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Mónica Carmona y los premios

La editora de Mondadori reflexiona sobre este otoño de premios...

08 de noviembre de 2012. El Sindicato

Qué: Mónica Carmona reflexiona sobre los premios literarios y sus polémicas en El Sindicato

Mónica Carmona, directora literaria de Literatura Mondadori y autora de El Sindicato, reflexiona en torno al polémico tema de los premios literarios en su blog de El Sindicato, y nos ha parecido que bien merecía una leída. Otoño es mes de grandes galardones, y en este de 2012 no exentos de controversia: el Premio Nobel de Literatura a Mo Yan, el Premio Nacional de Narrativa que rechazó Javier Marías...

Mónica Carmona toma como ejemplo el Man Booker Prize y el Nobel para defender su tesis: pase lo que pase en un premio, siempre se discute. Tanto, que a alguno, como el biógrafo de Philip Roth, Blake Bailey, le llevó a exclamar al conocer el veredicto sobre el último Premio Nobel, que una vez más excluía al eterno “nombre quiniela” de Roth: “Mo Yan my ass. #Rothscrewedagain.”.

A continuación puedes leer el post de Mónica Carmona. Y comentar lo que te parezca en nuestros comentarios de abajo:

“Mo Yan, mi culo” (el de Blake Bailey) o el factor común

Otoño, en el calendario editorial, es temporada de premios literarios. Naturalmente el que acapara toda la atención es el Premio Nobel de Literatura, pero son muchísimos los galardones que se fallan en esta época prolífica.

Sigo con interés y disciplina muchos de estos premios, y lo cierto es que me han servido como guía a la hora de orientarme en territorios apenas visitados, ciertos géneros y nuevos talentos. No obstante, es notorio que la mayoría de premios significan, cuando menos, controversia.

Sin entrar a analizar los premios que se conceden en España no puedo obviar que en lo que me lleva escribir esta entrada, Javier Marías ha tenido tiempo de recibir y rechazar un premio, el Nacional de Narrativa. Otra muestra de que los premios parecen despertar más recelos que alegrías.

La polémica hermana a los premios. Y así: si gana un dramaturgo inglés el Nobel, que por qué se le da a un señor con nombre de clown que no conocen ni en su casa, si es un poeta sueco, que qué tipo de broma es esa, si gana el Herralde un mexicano, que por qué otra vez un mexicano (si repite un argentino, que ya está bien con los argentinos), si gana el Booker un hombre, qué por qué otra vez un hombre y no una mujer, y así hasta el infinito. Obviamente hay muchas decisiones que  se deben cuestionar, la misma naturaleza de un premio conlleva debate, pero incluso los que se suponen al margen de intereses particulares, dan que hablar.

Aquí van dos ejemplos recientes:

Man Booker Award. Fundado en 1969 con la intención de promocionar a los mejores escritores en lengua inglesa, el Booker concede su galardón a la mejor novela del año publicada en la Commonwealth.

Aunque el premio arrastra varias controversias, la más conocida es que durante mucho tiempo se le acusó de ser un premio de y para hombres, excluyendo a escritoras. Y hasta tal punto cabreó a editoras y agentes que en 1992 cuarenta colegas se reunieron en casa de la agente londinense Anne McDermid para debatir qué hacer. Así nació el premio Orange, capitaneado durante mucho tiempo por la escritora Kate Mosse, por entonces editora en Random House. (El premio Orange desapareció el pasado mes de mayo para ser rescatado por un grupo de benefactoras privadas lideradas por Cherie Blair. Ahora pasa a llamarse Women’s Prize for Fiction. Aquí no hay duda ni ambigüedad: es imposible que ganes si no eres mujer. Y a mí me parece que es una pena crear un premio que se convierte en lo que precisamente se criticaba, la exclusión.)

Echando la vista atrás veo que, efectivamente, son muchos los escritores y pocas las escritoras que han ganado el Booker, aunque resulta que la gran mayoría de obras ganadoras son  extraordinarias:  Kingsley Amis, Iris Murdoch, Ian McEwan, Kazuo Ishiguro, Salman Rushdhie, John Banville, J. M. Coetzee, entre otros.

El Booker nunca ha premiado una novela ambientada en el futuro, y no por eso se ha creado un premio de novelas futuristas. Además, si Iris Murdoch lo ganó, cuenta como 25 victorias para las mujeres pues es, con diferencia, de las mejores novelistas del siglo XX.

Este año lo ha ganado y por partida doble Hilary Mantel, que, creo, también es mujer y escritora de novela histórica. Se apaga la vieja reivindicación de género.  Aunque la mayoría de periódicos y libreros celebraron la victoria de Mantel, tampoco ha quedado exento de críticas: el diario The Guardian afirmó que “otro premio para Mantel era innecesario, es una ocasión desperdiciada para animar el mundo de los libros.” La objeción de The Guardian también pasa por la crítica al propietario de News Corporation, que incluye Harper Collins y que pertenece a la editorial que publica a Mantel, es decir, a Rupert Murdoch.  Mientras tanto, 4th Estate reimprimirá 100.000 ejemplares de Bring Up the Bodies, la novela ganadora, segunda parte de la trilogía que relata la vida de Thomas Cromwell, que ya cuenta con 250.000 ejemplares en circulación y un impacto del 463% de subida semanal en ventas (según Nielsen).

El caso del Nobel de este año 2012, ha corrido por periódicos y redes sociales a la velocidad de la pólvora china: Mo Yan, ganador de esta edición, no parece haber despertado muchas simpatías, sobre todo entre los disidentes del régimen chino. Pero en China no pierden el tiempo y las autoridades ya se han puesto manos a la obra, comienza la construcción de un parque temático Mo Yan en el pueblo natal del nuevo Nobel: Mo Yan Culture Experience Zone, se llamará.

Mientras, el  autor parece tomarse las cosas con calma, entrevistado por la televisión china el mismo día de la concesión del premio, y a la pregunta de si estaba contento, Mo Yan, contestó: “No sé.”

Si el autor se mantiene al margen, hay otros que toman partida, a la vez que engrosan la larga lista de agravios que han recibido tantos premios y premiados.

Así, el escritor Blake Bailey, biógrafo de Philip Roth (eterno candidato al Nobel),no perdió un segundo y tras el anuncio del nuevo Nobel, tuiteó:, “Mo Yan my ass. #rothscrewedagain” y con ello ganó el premio a la respuesta más visceral del año.

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