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La literatura en la era Meiji

Japón entre la apertura a Occidente y el respeto a la tradición.

21 de febrero de 2024. Estandarte.com

Qué: Literatura en la era Meiji

La era Meiji es la era de la apertura y modernización de Japón, el fin del feudalismo. Tras más de dos siglos de aislamiento, el arribo al puerto de Yokohama de la armada norteamericana con el comandante Matthew Perry al mando en 1853 y su exigencia de que el país del sol naciente se abriera al comercio internacional (apenas tenía algún contacto con los Países Bajos y China) precipitaron una crisis política que desembocó en la caída del shogunato Tokuwaga y la restauración del poder imperial.

El periodo, que se prolonga de 1868 1912, se conoce con el nombre del emperador Meiji que ascendió al trono a finales de 1867, a la muerte de su padre, el emperador Kōmei. Tras años de luchas interna, se abre el camino a la industrialización, la tecnificación, el capitalismo… Estadistas, aristócratas y funcionarios japoneses viajan en misiones oficiales a Occidente para conocer de primera mano su civilización en todas sus manifestaciones: política, diplomacia, economía, cultura, ocio… Con sus luces y sus sombras.

Los libros no son ajenos a esta apertura: la era Meiji se considera el comienzo de la literatura moderna japonesa. Es el momento «en el que Japón se abrió a la influencia occidental y en que la literatura nipona, sumida en la rutina y la repetición de modelos tradicionales y gastados, cobró nueva vida e inició el periodo creativo que llega hasta hoy en día», como apunta escritor y crítico literario Andrés Ibáñez, en el prólogo de la novela Botchan, de Natsume Sōseki (Impedimenta, 2008).

También los escritores viajan a Europa, allí se empapan de sus costumbres, beben del realismo, el simbolismo, el naturalismo y el Romanticismo, y los llevan consigo a Japón en una importante labor de traducción y de crítica literaria. En este sentido tiene especial importancia la labor de Tsubouchi Shōyō (1859-1935), especializado en Shakespeare y autor de la obra La esencia de la novela (1885-86), que propuso una reforma en las letras que armonizaba el modelo occidental con la historia y la cultura japonesas. En su obra propugnaba la evolución psicológica de los personajes y rechazaba esos caracteres idealizados, estereotipados y estandarizados de la narrativa didáctica; defendía una novela realista que retrata la vida y las emociones humanas.

Siguiendo sus pasos, Futabatei Shimei (1864-1909), autor de obras como Nubes flotantes o Un marido adoptado, pobló sus novelas de antihéroes y utilizó el lenguaje de la gente, el del día a día, alejándose de la literatura épica y legendaria de la era Shogun. Su gran labor como traductor eclipsó la de creador: acercó a Japón a autores rusos como Turguénev, Tolstói y Dostoievski y, en su afán por reproducir la literatura europea, modernizó el lenguaje literario.

La bailarina, de Ogai Mori - Literatura japonesa de la epoca MeijiTambién el escritor Ōgai Mori (1862-1922) fue un gran traductor de autores como Goethe, Schiller, Ibsen, Andersen o Hauptmann. Además, firmó obras fundamentales en la modernización de la novela japonesa como La bailarina, una historia de amor y dolor contada con tono directo en primera persona por el protagonista –un estudiante japonés– y ambientada en Alemania, país en el que Ogai Mori vivió durante 4 años, de 1884 a 1888.

A su vez Natsume Sōseki (1867-1916) adopta esa innovadora primera persona para la época en algunas de sus novelas como Soy un gato, una ingeniosísima sátira de la burguesía Meiji, o Botchan en la que, como indica el escritor Andrés Ibáñez en el prólogo de la edición de Impedimenta, «escribe casi con ferocidad, afilando sus palabras como garras. ¡Siglos, milenios de elegancia, de contención y de buenas maneras para llegar a esto! Escribe con furia, con desdén, sin pudor, sin poesía.».

Con delicadeza, frescura y cercanía hilvanó sus retratos psicológicos Higuchi Ichiyō (1872-1896), descrita por la editorial Satori como la escritora que revolucionó el panorama literario del Japón de su tiempo con su prosa brillante y su profundo conocimiento del corazón humano. Con traducción de Rumi Sato y prólogo de José Pazó Espinosa, Satori tiene en su catálogo Un día de nieve, un conjunto de relatos que condensan la vida de Tokio a través de las ilusiones y desencantos de sus personajes, gente corriente, sencilla.

