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Memorias de luz y niebla

Gregorio Marañón y Bertrán de Lis rescata el pasado como aprendizaje.

18 de diciembre de 2021. Estandarte.com

Qué: Memorias de luz y niebla Autor: Gregorio Marañón Bertrán de Lis Editorial: Galaxia Gutenberg Año: 2020 Páginas: 432 Precio: 23,50 €

Memorias de luz y niebla, de Gregorio Marañón Bertrán de LisHay algo en el retrato del pintor Hernán Cortés Moreno de Gregorio Marañón Bertrán de Lis (Madrid, 1942) que anticipa lo que destilan las páginas de las memorias del abogado, empresario y académico.

La pintura parece hablar de alguien seguro de sí mismo, que mira con confianza y se siente cómodo. Su busto cubre la sobrecubierta del libro y su interesante currículum se despliega en las solapas para dar paso a un ejercicio de memoria con una intención clara: rescatar el pasado del abismo del vacío.

«Nuestra memoria es también nuestro aprendizaje, y únicamente podemos transmitirlo nosotros mismos. Espero que a los lectores les interese recoger alguno de los testigos que dejo entre sus páginas, mientras continúo mi camino hacia Ítaca», apunta en “La primavera de los recuerdos olvidados”, texto en el que, a modo de introducción, Marañón Bertrán de Lis expone por qué ha escrito estas Memorias de luz y niebla (Galaxia Gutenberg, 2020) y sintetiza el momento desde el que escribe entre principios de 2019 y julio de 2020, con 77 años, casado y fiel a un proyecto de vida que definió así cuando solo tenía 19 años y le preguntaron cómo se veía en el futuro: «Quiero un porvenir en el que vayan juntas, pero separadas, como en paralelo, mi vida social y mi vida privada. Formar parte de una generación que deje huella firme de su paso e influir en mi generación. Triunfar en un trabajo que me guste, aunque sea difícil y requiera mucho esfuerzo. Tener un lugar en el campo o junto al mar para ir a descansar trabajando. Disponer de mis horas y no tener tiempo ocioso. Vivir un gran amor y contar con buenos amigos. Que los ideales de ahora sean siempre los mismos. Y que todo este sueño se cumpla, desde el principio, pronto, lo antes posible».

En las páginas que siguen y que comienzan por sus orígenes y con el abuelo médico del que toma el nombre –su gran referente y maestro–, va compartiendo en un relato con cierto orden cronológico, pero sobre todo temático, sus vivencias y reflexiones y cómo ha trabajado en la consecución de ese provenir.

Por su intenso compromiso y actividad (Juan Cruz le describió en una entrevista en 2010 en El País como todólogo y abogado de los imposibles), por sus relaciones, por su implicación en proyectos culturales, educativos, de comunicación y sociales…, muchas de esas vivencias sirven para escribir una crónica sobre España desde su personal punto de vista: sobre voces que se alzaban contra la dictadura; proyectos que buscaban otras formas de abordar la educación; trayectorias empresariales con sus luces y sus sombras (Banco Urquijo, Prisa…); iniciativas de fomento de la cultura y protección del patrimonio…

«Entre mis amigos figuran muchos de los principales protagonistas de mi generación en el ámbito de la política, la cultura y la economía. Juntos hemos hablado de todo y proyectado innumerables iniciativas, algunas de las cuales han contribuido a la modernización de España», apunta en un capítulo dedicado a la amistad.

Comparte sinsabores, malentendidos y decepciones; alegrías y pérdidas familiares; muchas enseñanzas en todos los ámbitos; expone su lectura de situaciones políticas en las que –las más de las veces– ha disfrutado de un puesto de testigo privilegiado; detalla su religiosidad, su optimismo, su amor por la cultura (entre otros cargos, es presidente del Teatro Real y de la Fundación Ortega-Marañón) y su deseo de tender puentes.

Comparte, en definitiva, como apunta en el texto introductorio del libro: «el fruto de mi vocación, las circunstancias de mi vida y el juego de ese azar que, generalmente, me ha sido favorable». Con su lectura se descubre hasta qué punto su vida se parece a esa que describió con 19 años.

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