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Los Caín, de Enrique Llamas: odio y maldad

Una historia asfixiante de intriga y sospechas en un entorno rural.

24 de enero de 2021. Estandarte.com

Qué: Los Caín Autor: Enrique Llamas Editorial: Alianza de Novelas (Alianza Editorial) Año: 2018 Páginas: 240 Precio: 17 € (papel), 9,99 € (ePub)

Los Caín, de Enrique LlamasLos Caín, la novela del periodista Enrique Llamas (Zamora, 1989), trata sobre odios y rencores, sobre la maldad humana. Reconocida en la pasada edición de la Semana Negra de Gijón con el Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela del género negro publicada en 2018, se sitúa en un pueblo castellano imaginario, Somino, en los últimos años del franquismo. Allí recala un joven maestro madrileño, al que le toca enfrentarse a una sociedad enemiga de lo foráneo, en la que pesan demasiado los secretos, el hermetismo y una profunda brecha que la divide en dos. Los que vienen de fuera no encuentran acomodo en ninguna de las facciones. La desconfianza que gobierna en Somino se radicaliza cuando se trata de convivir con alguien a quien no consideran de allí, que puede perturbar los silencios y convertirse en testigo de sus miserias.

El maestro llega al pueblo por primera vez al tiempo que un coche fúnebre. Este carga con una chica de 19 años; la suya es una de las muertes que articulan la trama de esta historia, en la que Llamas va tejiendo desde la primera página un inquietante clima de intriga y sospecha, un ambiente opresivo en el que los personajes conviven con naturalidad con la violencia –no solo física –. El autor va mostrando poco a poco los hechos, dejando que el lector vaya atando cabos y que viaje con él a los distintos tiempos que se narran en una estructura compleja bien hilvanada. Le hace cómplice de las conjeturas y de la necesidad de ir rellenando los huecos que quedan abiertos entre los sedimentos de lo que el odio y el resentimiento han forjado en ese pueblo.

Los escenarios y los caracteres que perfila están creados con gran riqueza descriptiva –genial el retrato del alcalde– para contar “que el ser humano tiene una gran capacidad para la maldad”. Así lo reconoce en una conversación que publica Alianza de Novelas en su página web y en la que expone sus motivaciones: “Yo quería hablar de esos pueblos de Castilla que aún se parecen mucho a los de los años setenta y a los que nadie mira. Quería contar que en los pueblos se ríen de la gente de ciudad como también los urbanitas se ríen de los campesinos. Quería hablar del momento en el que te das cuenta de que ya eres adulto, pero que serlo no significa tener respuesta a todo. Quería hablar del niño que siempre tenemos dentro.” Habla de todo ello acercándonos a persianas que se mantienen cerradas para preservar la intimidad, a juegos de niños que esconden la rivalidad entre sus familias, a llamadas anónimas, a motes o a extraños sucesos con ciervos –de ahí, la portada del libro–.

Para escoger el título, Llamas pensó en una escritora que le parece excepcional, Ana María Matute, y en su primera novela, Los Abel, que, como recuerda el escritor enlazándola con la suya: “habla de verdugos y de víctimas. Yo quería hablar de la capacidad del ser humano para hacer daño a sus semejantes, a veces por el simple disfrute que puede sacar de ello.” Otros referentes para el periodista cultural y para esta novela enclavada en el entorno rural –con algunos pasajes en Madrid– son Miguel Delibes y David Lynch. Del escritor vallisoletano son las primeras lecturas que le estremecieron; del cineasta recuerda a Twin Peaks y cómo trasladó su trama escabrosa al entorno rural y marcó una nueva forma de narrar que ha influido en su propia voz. Una voz capaz de atrapar desde la primera página y contagiar la carga asfixiante de este thriller.

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