La vida son dos días, entonces bésame

08 de julio de 2020. Estandarte.com

La vida son dos días, entonces bésame es la segunda novela de Roberto Emanuelli, un autor que encontró en la escritura su válvula de escape a partir de 2013, cuando abrió su blog. Allí comenzó volcando historias de amor fallido (las suyas) y reflexiones en torno al hecho que le había marcado profundamente a la edad de 13 años: la muerte de su padre. Como una ventana abierta al mundo, Emanuelli volcaba allí historias que cada vez tenían un público más numeroso y entregado. Entonces decidió que había llegado el momento de intentarlo con la literatura y se lanzó a ser escritor. Tras algún fracaso –en forma de rechazo editorial– autoeditó su primera obra. Sirvió para que un pequeño sello se fijara en el libro y decidiera publicar la siguiente: La vida son dos días, entonces bésame. En seis meses vendió 150.000 copias.

Una de las claves del éxito es su forma de narrar. Emanuelli cuenta historias cotidianas de una manera extraordinaria: cercana, para que cualquier lector pueda acercarse y sentirse acogido, y profunda, para despertar su interés. Y tiene muchos, muchos lectores y muchos seguidores que lo siguen en sus redes.

La vida son dos días, entonces bésame cuenta la historia de Leonardo, Leo para los amigos, un mecánico guaperas y sexy al frente de un taller en Roma. Estudiaba Letras en la universidad, pero lo dejó cuando nació su hija Laura. En plena adolescencia, Laura se aleja cada vez más de su padre. Dice que no la entiende y además no le da el permiso que necesita (es aún menor de edad) para hacer un viaje en compañía de sus amigas a las islas griegas. Tiene también un novio, Marco, que no está comprometido con la relación en la misma forma y medida que ella, lo cual no dejará de plantear algún que otro inconveniente. Y tiene un blog donde escribe para encontrarse con ella misma, donde se desahoga y se calma… Tiene muchas cosas Laura, pero no tiene una madre. Mejor dicho, tiene una madre ausente que se marchó sin motivo aparente a las pocas semanas de nacer ella: Angela. Por muchas aventuras que pueda tener Leo, Angela siempre será su único amor. No está recuperado. Leo aún cuenta los días que han pasado desde ese segundo domingo de diciembre del año 1998…

De modo que ¿quién no se ha sentido abandonado o ha abandonado a otro? ¿Quién no es o ha sido adolescente en rabia? ¿Quién no entiende algo (o todo) relacionado con el amor? ¿Quién no duda? ¿Quién no sufre? Quizá por todo ello La vida son dos días, entonces bésame no se baja de las listas de libros más vendidos. Aparte de la intensidad personal con la que uno pueda integrarse en el relato, la novela presenta una ciudad y unos lugares plenamente reconocibles. Algunos ejemplos. La Sapienza, Vía Nomentana 118. El departamento de Filosofía de la universidad se encuentra en la Villa Mirafiori. Leo y Angela se conocen en el aparcamiento. Él vive en esa época en la Via Berlinguer en un pequeño semisótano. Ahora tiene su taller en la zona de Portuense…

No solo el mapa permite trazar el recorrido de la novela, también la música se convierte en una especie de guía que acompaña al lector. Está muy presente en La vida son dos días, entonces bésame porque está muy presente en la vida de Emanuelli, que comenzó escribiendo canciones pop y siempre ha sido un gran amante de la música. En la novela, los personajes hablan de música y la escuchan, van a conciertos y citan letras de canciones. Por sus páginas suenan Adele, C. Tangana, Rosalía, Oasis, Mia Martini…

Al calor de esos lugares y canciones reconocibles, y con la novela como eje, ha surgido una activa comunidad de lectores que intercambian impresiones, fotos y todo aquello que tenga que ver con La vida son dos días, entonces bésame. No pocos se han tatuado algunas frases de los personajes, haciéndoles así parte de sus vidas. Todos encuentran allí la novela amorosa y romántica que es, pero también historias cruzadas que hablan de relaciones entre padres e hijos, amistad, abandono, fragilidad y de todo lo que esto significa llegado el siglo XXI.