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Álvaro Enrigue, Premio Herralde de Novela

Caravaggio, Quevedo, Cuauhtémoc y la Malinche, sus protagonistas.

04 de noviembre de 2013. Estandarte.com

Qué: Muerte súbita, 31 Premio Herralde de Novela Autor: Álvaro Enrigue Editorial: Anagrama

El 31 Premio Herralde de Novela es para el autor mexicano Álvaro Enrigue, por Muerte súbita, presentada bajo el pseudónimo de Hamilton y el título Patrón de todos los que estamos tristes.

Al Premio Herralde de Novela, que está dotado con 18.000 euros, se han presentado 476 novelas. El jurado, compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, finalmente ha elegido la de Álvaro Enrigue como la mejor de entre las presentadas. A diferencia de lo que ha ocurrido en anteriores ediciones, este año no hay novela finalista, no sabemos si por falta de calidad o de acuerdo

Muerte súbita de Álvaro Enrigue se nos presenta, por la información remitida por Anagrama, la editorial que convoca el premio, como una novela ambiciosa y de argumento peculiar, histórico, fantástico y apetecible:

“El 4 de octubre de 1599, a las doce en punto del mediodía, se encuentran en las canchas de tenis públicas de la Plaza Navona, en Roma, dos duelistas singulares. Uno es un joven artista lombardo que ha descubierto que la forma de cambiar el arte de su tiempo no es reformando el contenido de sus cuadros, sino el método para pintarlos: ha puesto la piedra de fundación del arte moderno. El otro es un poeta español tal vez demasiado inteligente y sensible para su propio bien. Ambos llevan vidas disipadas hasta la molicie: en esa fecha, uno de ellos ya era un asesino en fuga, el otro lo sería pronto. Ambos están en la cancha para defender una idea del honor que ha dejado de tener sentido en un mundo repentinamente enorme, diverso e incomprensible.

¿Qué tendría que haber pasado para que Caravaggio y Quevedo jugaran una partida de tenis en su juventud? Muerte súbita se juega en tres sets, con cambio de cancha, en un mundo que por fin se había vuelto redondo como una pelota. Comienza cuando un mercenario francés roba las trenzas de la cabeza decapitada de Ana Bolena. O quizá cuando la Malinche se sienta a tejerle a Cortés el regalo de divorcio más tétrico de todos tiempos: un escapulario hecho con el pelo de Cuauhtémoc. Tal vez cuando el papa Pío IV, padre de familia y aficionado al tenis, desata sin darse cuenta a los lobos de la persecución y llena de hogueras Europa y América; o cuando un artista nahua visita la cocina del palacio toledano de Carlos I montado en lo que le parece la máxima aportación europea a la cultura universal: unos zapatos. Acaso en el momento en que un obispo michoacano lee Utopía de Tomás Moro y piensa que, en lugar de una parodia, es un manual de instrucciones.

En Muerte súbita el poeta Francisco de Quevedo conoce al que será su protector y compañero de juerga toda la vida en un viaje delirante por los Pirineos en el que una hija idiota de Felipe II será propuesta para reinar en Francia y Cuauhtémoc, prisionero en la remota Laguna de Términos, sueña con un perro. Caravaggio cruza la plaza de San Luis de los Franceses, en Roma, seguido por dos sirvientes que cargan el cuadro que lo convertirá en el primer rockstar de la historia del arte, y el amateca nahua Diego Huanitzin transforma la idea del color en el arte europeo a pesar de que habla en castellano imaginario. La duquesa de Alcalá asiste a los saraos reales con una cajita de plata rellena de chiles serranos y usa un verbo que nadie entiende, pero parece temible: ‘xingar’.

Muerte súbita se vale de todas las armas de la escritura literaria para dibujar un momento tan deslumbrante y atroz en la historia del mundo que sólo puede ser representado mediante la más venerable y maltratada de las tecnologías, el artefacto cuya regla de oro es que no tiene reglas: Su Majestad la novela. Y estamos ante una novela realmente majestuosa, de enorme ambición y gran calidad literaria”.

Álvaro Enrigue (México, 1969) ganó el Premio de Primera Novela Joaquín Mortiz en 1996 con La muerte de un instalador. En Anagrama ha publicado Hipotermia (2005), Vidas perpendiculares (2008) y Decencia (2011). Su último y recentísimo título es el ensayo Valiente clase media. Dinero, letras y cursilería.

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