La asistenta te vigila, de Freida McFadden

30 de noviembre de 2024. Estandarte.com

La asistenta te vigila es la tercera novela que firma Freida McFadden de la que es ya una de las trilogías más seguidas de los últimos tiempos. La preceden La asistenta y El secreto de la asistenta.

Hay que decir que casi se han lanzado todas a la vez debido el enorme éxito conseguido. Y este último título pone el broche de oro a lo que no sabemos aún si será el final o habrá más historias de la asistenta doméstica —que aquí ya no lo es— más particular del reciente panorama literario. Vuelve a haber intriga, giros, momentos que se quedan en alto y muy buen ritmo para no parar de leer.

Es necesario advertir que deben leerse los anteriores para disfrutar de este, con el que Freida McFadden remata las aventuras más que intrigantes y peligrosas de Wilhelmina (Millie) Calloway, cuya vida está marcada por un muy grave suceso ocurrido en su adolescencia que la llevó a pasar por la cárcel.

Después quiso terminar sus estudios como trabajadora social mientras se empleaba como asistenta para familias de clase social alta. Pero en este último título ya han pasado once años y Millie ahora está casada, tiene dos hijos y se siente muy ilusionada por la nueva mudanza a una casa de las afueras de Rhode Island en lo que parece un vecindario muy tranquilo. Evidentemente todos sabemos que no será así.

 

La asistenta te vigila — Sinopsis

Millie nos cuenta en primera persona su emoción por haberse mudado a una amplia casa de un barrio muy tranquilo y con un enorme jardín en el que sus hijos, Ada, de once años y Nico de nueve, pueden jugar a sus anchas, aunque a ellos no les ha hecho tanta gracia irse de su pequeño apartamento de Nueva York, sus colegios y sus amigos.

Pero Millie se siente orgullosa de la decisión que ella y su marido Enzo han tomado para darles a sus hijos la vida que merecen, después de lo complicadas que han sido las suyas.

Sin embargo, ha sentido cierto recelo por una de sus vecinas, Suzanne Lowell, casada con un pacífico y agradable hombre llamado Jonathan, pero decide aceptar su invitación a cenar como una oportunidad para hacer amistades. También tiene una desagradable sensación al conocer a la seria doncella que les abre la puerta. Aunque ella no es lo único extraño de esa calle, porque Millie está convencida de que alguien los observa. Y cuando conoce a la huraña y nerviosa mujer que vive enfrente, se le encienden todas las alarmas, aún más cuando ella le dice un día que tenga cuidado con esos vecinos.

 

La asistenta te vigila — Valoración

Freida McFadden cambia de tercio en este último título, pero le vuelve a salir bien. Da un salto temporal de once años, nos traslada del ambiente urbano y elitista de la gran ciudad al vecindario apacible y retirado e introduce nuevos personajes, como los hijos de la pareja muy bien avenida que forman Millie y Enzo, su marido italiano, que la adora, pero también tiene un pasado oscuro.

Funciona también el uso de la primera persona, los capítulos cortos y la narración, dividida en tres partes que vuelven a contar los personajes femeninos, en este caso Millie, su hija Ada y otro, que no desvelaremos y que cierra el círculo de la trama en un epílogo.

De nuevo, tenemos giros, elementos que resaltan por sí mismos, como la casa nueva a la que se han mudado, que esconde algún que otro secreto, y aparecen personajes que salían en los títulos anteriores, ahora transformados con el paso del tiempo. Todo envuelto en un buen engranaje y estructura que logran nuevos picos de intriga y las vueltas de tuerca que te van llevando por lo que sospechas pero quieres descubrir cómo se ha construido.

Otro acierto son los personajes de Ada y Nico y cómo McFadden juega con ellos al despiste, al igual que con Enzo, el maravilloso marido de Millie que, considerando cómo se las gasta la autora, quizás no sea tan maravilloso, o un poco menos.

La cuestión es que el conjunto vuelve a ofrecer una buena historia de misterio, desapariciones de niños no resueltas y un crimen por el que se van turnando los posibles culpables. Y las páginas van pasando sin darte cuenta. Por supuesto, es otra lectura ideal para cualquier momento desenfadado.