos novelas que aparecerían casi dos décadas después: El gran Regreso (1915) y El Terror (1917).
Borges no dudó en alabar estos trabajos “El gran Regreso es acaso el más célebre de sus libros. El terror es un buen ejercicio de fantasía razonable, un poco a la manera de Wells”.
Su amigo John Gunther registró un excelente retrato del escritor en esa etapa de su vida: “Melena blanca, espesa, ojos azules cansadísimos; manos muy cuidadas, de cera... Cruza de capa las lluviosas calles de Londres, el sombrero en la punta de la cabeza, como un pájaro cabalgando una ola...”.
Arthur Machen murió el 30 de marzo de 1947, a los 84 años. Su admirador y discípulo H. P. Lovecraft hizo la mejor evaluación de su obra: “Su poderosa producción de horror a finales del siglo XX, sigue siendo única en su clase, y marca una época distinta en la historia de este género literario...”.
Comentarios en estandarte- 2
1 | Luz María Mikanos
24-07-2025 - 03:49:53 h
Intensidad, misterio, fantasía... Y mucho más una narración espectacular de Iván de la Torre para esta obra maestra. Gracias por difundir.
2 | Ivan
15-08-2025 - 16:44:47 h
Gracias por tu comentario, querida Luz! Mi gran apoyo!