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La Capital del Libro, sin los libreros

La federación abandona el comité del reconocimiento de la UNESCO.

22 de junio de 2016. Estandarte.com

Qué: Los libreros abandonan el comité de la UNESCO para la Capital Mundial del Libro, en defensa de la libertad de expresión. Cuándo: lunes 20 de junio de 2016 (hoy, miércoles 22 de junio, se reúnen). Dónde: Bruselas (Bélgica).

La Federación Internacional de Libreros (European and International Booksellers Federation, EIBF) ha tomado una decisión digna de aplauso y reconocimiento: abandonar el comité de elección de la Capital Mundial del Libro —formaban parte de él desde 2002—, el título con el que la UNESCO —la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura— distingue a una ciudad que destaque tanto por su atención al mundo del libro como por su programa de actividades. El motivo es claro y firme: no están dispuestos a apoyar un proyecto en el que se tengan en cuenta ciudades donde no se tolere la libertad de expresión. En ese comité, además de los libreros, figuran la Unión Internacional de Editores y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias. Hoy, miércoles 22 de junio, tienen previsto reunirse para decidir qué ciudad se convertirá en Capital Mundial del Libro en 2018.

Según explica Fabian Paagman en un comunicado, la organización que copreside «apoya los principios resumidos en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo el mundo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye la libertad de expresar opiniones sin interferencias y de buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio, y sin consideración de impedimentos. La EIBF posee la firme opinión de que la libertad de expresión es un principio democrático fundamental, que debe respetarse en toda circunstancia. Es la columna vertebral de la industria del libro».

Tal y como continúa expresando François Dubruille —director de la EIBF— en ese mismo comunicado, difundido el lunes 20 de junio, la EIBF culpa de su salida al «cambio de reglamento», que ha hecho que los libreros internacionales «no se sientan escuchados (...) en sus repetidos mensajes desde junio de 2015», aludiendo a la importancia de «la libertad de expresión», que no puede ser considerada «un criterio no negociable» en la concesión del título de Capital Mundial del Libro. «Para la EIBF, la ausencia de libertad de expresión es un criterio de eliminación automática para cualquier candidatura a la Capital Mundial del Libro, sin que sea necesario recurrir a cualquier otro criterio».

Según apunta la página web TheBookseller.com, el desencuentro entre los libreros internacionales y la UNESCO se remontan a mucho antes de la fecha apuntada en este comunicado. Habrían tenido lugar hace año y medio, a comienzos de 2015, cuando entre las candidaturas a Capital Mundial del Libro en el año 2017 destacaban como favoritas las de Shenzhen (China) y Sharjah (Emiratos Árabes Unidos). El informe 2015/2016 de Amnistía Internacional sobre la libertad de expresión en China arroja numerosas denuncias relativas a la promulgación de nuevas leyes, campañas de represión, detenciones, controles y torturas, como desgranan con ejemplos durante páginas.

Este mismo informe, relativo a Emiratos Árabes Unidos, comienza denunciando que «las autoridades restringían arbitrariamente la libertad de expresión, deteniendo y enjuiciando a quienes criticaban al gobierno», y recoge información sobre leyes, sometimientos, torturas, malos tratos, encarcelamientos y desapariciones forzadas, entre otras vejaciones de los derechos humanos. Finalmente, la ciudad elegida fue Conakri (Guinea), cuyo informe sobre derechos humanos de Amnistía Internacional incluye «impunidad por violaciones de derechos humanos» y detención de opositores y prohibición de manifestaciones en el contexto de las elecciones presidenciales, impugnadas por la oposición en base a «irregularidades».

Desde la UNESCO se acusa a la EIBF de no haber propuesto cambios cuando se le contactó para modificar los criterios de selección. Según el organismo internacional, los libreros «no han propuesto criterios o metodología para medir los niveles de libertad de expresión en los países, y no respondieron a la oferta de la UNESCO para trabajar con expertos internos en la libertad de expresión», afirman, y han destacado que los representantes de los editores y los bibliotecarios han decidido mantenerse en el comité de elección de la Capital Mundial del Libro. Un galardón —simbólico, sin dotación económica— fundado en 2001, y que han recogido las ciudades de Madrid (España, 2001), Alejandría (Egipto, 2002), Nueva Delhi (India, 2003), Amberes (Bélgica, 2004), Montréal (Canadá, 2005), Turín (Italia, 2006), Bogotá (Colombia, 2007), Ámsterdam (Países Bajos, 2008), Beirut (Líbano, 2009), Liubliana (Eslovenia, 2010), Buenos Aires (Argentina, 2011), Yereván (Armenia, 2012), Bangkok (Tailandia, 2013), Port Harcourt (Nigeria, 2014), Incheon (Corea del Sur, 2015) y Breslavia (Polonia, 2016).

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