El precepto roto - Literatura japonesa en la era MeijiOtro reflejo literario de esa época de cambios con todas las crisis que conlleva es El precepto roto,de Shimazaki Toson (1872-1943). Para Natsume Sōseki esta novela fue la primera digna de tal nombre en la era Meiji. «Una obra rompedora en su tiempo que, por primera vez –apunta la editorial Satori–, mostró a los lectores la cruda realidad del nuevo Japón, un país que se miraba en Occidente pero que aún arrastraba el lastre del rechazo hacia algunos de sus propios ciudadanos: los etas o parias de Japón.»

A contracorriente del realismo con historias de fantasía y sobrenaturales, Izume Kyōka (1873-1939) es considerado el creador de la novela gótica japonesa y uno de los maestros del relato breve. Satori, editora entre otras obras suyas de Laberinto de hierba (traducida y prologada por Iván Díaz Sancho), lo presenta como quien mejor encarna el romanticismo japonés.

Fernando Cordobés, en la introducción a la edición de Impedimenta de La bailarina de Ōgai Mori –novela que traduce en colaboración con Yoko Ogihara–, explica las razones que favorecieron ese interés y actitud abierta hacia lo que se hacía en Europa. Por un lado, el hecho de que Japón también hubiera estado aislado de China durante gran parte del periodo Tokugawa o Edo (1600-1868) hizo que su producción literaria se distanciara de la preocupación religiosa, moral o didáctica y ofreciera un espacio menos restringido que «permitía un flujo sencillo, rápido y libre de obstáculos de nuevas ideas y conceptos en el mundo intelectual y artístico japonés».

También es clave el alto grado de alfabetización de la población y su inquietud intelectual que navegaba entre el interés por lo nuevo e innovador, el reconocimiento y la nueva mirada a clásicos como La historia de Genji de la escritora japonesa Murasaki Shikibu (¿978?- ¿1016?) o la admiración por la literatura clásica china. «Durante todo el periodo que se extiende desde el fin de la era Edo y abarca hasta la Segunda Guerra Mundial, la literatura del pasado y el presente continuó siendo un medio privilegiado para los japoneses de acceder a su cultura y al conocimiento de sí mismos.», apunta Cordobés.

Jardín de escarcha, de Masaoka Shiki - Literatura japonesa de la era MeijiEsa habilidad para renovar sin romper, para absorber nuevos paradigmas sin despreciar su tradición se aprecia en la poesía de Masaoka Shiki (1867-1902) que insufló en la era Meiji una nueva vida al haiku. La editorial Miraguano Ediciones publicó en 2019 Jardín de escarcha, una selección de 158 de sus haikus.

La poeta Akiko Yokasano (1878-1942) es un nombre propio imprescindible y ejemplo también de quien forjó su propia voz desde el profundo conocimiento de lo clásico y el acercamiento a la literatura europea. Renovadora y culta, feminista en una sociedad que seguía dominada por la obediencia al varón, su libro Pelo revuelto (1901) fue innovador, fresco, intenso, sensual y atrevido: «expresaba con cierto descaro, la sexualidad femenina y el sentimiento de la pasión, desafiando las convenciones de una cultura dominada por los estereotipos masculinos» como subrayan José María Bermejo y Teresa Herrero en la introducción de Poeta de la pasión, la antología poética publicada por Hiperión. En el catálogo de esta misma editorial se encuentra en edición bilingüe con traducción de Masateru Ito y Elena Gallego Tristes juguetes de Takuboku Ishikawa (1886-1912), poeta que revolucionó los tankas con su estilo directo, de lenguaje llano y coloquial.

La Restauración Meiji - Literatura japonesa en la era MeijiPara profundizar en toda la riqueza de una época como esta, su historia, los vaivenes, protagonistas y matices, en su desarrollo y en su continuidad e influjo en etapas posteriores desde Estandarte recomendamos el libro La restauración Meiji, del profesor e investigador William Gerald Beasley, editado por Satori. Y para sumergirse en las letras japonesas: Claves y textos de la literatura japonesa. Una introducción, del profesor, editor, traductor y –como indica en su web– viajero Carlos Rubio (Cátedra, 2019), gran divulgador de la literatura japonesa.

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