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Escritoras en el barrio de las Letras

Reclaman que sus citas también pertenezcan a mujeres.

27 de enero de 2017. Estandarte.com

Qué: Reclaman una mayor presencia de las escritoras en el barrio de las Letras. Dónde: Madrid.

¿Has paseado alguna vez por el madrileño barrio de las Letras? La zona en torno a la calle Huertas, que casi conecta la Puerta del Sol con el Museo del Prado, y que históricamente se vincula a los escritores más importantes de la literatura española: en este barrio vivieron —por ejemplo— Cervantes, Góngora, Lope de Vega o Quevedo. Muchas de sus palabras se leen hoy en las mismas calles, gracias a algunas citas literarias inscritas en el suelo.

Sin embargo, ninguna de ellas pertenece a una mujer: un hecho que el colectivo Órbita Diversa, a través de su proyecto #CreadorasDeCambio, pretende cambiar gracias a varias acciones a favor de las escritoras.

Según cuentan las integrantes de Órbita Diversa y #CreadorasDeCambio, «el bonito barrio de las Letras de Madrid cuenta con una intervención cultural en la calle Huertas que llama mucho la atención a la gente de la ciudad y a la que la visita: las citas en el suelo de obras literarias.

»Es una maravilla, pero falta algo: ninguna de ellas está sacada de un libro escrito por una mujer. De hecho, el barrio de las Letras se conoce también, curiosamente, como barrio de los Literatos o barrio de las Musas. Esto va en consonancia con que las citas incrustadas en el suelo provengan solo de voces masculinas. Y es que, en este caso, el plural no es genérico: los Literatos son únicamente hombres: las mujeres tienen la tarea de inspirar, de permanecer bellas, de ser Musas. Ellos son sujetos; nosotras, objetos. Y eso es lo que queremos denunciar: no solo los hombres se merecen tener un hueco en los espacios públicos y en todos los ámbitos del conocimiento.

»Los espacios públicos aún pertenecen a los hombres, sí: solo hay que observar las estatuas o los nombres de las calles para darnos cuenta de que la invisibilización de la mujer está presente en nuestro día a día. Así, los admirados son ellos, siempre, inevitablemente, porque nosotras no estamos.

»Amén de las dificultades que han atravesado las mujeres en vida —ninguneadas, aisladas, condenadas al encierro en el hogar—, aquellas que lucharon hasta sobresalir, que publicaron y cosecharon la fama, fueron ignoradas tras su muerte: la historia las ha sepultado. Por ejemplo, la escritora madrileña del siglo XVI María de Zayas tuvo un éxito profesional relativo mientras vivió —aun fue elogiada por grandes autores como Lope de Vega—, pero para saber que existe hay que investigar, rebuscar, deconstruir: para leer y admirar a escritoras hay que esforzarse. Ocurre lo contrario, por supuesto, con sus coetáneos: Luis de Góngora, Lope de Vega o Francisco de Quevedo aparecen en los libros de historia y de literatura, nunca faltan en las estanterías, son homenajeados con asiduidad y tienen sus frases doradas y eternas en la calle Huertas.

»Todo esto no es solo injusto para ellas, las olvidadas, sino para nosotras, porque, al no tener representación, se nos resta vigor e importancia. Es decir, como los hombres escriben los libros de historia, los hombres protagonizan los libros de historia. Y todo esto es peor aún cuando somos niñas: por ejemplo, en el libro de lengua y literatura de Santillana de tercero de la ESO de este curso —¡en pleno siglo XXI en un país tan progre y poco machista como España!— solo aparece una mujer: Santa Teresa de Ávila. ¿Qué mensaje llega así en la infancia? Que los hombres son mejores que las mujeres u otras identidades no binarias.

»Esto no puede seguir así, y nuestra lucha es importante para rechazar y modificar el statu quo. Desde que nos dimos cuenta de que las obras de mujeres no están contempladas en la calle Huertas, hemos estado pensando en cómo jugar con el espacio para reclamar el cambio. Así surgió la acción del día 7 de enero de 2017, donde convocamos a las mujeres para leer fragmentos del libro de su escritora favorita mientras otras mujeres escribimos con tiza las citas que nunca vivieron en la calle Huertas por el simple hecho de haber salido de la pluma equivocada: la que empuñan las mujeres.

»(…) Lo que no se nombra no existe, así que nombrémoslo: acabar con la invisibilización de la mujer está en nuestras manos.»

Para promover que el Ayuntamiento de Madrid también inscriba citas literarias pertenecientes a obras de escritoras en el barrio de las Letras, las integrantes de Órbita Diversa y #CreadorasDeCambio realizaron una acción el pasado 7 de enero en las calles del barrio de las Letras: escribieron con tiza «aquellas citas que deberían brillar en metal junto con la [sic] de sus compañeros escritores». Es por ello que el colectivo ha realizado una selección de textos que podrían figurar en las calles del barrio de las Letras, obra de autoras como Carmen de Burgos, Elena Fortún, Gloria Fuertes, María Teresa León, Emilia Pardo Bazán o María de Zayas.

De igual forma, desde Órbita Diversa y #CreadorasDeCambio también se ha abierto una petición en Change.org dirigida al Ayuntamiento de Madrid, «como parte de los llamados ayuntamientos del cambio», esperando que la institución «materialice esta visibilización de las contribuciones que las mujeres han hecho en nuestra cultura».

 

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