Dos novelas de Elsa Morante

16 de febrero de 2017. Estandarte

Amiga y coetánea de Natalia Ginzburg, que la admiró; maestra reconocida por Elena Ferrante, que no se cansa de elogiarla... Elsa Morante es uno de los secretos más apetitosos de la literatura italiana del siglo XX. Para acercarnos su obra, Lumen relanza Mentira y sortilegio y publica La isla de Arturo, ambas con prólogo del escritor y periodista Juan Tallón.

Elsa Morante nació en Roma en 1912, hija ilegítima de una maestra y un empleado de correos; la reconocería su padrastro, vigilante en un correccional. Para escapar de su dolorosa infancia, Morante se refugió muy pronto en la escritura: con veinte años publicaba ya de manera habitual en las revistas más prestigiosas del país. En 1941 reunió una selección de ellos en El juego secreto, su primer libro; ese mismo año contrajo matrimonio con el también escritor Alberto Moravia. Juntos vivirían su particular exilio interior durante la Segunda Guerra Mundial, cuando abandonaron Roma para refugiarse en Fondi, un pueblo en el centro del país que terminaría convirtiéndose en escenario recurrente de su obra.

A su regreso a Roma, Elsa Morante publica la primera de sus grandes novelas: Mentira y sortilegio (1948), que obtendría el Premio Viareggio. Una década después llegaría La isla de Arturo (1957), que se alzó con el otro gran galardón del país: el Strega. Sin embargo, pocos años después sufriría una crisis en la que se aunaron circunstancias personales y profesionales: en 1961 se separó de su marido, y durante esa década destruyó parte de su obra literaria, alejándose de la escritura. Apenas escribía, no logró terminar la novela Sin los consuelos de la religión y su novela La historia (1974) resultó un fracaso entre la crítica de la época, aunque en 2002 fue escogida como uno de los 100 mejores libros de la historia por el Club Noruego del Libro. Elsa Morante publicaría una última novela, Araceli (1982), que recibiría dos años más tarde el Premio Médicis. Enferma, deprimida, en 1983 intentó suicidarse; moriría en 1985 en Roma, a causa de un infarto.

Sobre Mentira y sortilegio, Natalia Ginzburg afirmó que «hacía mucho tiempo que no leía nada que me diese tanta vida y tanta felicidad». La joven huérfana Elisa vive rodeada de novelas de aventura y sagas trufadas de héroes y doncellas. Decidida a escribir la historia de su familia, convierte a quienes la rodearon en personajes de leyenda: así transforma a unas seres anodinos y patéticos en hombres y mujeres dignos de mil locuras. Con las fantasías de Elisa, el lector se traslada a una pequeña ciudad del sur de Italia a principios del siglo XX, un lugar y una época en que la libertad de las mujeres estaba en manos de padres, maridos y amantes.

La isla de Arturo, el otro libro de Elsa Morante que Lumen acerca a los lectores, es una de las novelas eróticas más sugerentes del pasado siglo. Arturo sigue como una sombra a su padre, el ensimismado Wilhelm, a quien considera un héroe y de quien imagina aventuras y proezas sin fin. Los dos viven en un antiguo convento, un caserón algo apartado del pueblo; el padre se ausenta a menudo sin dar razones, y Arturo crece solo, rodeado de libros y malas hierbas. Hasta que de repente aparece Nunziata, la nueva esposa de su padre, con quien se crea una complicidad extraña. Dice Elena Ferrante que ha intentado aprender de los libros de Elsa Morante, «pero me parecen insuperables». Desde hoy, esta maestra de maestras está de nuevo en las librerías españolas.