Irène Némirovsky: Los bienes de este mundo

25 de marzo de 2014. Estandarte.com

Salamandra continúa su labor de ir editando en español la obra de Irène Némirovsky, la autora que en 2004 “resucitó” para la opinión pública gracias a la publicación póstuma de Suite francesa. Tras El baile, El ardor de la sangre, Nieve en otoño, Jezabel, Los perros, El malentendido y otras le toca el turno a Los bienes de este mundo, que narra las vicisitudes de una familia burguesa del norte de Francia con el trasfondo de los principales acontecimientos del siglo XX. La novela culmina con los atisbos del desmoronamiento del orden social imperante que siguió a la ocupación alemana.

Irène Némirovsky escribió Los bienes de este mundo en 1940 y la publicó por entregas en el semanario Gringoire entre abril y junio de 1941. Lo hizo sin poder usar su nombre, bajo el epígrafe: “Obra inédita de una mujer joven”, para escapar a la prohibición de trabajar que recogían los estatutos contra los judíos aprobados por el gobierno de Vichy. Finalmente, en 1947, cinco años después del asesinato de su autora en Auschwitz, la novela se publicaría con su nombre y en forma de libro en la editorial Albin Michel.

Los bienes de este mundo, que la autora inglesa A. S. Byatt ha calificado como “una extraordinaria predecesora de Suite francesa”, combina con maestría el ritmo urgente de los acontecimientos extraordinarios, algunos de éstos narrados de forma casi contemporánea a su desarrollo, con las comodidades, los placeres y los ritmos apaciguados de la vida cotidiana, uno de los múltiples aspectos que esta novela tiene en común con la excepcional Suite francesa, de la que, en efecto, en ciertos momentos parece ser una especie de ensayo preliminar.

En 1911, en una localidad cercana a la costa norte del país, el joven Pierre Hardelot contraviene los deseos de su familia, propietaria desde hace generaciones de una importante fábrica de papel, renunciando a su compromiso de boda. A Pierre no le gusta Simone, la rica heredera que han escogido para él, sino Agnès, que no tiene dote y proviene de una familia de la pequeña burguesía que, para mayor escarnio, es de arraigo reciente en el pueblo. A través de las vicisitudes del matrimonio de Pierre y del destino de los Hardelot, Némirovsky expone treinta años de historia de Francia, desde la víspera de la Primera Guerra Mundial hasta la ocupación alemana en 1940, y nos muestra con demoledora lucidez cómo la historia se repite en su dimensión más trágica. Al final, a medida que se van cumpliendo los destinos de los personajes que la autora ha seguido con una mirada inclemente pero siempre teñida de afecto, emerge una persuasiva historia de amor, dulce y amarga a un tiempo.

Irène Némirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942) recibió una educación exquisita, aunque tuvo una infancia infeliz y solitaria. Tras huir de la revolución bolchevique, su familia se estableció en París en 1919, donde Irène obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona. En 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset, dando comienzo a una brillante carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. Pero la Segunda Guerra Mundial marcaría trágicamente su destino. Deportada a Auschwitz, donde sería asesinada igual que su marido, Michel Epstein, dejó a sus dos hijas una maleta que éstas conservaron durante decenios. En ella se encontraba el manuscrito de Suite francesa, cuya publicación en 2004 desencadenó un fenómeno editorial y cultural sin precedentes: la novela se tradujo a treinta y nueve idiomas, obtuvo numerosos premios —entre ellos el PremioRenaudot, otorgado por primera vez a un autor fallecido— y fue uno de los libros más leídos en todos los países donde se publicó, con más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo. En España fue galardonada con el Premio del Gremio de Libreros de Madrid y también cosechó un sorprendente éxito comercial.