Kusturica sueña una ciudad: Andricgrad

13 de agosto de 2013. Estandarte.com

El director de cine Emir Kusturica comienza a ver convertido en realidad su sueño de construir Andricgrad, una ciudad en homenaje al escritor y premio Nobel yugoslavo Ivo Andric (1892-1975). Pero dicha idea y su materialización no están exentas de polémica.

Simplificando las cosas, diremos que Kusturica es poco querido en Sarajevo (Bosnia) y amado en Belgrado (Serbia). Kusturica abandonó su Sarajevo natal en plena guerra de Bosnia (1992-95) y se mudó a la “enemiga” Belgrado, no sólo físicamente.

La ciudad homenaje a Andric se llama Andricgrad y está situada en Visegrad, una población de la República Serbia de Bosnia, esto es, el ente serbio creado en el corazón de Bosnia tras la guerra de Bosnia.

Basta percatarse de detalles como la fecha elegida para la inauguración de Andricgrad para darse cuenta de que el proyecto huele a controversia: el 28 de junio de 2014, centenario del atentado en Sarajevo contra el entonces heredero del trono austrohúngaro, Francisco Fernando, a manos del serbio Gavrilo Princip, que desencadenó con este ataque la Primera Guerra Mundial.

Para la Sarajevo oficial, Princip es hoy un terrorista, mientras que para los serbios es un “luchador por la libertad”. Además, el 28 de junio es el día de Vidovdan (San Vito), que conmemora la mítica batalla de 1389 que libraron y perdieron los serbios contra los otomanos en lo que hoy es Kosovo, independiente desde 2008 pero considerada como la cuna de la nación serbia.

Por si quedaban dudas de las ideas de fondo de Kusturica, el director ha declarado que Andricgrad será “una gran manifestación sobre el pasado y sobre el futuro (…) Son tiempos difíciles para todos los pueblos pequeños, y creo que este pueblo (el serbio) solo se mantendrá gracias a buenos proyectos”.

El presupuesto y las finanzas del proyecto también levantan ampollas. Andricgrad costará unos 15 millones de euros, a un país con la tasa de paro más alta de Europa (42%)… La oposición serbobosnia ha criticado a su vez la falta de transparencia del proyecto urbanístico, cuya propiedad está compartida por el municipio de Visegrad, el Gobierno serbobosnio y la empresa Lotika, en manos del propio Kusturica. Mientras los dos primeros participantes han invertido ya 10 millones de euros, Emir Kusturica no ha puesto aún ni un euro…

Ya hay varios edificios construidos.