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Un hombre acabado

07 de abril de 2014. Sr. Molina

Un hombre acabado podría ser considerado un libro autobiográfico, pero es mucho más que eso. En esta pseudonovela Giovanni Papini escribe una suerte de memorias de sus años de juventud (aproximadamente entre los veinte y los treinta), un tiempo de efervescencia creativa y de toma de contacto con el mundo que le rodeaba. Pero, lejos de limitarse a dar cuenta de sus experiencias o de describir su entorno, el autor brinda una obra reflexiva, sugerente e introspectiva sobre su propio carácter como ser humano y como artista. Una obra en la que Papini se expone sin tapujos a nuestra mirada, revelándose como un hombre integral, con defectos y aristas, pero con una sinceridad abrumadora.

La narración, obviamente, se hace en primera persona, con un autor cercano y mordaz que va desgranando sus primeros recuerdos de infancia hasta acercarse a la madurez. Así, podemos conocer al Papini joven, un «niño sin infancia» en sus propias palabras, ya que se recuerda siempre caviloso y reservado; su carácter retraído no hace sino convertirle en objeto de burla o extrañeza, de manera que pronto se hace consciente de su incapacidad para relacionarse con los otros de forma normal. Sólo encontrará placer y reposo en la lectura: al principio en la reducida biblioteca de su casa, compuesto por unas docenas de volúmenes diversos; después, su descubrimiento de la biblioteca le proporcionará momentos de recreo incontestables.

El protagonista se pinta como un jovenzuelo ávido de saber: sus primeros proyectos creativos tienen como objeto la redacción de una enciclopedia que abarque todos los campos de la sabiduría humana. Incluso el Papini adulto, el narrador, se burla de ese yo inexperto y presuntuoso, pero la honradez con la que se retratan los anhelos y las pasiones del joven es digna de mención. El autor es orgulloso y petulantes, qué duda cabe (dice haber nacido con «la enfermedad de la grandeza», de manera que se sabe destinado a alcanzar grandes logros en el terreno creativo), pero al tiempo su retrato de sí mismo es inmisericorde: nada oculta al ojo del lector, y se describe tal cual es, con sus deméritos, sus fallos y sus vicios.

Encontramos sobre todo a un autor consciente, sabedor de la mundanidad general y de lo frívolos que suelen ser sus semejantes. Para Giovanni Papini lo importante es elevarse sobre ese fango, despegarse del tedio de una vida monótona, y eso sólo lo consigue a través del conocimiento y la creación. Sus loas al saber, a la importancia de la lectura como medio para acceder a la cultura universal, al compromiso del artista (y del ser humano en general) con la razón y el discernimiento, son tan hermosas como inteligentes. Y es importante señalar que, por encima de su personalidad vanidosa y esquiva, Papini se muestra como un hombre preocupado por el desarrollo de su conciencia tanto como de la de los demás; un hombre introvertido y huraño, sí, pero interesado en el progreso de sus congéneres, a los que no puede sino mirar con una mezcla de preocupación y desprecio.

Un hombre acabado es una autobiografía creativa y diferente; un viaje por la personalidad poliédrica de un Giovanni Papini tan mordaz y cáustico como siempre, pero en esta ocasión aplicando su prosa incisiva sobre sí mismo y su entorno. Para todos aquellos que disfrutamos con su visión de las cosas, este libro resulta un regalo imprescindible; para los que no hayan accedido aún a este genio italiano, este libro puede ser una vía de acceso curiosa y reveladora.

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