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Libros destripados: las partes de un libro

Las partes de un libro: desde la cubierta, a las solapas, el índice o las guardas.

01 de enero de 2024. Estandarte.com

Qué: Las partes de las que consta un libro

Con esto de libros destripados no vamos a dedicarnos a desvelar argumentos y finales de historias, sino que vamos a detenernos en las partes que componen ese objeto que es el libro en su formato clásico, el papel. Desde la cubierta o la sobrecubierta con la que suele desplegarse orgulloso en los escaparates de las librerías, a los lomos que cogen el relevo para identificarlos en los estantes, y las guardas, a menudo tímidas, otras expresivas...

Esta vez los argumentos nos importan menos, si bien es verdad que nunca nos olvidamos de ellos. ¿O acaso el diseñador gráfico que crea la imagen de la tapa no lo ha hecho de acuerdo a la historia que se despliega en el cuerpo de la obra? Con ese cuerpo ya hemos dado con una de las partes: la medular, en la que se desarrolla el contenido –ya sea ficticio o real, novelado o en verso…–, que puede dividirse en capítulos, partes, secciones…, y requiere reflexiones sobre tipos de letras y su tamaño, los márgenes, los blancos, gramaje de papel…

El índice es la lista o tabla de contenidos, que indica el lugar donde aparecen, y que se coloca al principio o al final de la obra. Dependiendo del tipo de publicación, puede ir acompañado de listados analíticos, onomásticos, cronológicos, temáticos… Uno y otros son como brújulas del libro y hay que mimarlos como tales. Sus valores más importantes son los del orden y la claridad, pero eso no significa que no puedan brillar por su elegancia y singularidad, por la audacia gráfica que juega con tipografías, con blancos, degradados en los tonos, inclusión de imágenes, organización en columnas, jerarquización… 

Cubierta - Partes de un libroEl índice es una buena tarjeta de presentación, pero sin duda hay otros dos elementos con mucho más valor representativo: la cubierta y la sobrecubierta o camisa. La cubierta es la tapa del libro formada por los planos frontal y posterior y el lomo. La frontal es la cara en la que, por lo general, aparecen título, autor y editorial. Si el libro fuera una persona, esta sería su vestido; así que es capaz de decir de él tanto como de uno la prenda que escoge para cada ocasión. Se presenta como una reflexión gráfica que sintetiza, evoca y atrae hacia el interior con infinitas soluciones que pasan por jugar con los materiales, sus texturas y las tintas; por apostar por diseños tipográficos, por ilustraciones o fotografías, por combinarlos (como ocurre en la ilustración a partir de una letra de Isidro Ferrer para Lista de locos y otros alfabetos de Bernardo Atxaga –edita Xórdica–), y buscar complicidades conceptuales o más inmediatas. 

Partes de un libro - SobrecubiertaEn ocasiones la cubierta está protegida por una sobrecubierta, camisa o forro; su misión no puede limitarse a envolver: hace –como la cubierta– las veces de metáfora visual del libro. Merece la pena conocer el trabajo que hacen los Hnos. Paadín en las sobrecubiertas desplegables del catálogo de niños gratis*, como la de Calypso, la novela de Rafael de Jaime Juliá.

Hay quien llama a la cubierta portada, pero no es del todo preciso. La portada está en el interior y en ella aparecen el título del libro, los nombres de autor, traductor, ilustrador y de la editorial… Suele ir precedida de una anteportada en la que solo aparece el título del libro y el de la colección al que pertenece. La página legal o de créditos repite y complementa esta información con datos como el número de edición, el copyright, el año, ISBN (International Standard Book Number)… Si seguimos navegando por el interior del libro podremos encontrarnos, dependiendo del tipo de obra, otros elementos como la página de dedicatoria, el prólogo, el prefacio, el posfacio (aunque al principio dijimos que esta vez no nos íbamos a ocupar de contenidos, no nos resistimos al nombrar al posfacio a recordar el bellísimo texto de Claudio Magris en el libro de su esposa, Marisa Madieri, Verde Agua (Minúscula)….

Hay ediciones que reservan espacio para las hojas de respeto y cortesía: una o dos páginas en blanco al principio y al final de la obra para que el libro respire y que se encuentran justo detrás y delante de las guardas. Las guardas, por su parte, refuerzan la encuadernación del libro y marcan el tránsito entre las tapas y las tripas: suelen estar realizadas en un papel de distinto gramaje y color al del interior y soportan la tensión de apertura de las cubiertas. La editorial Media Vaca en un precioso e interesante libro que editó en 2018 con motivo de su 20 aniversario (Panfletos, sermoncillos y brindis al sol) señala la importancia que da a las guardas: “siempre nos ha parecido un espacio muy aprovechable para dar información sobre el contenido del libro, ya que es lo primero que alguien ve cuando lo abre”; y destaca una de ellas –que nosotros, en Estandarte hemos querido recoger aquí–, la del libro Viva mi pueblo con las fotografías del pintor y poeta Antonio Fernández Molina (autor del libro) con su novia. La guarda también es lo último que ve el lector antes de cerrar el libro, por eso a su valor de refuerzo, narrativo y decorativo, podríamos sumar el de epílogo.  

Y ya que lo hemos cerrado, vamos a fijarnos de nuevo en la cubierta, esta vez en la parte trasera o contracubierta. En ella (y lo mismo ocurre si hablamos de la sobrecubierta posterior) lo más común es recoger una sinopsis del libro: un resumen que despierte la curiosidad por la obra, pero que al que no pase como a algunos tráileres de películas: que desvelan más de la cuenta. A menudo la contracubierta también presenta el perfil del autor o autores, aunque si el libro lleva solapas (las prolongaciones laterales de la cubierta o la camisa que se doblan hacia dentro) suelen aprovecharse para detallar esos currículos, para anunciar más libros de la editorial o para reproducir extractos de críticas literarias. Estas últimas también encuentran buen acomodo en las fajas: esas tiras de papel que se incluyen en algunas ediciones y abrazan al libro sobre la cubierta o la camisa para subrayar elogios, premios, número de ediciones o de ejemplares vendidos. Cuidado con ellas, si son excesivas eclipsan el trabajo de la cubierta.   

Y terminamos con el lomo: sujeta las hojas, une la cubierta frontal y la posterior y suele recoger el título, el nombre del autor y el logo de la editorial. Más vale no descuidarlo porque al final es el que da la cara en la estantería.

Comentarios en estandarte- 1

1 | Rocío 12-01-2023 - 15:32:26 h
Índice no es lo mismo que Tabla de Contenido o Sumario