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Como una historia, J. Jesús Pleguezuelos

El autor refleja en este libro su pasión por esta materia y por la enseñanza.

24 de julio de 2021. Estandarte.com

Qué: Como una historia Autor: Juan Jesús Pleguezuelos Editorial: Crítica Año: 2020 Páginas: 144 Precio: 15,90 €

Como una historia, de Juan Jesús PleguezuelosHay muchas razones para estudiar historia, una de ellas es que inspira grandes hazañas. Es posible que quien admira obras ya realizadas pretenda emularlas, incluso superarlas. Para eso tiene que conocerlas. “Aquellas personas que tenemos en mente acaban dejando huella en nuestro comportamiento. Así que hay que tener cuidado a quien se admira, porque a menudo, más de lo que creemos, podemos tomar como referente un modelo negativo”, advierte el profesor Juan Jesús Pleguezuelos, que es quien ofrece esa buena excusa –“Si recordamos que ya se hizo, que fue realidad, significa que puede volver a ocurrir”– para adentrarse en la historia.

Profesor de Geografía e Historia de instituto, Pleguezuelos (Jaén, 1982) es un apasionado de su materia. Dispuesto a contagiar esa pasión, habla y escribe sobre ella y sobre cómo enseñarla con todos los medios a su alcance. Muy conocido por su programa de radio Historia de España para Selectividad, que se encuentra entre los pódcast más escuchados en Spotify, también graba lecciones sobre Mesopotamia, la mitología griega, la Revolución francesa, la Primera Guerra Mundial... En su página web (www.elprofesorinquieto.com) publica artículos sobre educación, ya sea, entre otros muchos temas, sobre la vocación en la enseñanza o sobre el móvil como herramienta valiosa para alcanzar objetivos pedagógicos.

No entiende Pleguezuelos que haya quien no se sienta entusiasmado por la historia y menos aún que algunos profesores consigan hacer la asignatura aburrida. Él, como cuenta en Como una historia. Un libro sobre historia, enseñanza y motivación (Crítica, 2020), aprovecha sus años de teatro para recuperar técnicas de la dramaturgia en clase y captar la atención de sus alumnos; con la misma intención, busca la anécdota que pueda despertar la curiosidad (por ejemplo, los amoríos de los personajes históricos) y una vez que tiene a la clase en vilo va enredándose y ampliando la información.

También plantea diálogos y debates que le permiten relacionar autores y acontecimientos y comparar situaciones contemporáneas con pretéritas; utiliza obras de arte para enfocar etapas, un pequeño huerto escolar para explicar geografía y los cambios en el Neolítico, y se sirve de unos poemas para mostrar la fe en el ser humano del Renacimiento.

Se fija mucho, muchísimo, en las dinámicas de las clases, en la motivación –y en su falta– tanto de alumnos como de profesores, y recuerda el valor de esa creatividad e interacción que propugnaba la Institución Libre de Enseñanza. Es crítico con el sistema educativo, pero no quiere ponerlo como excusa: le gusta demasiado la enseñanza como para dejarse vencer por la burocracia. Toma el pulso a sus alumnos constantemente para identificar cuando tiene que dar un giro a la clase porque ha perdido su interés.

Por estas páginas, urdidas con el tono cercano, ameno y desenfadado con el que este profesor “vende” la historia, se despliegan y explican tanto hechos históricos como anécdotas que le ocurren en clase y que reflejan su vocación docente y su capacidad y ganas de aprender de sus alumnos. Así, igual que expone la importancia de que Rosa Parks se negase a ceder el asiento del autobús a un blanco o cómo Heinrich Schliemann pasó de atender en una tienda a descubrir, como arqueólogo, la Troya de Homero; también recuerda que una de sus alumnas le ayudó a solventar una situación crítica en el aula.  

No es un libro de historia, es más bien un libro sobre el amor a la historia, a la educación y a la enseñanza.     

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