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La biblioteca de Marley Dias, de doce años

#1000BlackGirlBooks ha reunido más de 7 000 libros.

02 de enero de 2017. Estandarte

Qué: #1000BlackGirlBooks, la biblioteca de Marley Dias.

Si algo no te convence, seguro que puedes cambiarlo. Así sonaría el lema de Marley Dias, una niña de doce años residente en West Orange (Nueva Jersey, Estados Unidos), que echaba de menos personajes con los que identificarse: los libros que se recomendaban como lecturas no incluían a niñas afroamericanas. Y se prendió la mecha de #1000BlackGirlBooks, una campaña que desde noviembre de 2015 se desarrolla tanto en internet como en físico, formando bibliotecas en las que se apuesta por la diversidad. En los últimos tiempos, la iniciativa cuenta con el apoyo de la ONG GrassROOTS.

Con #1000BlackGirlBooks, Marley Dias pretende mostrar que en la literatura infantil y juvenil hay espacio para todo tipo de historias... y con todo tipo de protagonistas. Su primer objetivo consistió en recaudar «1 000 libros en los que las chicas afroamericanas fueran las protagonistas», para donarlos al instituto jamaicano al que su madre —que la animó a iniciar el proyecto— estudió. Sin embargo, las sugerencias —visibles gracias a la etiqueta en Twitter #1000BlackGirlBooks, todavía activa— y las donaciones superaron sus expectativas, alcanzando los 7 000 libros. Tras el instituto St. Mary (Jamaica), ampliaron sus bibliotecas gracias a este proyecto colegios de West Orange —en el que estudia la propia Marley Dias—, Newtown (Connecticut), Philadelphia y Newark (Nueva Jersey). La próxima parada será Baton Rouge (Luisiana), para ayudar a los afectados de las inundaciones y «donar libros y cosas divertidas para los niños y las madres».

Marley Dias —que también quiere escribir un libro con historias inspiradoras de mujeres afroamericanas— mantiene su empeño, recibiendo más libros para donar a las bibliotecas escolares, y otra aún más específica: una que incluya libros sobre la danza y el papel en ella de las chicas afroamericanas. Otra de las ideas surgidas a raíz de su experiencia en #1000BlackGirlBooks consiste en aprovechar los autobuses que funcionan también como bibliotecas —muy populares en Estados Unidos—, renovando su fondo, y potenciar el vínculo entre los colegios y las bibliotecas de la ciudad.

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