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El claroscuro del pingüino

kriller71 redescubre al lector español la poesía de Mary Jo Bang.

27 de diciembre de 2013. Estandarte.com

Qué: El claroscuro del pingüino, antología poética bilingüe. Autora: Mary Jo Bang. Selección y traducción: Patricio Grinberg y Aníbal Cristobo. Prólogo: Luna Miguel. Editorial: kriller71. Año: 2013. Páginas: 144. Precio: 9 €

El claroscuro del pingüino, de Mary Jo Bang, es uno de los grandes libros que se publicaron en España durante el año que termina. No los hemos leído todos, claro, y se nos escapan muchas obras merecedoras de este título... Pero apostamos sin dudarlo por esta cuidada antología de la poeta estadounidense, publicada en una bella edición por kriller71: uno de esos sellos minúsculos que —con mucho esfuerzo— están renovando el panorama poético de nuestro país, y que en sus primeros meses de vida nos ha descubierto a María Rosa Maldonado y redescubierto a Antonio Cisneros o a la propia Mary Jo Bang.

De Bang se difundió en España —se encargó Bartleby— hace pocos años Elegía, el poemario por el que obtuvo el National Book Critics Circle Award, un largo y doloroso canto a su hijo muerto que en cierto modo la situaba en la línea de otras poetas confesionales norteamericanas, como las totémicas Sylvia Plath y Anne Sexton. Sin embargo, El claroscuro del pingüino viene a desmentir esa primera imagen de Bang para el lector español: potente y cierta, pero incompleta.

Esta antología bilingüe abarca, según indica el editor —Aníbal Cristobo, responsable de la selección y traducción con Patricio Grinberg—, diecisiete años de producción poética. Desde su inicial y al mismo tiempo tardío Apology for Want (1997) a algunos poemas inéditos hasta en su lengua original, pertenecientes a The Last Two Seconds, que verá la luz en Estados Unidos durante el año 2014. Incluye también, por supuesto, versos de cada uno de sus poemarios, excepto del ya mencionado Elegy, por encontrarse el libro aún en circulación con otro sello. Aunque parcial, como toda selección, El claroscuro del pingüino nos permite hacernos una idea del trabajo que Mary Jo Bang afronta al pensar en cada uno de sus libros, círculos cerrados en los que cada poema resulta una pieza fundamental.

El claroscuro del pingüino nos confirma que la conciencia narrativa de Mary Jo Bang guarda más relación con la búsqueda de algo que se desconoce que con la que enumeración de algo que ha ocurrido. En este sentido, el trabajo de Bang —nacida en Missouri en 1946— con el lenguaje y la mirada entronca con la propuesta de coetáneas como Jorie Graham o maestras anteriores como H.D.

Si los deseos fueran caballos, escribe en su prólogo Luna Miguel, atenderíamos a este libro y aprenderíamos que tras él hay un sonido de patas robustas cabalgando una playa imposible. Es el paisaje que los lectores de poesía más exigentes encontrarán en El claroscuro del pingüino, el volumen con el que kriller71 nos acerca la poesía de Mary Jo Bang, de la que te invitamos a leer a continuación el poema que da título al volumen.


EL CLAROSCURO DEL PINGÜINO

El acróbata dio tres vueltas a caballo
sobre la pista, después le tiró un beso.
Ella pudo ver cuánto había aprendido.

Todavía practicaba, dijo él,
para merecer un destino brillante.
¿Para qué parte del número

estás ensayando? preguntó ella. La casa de muñecas
resplandeció en la pequeña habitación hasta que apagaron las luces.
Después dulces dulces sueños y en la calle

un farol dejó entrever un carnaval más grande que la vida.
El carrusel tomó velocidad, y luego se detuvo.
Apagaron las luces. Alguien estaba empujando

los autitos chocadores hacia la fila,
ojos brillantes en sus caras con guardabarros.
Era un día seco. Los ojos seguían ocultos

en sus pequeños ataúdes. La mente aturdida
por la ducha. El frío de pronto (alguien estaba hablando).
¿Un cambio de topa? preguntó el dueño de los sueños.

Sí. Ella sería un nuevo azul, el terreno del ahora,
un bonito nunca esperar, uno destinado
al placer en ese espacio entre una pizca del crepúsculo

y el arrorró del amanecer.
El beso llegó en el momento justo.
Una brisa abrió la ventana en una tarde distante.


Mary Jo Bang, del libro Louise in love (2001),
incluido en El claroscuro del pingüino (kriller71, 2013)

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