Uruguay: editores contra la nueva ley

18 de abril de 2016. Estandarte.com

La Cámara de Senadores de Uruguay, en la que reside el poder legislativo de la república, ha aprobado una polémica modificación de la ley de derechos de autor, vigente desde 1937. Según los nuevos artículos, ya no se considera ilícita «la reproducción por cualquier medio, sin autorización del autor o titular, de una obra o prestación protegida, ordenada y obtenida por una persona física, en un solo ejemplar para su uso personal y sin fines de lucro». Esto implica que si el proyecto logra también la aprobación de la Cámara de Representantes, la cámara baja de la Asamblea General, en Uruguay será legal reproducir —fotocopiar o escanear— libros y obras gráficas.

Luis Sica, representante de la Cámara del Libro de Uruguay —que reúne a libreros, editores y distribuidores—, ha subrayado la «sorpresa» con la que la institución a la que pertenece recibió la aprobación de los senadores uruguayos. «Algunos legisladores no tuvieron en cuenta las consecuencias que acarrea», puesto que actuaron para facilitar el acceso a los libros de texto para estudiantes, sin pensar «que aparecían imágenes, fotografías, incluso la música».

Fotocopiar de manera parcial o total los libros que sirven para el estudio es «una realidad que sucede», en palabras de la senadora Ivonne Passada —de Frente Amplio—, una de las impulsoras de la reforma de la ley, que ha llevado a la cámara una iniciativa de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. «Lo que más nos ha interesado es que las copias privadas, conocidas como fotocopias, que no son con fines de lucro y sí tienen una clara orientación para la formación, la educación, la ciencia o las bibliotecas, que tienen que hacer uso de determinadas fotocopias, no figuren como una situación de delito ni sean penadas», continuó Passada, que también subrayó que la modificación permitirá fotocopiar libros deteriorados, e «importantes para el acervo cultural», para su conservación. A su juicio, las quejas de la Cámara del Libro de Uruguay responden a la «lesión» de los intereses de libreros, editores y distribuidores. Por su parte, Nicolás Brener, uno de los estudiantes implicados en la redacción del proyecto, ha enfrentado «el derecho a estudiar y el derecho de autor», puesto que —en su opinión— el segundo va en contra del primero.

Esta modificación de la ley uruguaya de derechos de autor surge a raíz del polémico cierre el 22 de octubre de 2013 de diversas copisterías ubicadas en la Galería Montecarlo, en el centro de Montevideo. Los establecimientos, cercanos tanto a la universidad como a uno de los centros de enseñanza secundaria con más alumnos de la capital, guardaban en una quincena de locales unos 1 000 libros fotocopiados y 16 000 títulos en pdf, listos para su impresión. Diecisiete personas fueron detenidas por un delito contra los derechos de autor.

La modificación de la ley uruguaya de derechos de autor cuenta con el apoyo unánime de los partidos políticos representados en la Cámara de Senadores, además de sindicatos e incluso de la Universidad de la República, la principal universidad pública del país. La Cámara Uruguaya del Libro insiste en la inconstitucionalidad de la reforma, que «pone en peligro no solamente el justo resarcimiento al creador, sino la viabilidad de una industria cultural acorde a las necesidades educativas y culturales de nuestro país». Queda en las manos —y en los votos— de la Cámara de Representantes.