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El comité de la noche

30 de diciembre de 2014. José Ángel Sanz

¿Un thriller social en la España de la crisis? Si no fuera porque El comité de la noche lleva la firma de Belén Gopegui, un planteamiento en principio tan resbaladizo aconsejaría prudencia. Hemos leído tanto, tantísimo sobre tramas políticas y miserias morales en la prensa, que una novela tiene difícil encontrar el equilibrio entre lo creíble, un terreno de juego que se ha vuelto prácticamente infinito a estas alturas, y lo interesante.

El comité al que alude el título de esta notable novela es un grupo clandestino, que no conoce el desaliento y es consciente de la distancia entre ‘ellos’, los pocos de arriba, y ‘nosotros’, los muchos de abajo. Alex y Carla son dos mujeres afectadas de forma distinta por los aprietos económicos de su país, enfrentadas a circunstancias vitales diferentes pero a la vez con mucho en común.

Lo que mejor hace Gopegui es narrar con lirismo el debate interior de sus personajes. Por supuesto, hablamos de un libro de posicionamiento político, que no maniqueísmo. Por eso sus dos protagonistas resultan absorbentes en esa forma de escribir de la autora, concentrada, ceñidísima a todo lo que sus criaturas padecen.

El armazón de El comité de la noche es sólido, caben en él reflexiones sobre la responsabilidad moral y cívica. Sobre el papel del estado y sobre las tribulaciones a las que llevan el capitalismo, el anisa irrefrenable de lucro y el desempleo. Es también una novela-resorte, un propulsor de conciencias hacia algún lugar lejos de eso que ahora se denomina con cierta ironía ‘zona de confort’. La cruda metáfora del tráfico de sangre sustancia la novela, pero ésta admite varias lecturas más allá de las evidentes. Novela de época, en el mejor sentido, pero el tiempo pasará bien por ella.

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